El euro baja de 1,07 dólares por primera en siete meses
El euríbor, la referencia para la mayoría de hipotecas, está en zona de mínimos históricos
La presión bajista sobre el euro no afloja. La moneda europea ha bajado este martes de los 1,07 dólares, su nivel mínimo desde mediados de abril, y ya acumula un descenso del 3% desde el martes pasado. Detrás de este nuevo descenso de la moneda única europea, que también pierde fuelle respecto a la libra esterlina y el yen japonés, está la expectativa de que la divergencia entre la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y la de la Reserva Federal (Fed) siga ampliándose en las próximas semanas.
La buena marcha de la economía y del empleo en EE UU en los últimos meses empuja a la Fed a subir tipos antes de que acabe el año, después de siete años con el precio del dinero a cero. Este posible repunte se ha pospuesto en los últimos meses por el miedo a su impacto sobre los emergentes —ya de por sí golpeados por el descalabro de las materias primas— y porque los precios siguen lejos del objetivo de estabilidad del 2%.
En la eurozona, por su parte, el BCE tiene sobre la mesa una nueva ronda de estímulos que aleje los riesgos de estancamiento económico y deflación. Hace tres semanas, la mera expectativa de que el consejo de gobierno de la entidad optase finalmente por mover ficha en diciembre hundió la cotización del euro en cuestión de minutos. Instantes después de que Draghi compareciese ante los medios el día 22, la divisa europea se desplomó un 2%. El euro lleva ya un año y medio a la baja frente al dólar. Desde abril de 2008, cuando tocó su máximo histórico en 1,60 dólares, acumula un descenso del 33%.
La mano del BCE —que mantiene activo desde mayo su programa de compra de deuda a gran escala— también se deja sentir en el euríbor a 12 meses, el índice al que están referenciadas la mayoría de hipotecas en España. Ayer, este tipo interbancario se situó en el 0,101, tras haber batido su mínimo histórico la semana pasada. La probabilidad de que el Eurobanco acabe rebajando aún más el tipo de interés que aplica a los depósitos bancarios en sus arcas, tal y como dejó entrever Draghi el pasado día 22, ha escalado un 25% en 24 horas. Ayer, el 78% de los analistas que componen el panel de la agencia estadounidense de información financiera cree que la entidad que dicta la política monetaria en la zona euro dará el paso el mes que viene. Este movimiento penalizaría a los bancos que depositan dinero en el instituto emisor y supondría un incentivo mayor para destinar estos fondos a crédito e inversión, es decir, a la economía real.
El dinero aparcado por las entidades financieras europeas en el BCE batió la semana pasada un nuevo máximo desde finales de enero de 2013, cuando la incertidumbre económica era máxima. El día 5, los bancos depositaron 181.471 millones de euros a pesar de que el instituto emisor cobra un 0,20% por la liquidez depositada. El volumen de depósitos en el Eurobanco es un indicador del riesgo percibido por los inversores: a mayor incertidumbre, menos propensión a prestar y más fondos bancarios bajo custodia de Fráncfort.
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