Balance de legislatura
La herencia más preocupante del Gobierno de Rajoy es el agujero del sistema de pensiones
El presidente del Gobierno ha disuelto las Cortes y es momento de hacer balance. La promesa de Mariano Rajoy fue crear empleo y la legislatura acabará con menos afiliados a la Seguridad Social que en diciembre de 2011. Si Rajoy pierde las elecciones sería el primer presidente de la democracia en abandonar La Moncloa con menos empleo que cuando llegó.
Si atendemos a la calidad del empleo, los datos son aún peores. El total de salarios pagados por las empresas en 2014 fue 40.000 millones de euro inferior a los que las compañías pagaron en 2011. La causa es que, tras la reforma laboral, el empleo creado es más precario y con salarios más bajos. Según el INE, el ingreso medio por hogar ha caído un 6% desde 2011. Si además tenemos en cuenta las subidas de impuestos durante la legislatura, y descontamos la inflación, la renta media por hogar ha retrocedido a 2003. Los datos de pobreza también han empeorado significativamente con 625.000 españoles más en paro sin cobrar ningún tipo de prestación.
Las cifras de la Seguridad Social son fiel reflejo de lo sucedido en esta legislatura. Los gastos superan a los ingresos por cotizaciones en 35.000 millones más del 3% del PIB. Los ingresos crecen un 0,8% y los gastos, a pesar de haber congelado las pensiones durante toda la legislatura, crecen al 3%. Y en la hucha sólo quedarán unos 35.000 millones.
Rajoy ha sido el único presidente de la democracia rescatado por el Fondo Monetario Internacional y nuestros socios europeos, un rescate que pudo ser evitado. Cuando llegó a La Moncloa, Rajoy tenía 30.000 millones de euros disponibles en la cuenta corriente del Estado en el Banco de España. Y el Banco Central Europeo había convocado subastas extraordinarias que bajaron las primas de riesgo en el primer cuatrimestre de 2012. El Gobierno puso precio al suelo por decreto ley en febrero de ese año y varios bancos, especialmente Bankia, entraron en quiebra técnica. Pero Rajoy no presentó ningún plan de recapitalización pública y provocó la mayor fuga de capitales de la historia de España. Por eso tuvo que ser rescatado.
En el último año, el BCE está comprando deuda pública y nuestra prima de riesgo, al igual que la del resto de países periféricos, ha bajado significativamente. El euro se ha depreciado un 20%. El petróleo cuesta la mitad. Y la Comisión Europea nos dio en 2013 dos años más para reducir el déficit al 3% del PIB. Por eso la economía crece y crea empleo.
Pero algún día el BCE dejará de comprar deuda y en 2016 serán necesarios nuevos ajustes. España necesita modernizar su aparato productivo para crear más y mejor empleo, con mayores salarios. Pero Rajoy ha reducido el gasto en I+D+i a niveles de 2004 y ha recortado en educación y en becas.
La población activa no crece y la productividad tampoco. O cambiamos la política económica y aumentamos nuestro potencial de crecimiento, o nuestros jóvenes continuarán emigrando y habrá más recortes de nuestro Estado del bienestar. Y la herencia más preocupante de Rajoy es el agujero del sistema de pensiones.
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