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Boeing sigue los pasos de Airbus y ensamblará aviones en China

La compañía aeroespacial estadounidense cierra un pedido por 300 aviones con tres varias aerolíneas del país

Línea de ensamblaje de Boeing en Renton, Washington
Línea de ensamblaje de Boeing en Renton, WashingtonMike Kane (Bloomberg)

Boeing quiere estrechar lazos comerciales con China y ese interés le va a llevar a cambiar de estrategia. La compañía aeroespacial se dispone a operar una línea final en el país para ensamblar el B737, el primer centro de este tipo que se establecerá fuera de Estados Unidos. Sigue así los pasos de Airbus, que desde hace siete años produce en Tianjin los modelos de la familia A320. Hasta ahora la dirección de Chicago apostaba por un modelo más centralizado.

La multinacional estadounidenses acaba de cerrar además un pedido de 300 aviones con tres compañías chinas. El contrato se firmó en el marco de la visita oficial del presidente Xi Jinping, que este jueves se reúne en Seattle con los principales líderes empresariales de Estados Unidos antes de verse mañana jueves con Barack Obama y de participar en las reuniones de las Naciones Unidas durante el fin de semana en Nueva York.

Es el mayor pedido recibido de un golpe por Boeing desde China. El valor del contrato asciende a 38.000 millones de dólares. La filial de leasing de Industrial and Commercial Bank of China confirma que va a adquirir 30 unidades del bimotor de pasillo único B737 por 2.880 millones de dólares. China Development Bank Leasing y otras aerolíneas completan el pedido, de acuerdo con los detalles hechos públicos por la propia Boeing.

La intensión de operar una planta final de ensamblaje en China se conoce una semana después de que su rival Airbus estrenara la suya en Mobile (Alabama). El constructor europea firmó además en julio un acuerdo para operar una segunda en China. Boeing, por su parte, ya colabora con la Commercial Aircraft Corporation of China en el desarrollo del que será su primer avión comercial. La idea es que el B737 se ensamble en cooperación con Comac.

Será el primer cambio estratégico relevante adoptado por Ray Conner, que acaba de ponerse al frente de Boeing tras tomar el relevo de Jim McNerney. En una nota a los empleados, el ejecutivo ya adelantaba el martes que la compañía estaba discutiendo con China posibles acuerdos comerciales y de asociación. También aseguraba que no afectará al empleo en el centro de ensamblaje del B737 que tiene en Rento, en los suburbios de Seattle.

La de China será la primera línea final de ensamblaje que opere Boeing fuera de Estados Unidos y le permitirá ganar peso en todo el mercado asiático. De esta manera, de paso, logrará acelerar el proceso de producción de aviones y cumplir los plazos de entrega prometidos a las aerolíneas. Boeing calcula que China necesitará cerca de 6.330 aviones durante las próximas dos décadas, según la última estimación que dio a conocer en agosto.

En términos de tráfico de pasajeros, se espera que se tripliquen en ese plazo hasta alcanzar los 1.300 millones, cien millones más de los que registrará para entonces EE UU, actualmente el mayor mercado. La demanda de aviones nuevos, por lo tanto, será muy alta tanto para vuelos internos como de largo recorrido. China ya es el mayor mercado internacional para Boeing, hacia donde irán una cuarta parte de las entregas este año.

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