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¿En qué invierten las mujeres?

El género femenino, más conservador a la hora de invertir, pone por delante la educación de los hijos a su independencia financiera

Un mujer pasa por el distrito financiero de La Défense, en París.
Un mujer pasa por el distrito financiero de La Défense, en París.CHRISTIAN HARTMANN (REUTERS)

No se trata de hacer distinciones sin más. Según los expertos, es una realidad que hombres y mujeres planifican y llevan a cabo su ahorro, sus inversiones o su jubilación en formas distintas. Entre otras razones, tal y como explican Andrea Carreras-Candi, directora en España de la European Financial Planning Association (EFPA) y Marta Acebo, directora de comunicación de Aegon España, que elabora anualmente los estudios sobre Preparación a la Jubilación, “porque unos y otras se mueven por motivaciones distintas; porque sus circunstancias personales son diferentes; porque su participación en el mercado laboral no es igual, porque su manera de enfrentar el riesgo es dispar…”.

De la última encuesta realizada por EFPA entre más de 700 asesores certificados para conocer el papel que juegan las mujeres en las finanzas personales de su familia se desprende que, en 2015, de nuevo, la preocupación por la educación de los hijos es para un 29,4% de ellas su principal prioridad a la hora de tomar decisiones financieras, por delante de la que hasta ahora ocupaba la primera plaza: su propia independencia financiera (que en 2014 era primordial para un 26% y este año los es para un 23,1%).

Las mujeres, según la misma encuesta, tienen un perfil de inversión más conservador. De hecho, el 72,5% de ellas están dispuestas a asumir menos riesgos que los hombres incluso ante la posibilidad de obtener más altos rendimientos. “Ciertamente este porcentaje se ha reducido algo respecto al año anterior, un 75%, pero sigue siendo elevado. A este dato se une, además, que casi un 60% de las féminas dedica más tiempo a tomar sus decisiones de inversión que los varones. Sin emabrgo, del conjunto de estos datos no creemos que sea necesario productos financieros específicos para mujeres; hay suficientes en el mercado entre los que elegir: lo que hay que apostar es por el trato directo y personalizado a la hora de ofrecerlos”.

Batalla de sexos por lograr más rentabilidad

Las carteras de inversión gestionadas por mujeres ganaron un 1,4% más que las administradas por hombres, según un estudio que, en la década de los años 90 del pasado siglo llevó a cabo la Universidad de California en Davis. Es más, las que mejor lo hicieron fueron las mujeres solteras: su rentabilidad superó en un 2,3% a la de los varones también solteros.
La National Association of Investors Corporation estadounidense llegó a la misma conclusión en un trabajo que se ha alargado durante diez años: los clubes de inversión formados exclusivamente por mujeres obtienen de media una rentabilidad anual del 23,8%; los administrados íntegramente por hombres, del 19,2%.
A pesar de estos resultados,  En España,  de acuerdo con la ultima encuesta de EFPA, si bien el 66,6% de los clientes confían por igual en hombres que en mujeres a la hora de buscar asesoramiento financiero; aún queda un 17,6% que sigue decantándose por asesores varones.

En este sentido, la firma de fondos de inversión Vanguard en su estudio How America Saves 2014, dejaba claro que “las mujeres son en general más propensas que los hombres a construir sus carteras con la ayuda de un profesional de la inversión” y, según sus datos, los patrimonios administrados desde un punto de vista profesional generan mejores resultados que los que se rigen por el método del do it your self (hazlo tú mismo).

Jubilaciones

El Índice de Preparación para la Jubilación de Aegon (ARRI) evalúa desde 2012 el nivel de preparación para la jubilación entre los trabajadores de distintos países europeos. Las respuestas se agrupan según una puntuación de 0 a 10: alta (8 o más), media (de 6 a 7,99) o baja (menos de 6). Según el informe de 2015, “en España, el riesgo de una deficiente preparación para la jubilación es especialmente alto entre las mujeres y los jóvenes. Por lo que se refiere a las mujeres, la necesidad de conciliar la vida familiar y la profesional hace más probable que se aparten del mercado laboral. No hay que olvidar que mientras el 26% de las mujeres trabajan a tiempo parcial; solo lo hacen el 11% de los hombres. Así, casi tres cuartas partes (72%) de las mujeres españolas obtuvieron en el Índice una puntuación baja (menos de 6), frente a un 57% de los hombres”.

Los datos que contribuyen a este resultado son variados, a juicio de Marta Acebo “más de tres de cada cinco trabajadoras (63%) no confían en poder mantener un buen nivel de vida durante la jubilación; algo más de la mitad espera que los ingresos de su pareja le supongan un fuerte respaldo económico en el futuro; el 18% de las españolas espera recibir ayuda financiera de algún miembro de su familia al dejar de trabajar”. Si bien no se trata de diseñar productos absolutamente específicos para mujeres sí, sin embargo, “de ofrecerles planes de ahorro con un enfoque a largo plazo que les permitan llegar a la jubilación y viajar más, pasar más tiempo con la familia, dedicarse a nuevas aficiones”.

Al margen de las encuestas, hay algunas teorías atribuyen a factores hormonales las diferencias en la gestión del riesgo entre sexos. John Coates, de la Universidad de Cambridge, señala que la testosterona juega un papel fundamental en estas diferencias a partir del llamado ‘efecto del vencedor’: en la naturaleza, en muchas especies los machos incrementan sus niveles de testosterona en anticipación de una competición, y si la ganan multiplican esos niveles. Este efecto doping produce un exceso de asunción de riesgos a partir de decisiones rápidas y poco meditadas.

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