Cláusulas suelo: Si va a reclamar, pase por el juzgado
Ni la sentencia del Supremo ni el Banco de España han doblegado a los bancos, que solo mejoran las hipotecas si hay sentencia judicial. Hay muchos millones en juego.
Los bancos están convencidos de que los jueces se están comportando al estilo “Robin Hood”. En privado, los ejecutivos señalan que pierden la mayoría de los casos en los tribunales porque tras una crisis financiera larga y profunda, con miles de millones en ayudas del contribuyente, existe un convencimiento social de que la banca es culpable de casi todo lo que reclaman los clientes.
Al margen de este argumento, impregnado de cierto victimismo, la banca atraviesa una pérdida de reputación ante sus clientes como no se recuerda en las últimas décadas. “La base de nuestra relación con los clientes debe ser la confianza y la fidelidad”, ha dicho Ana Botín, presidenta del Santander, y en términos parecidos, Isidro Fainé, presidente de Caixabank.
Entre todos los productos conflictivos, (la mayoría procedentes de las antiguas cajas), las cláusulas suelo de las hipotecas ocupan un lugar destacado. El Supremo estableció que BBVA, Cajamar y Novagalicia (hoy Abanca) debían dejar de aplicar estas cláusulas a partir de mayo de 2013 por comercializarlas sin transparencia. El tribunal no aceptó la retroactividad ni que se generalizara el castigo a todas las entidades con cláusulas.
Los bancos no afectados por la sentencia pierden más del 90% de los casos en los tribunales, según las asociaciones de consumidores. Pero han decidido no eliminar las cláusulas, aunque se reclame, si no hay sentencia de por medio.
Las entidades no ceden porque hay muchos millones en juego: solo el BBVA deja de ingresar 420 millones al año
La razón es doble: por un lado, se juegan cientos de millones de ingresos ahora que los márgenes están hundidos por la caída de tipos de interés. El BBVA deja de ingresar 420 millones al año por las cláusulas anuladas. Por otro, saben que si hay 3,2 millones de suelos, según el PSOE, no serán más de unos 15.000 los clientes que pleiteen al año, según los consumidores. La banca utiliza la táctica del agotamiento: solo tendrán premio los que puedan pagar el proceso.
El Banco de España no ha sido decisivo en esta pelea. De las 15.479 quejas que recibió en 2014, en 4.777 casos le dio la razón al cliente, pero las entidades solo rectificaron en el 14,2% de los casos. Este bajísimo porcentaje no encaja con la tesis de que la banca quiere recuperar la confianza. El sector se aprovecha de que el Banco de España no puede modificar las cláusulas: “Solo lo puede hace un juez”, afirman en el supervisor.
El PP tampoco quiso cambiar la legislación sobre cláusulas. Las entidades ganan esta batalla, pero perderán reputación. El sector no recuperará su prestigio “hasta que los bancos no entiendan que sus intereses deben coincidir con los del cliente”, dice José María Roldán, presidente de la patronal AEB. El objetivo no parece estar cerca.
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