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La guerra de los Vergara: entre la prensa rosa y la salmón

Un empresario de Jalisco y su mujer, exdirectiva de su compañía, protagonizan uno de los divorcios más mediáticos de México

Jorge Vergara y Angélica Fuentes, en febrero, en una imagen colgada en la cuenta de ella en Instagram.
Jorge Vergara y Angélica Fuentes, en febrero, en una imagen colgada en la cuenta de ella en Instagram.

Dicen que el amor es ciego. El empresario mexicano Jorge Vergara, fundador de grupo Omnilife y propietario del club de fútbol más emblemático de México, las Chivas de Guadalajara, lo admitió cuando anunció su separación de Angélica Fuentes, su mujer y brazo derecho durante los últimos siete años. "Yo estaba un poquito ciego. Era el único que no veía lo que estaba sucediendo", afirmó en una entrevista. "Lo que estaba sucediendo" ha desencadenado un pleito legal que ha expuesto los entretelones de una empresa que ha reportado ganancias de hasta 1.000 millones de dólares al año y ha salpicado la gestión del propio club de fútbol Chivas, un equipo mexicano con una popularidad tan grande que sus derechos de transmisión en EE UU se cotizan solo por detrás de los del Barcelona y el Real Madrid. El final de una historia de amor que comenzó con una excéntrica boda en la India, a la que los novios llegaron montados en sendos elefantes, y que culmina en un escándalo que se confunde entre la prensa rosa y la salmón.

Vergara, de 60 años, es un hombre que se hizo a sí mismo. Comenzó trabajando en un pequeño restaurante en una avenida de Guadalajara, una de las tres ciudades más importantes de México, y en 1991 fundó Omnitrition, una empresa dedicada a la venta de suplementos alimenticios, el embrión de Omnilife: una compañía que actualmente cuenta con 6.000 empleados con presencia en 19 países. La empresa, según sus propias cifras, facturó en 2013 unos 1.700 millones de dólares. Vergara conoció a Fuentes, una ejecutiva de Ciudad Juárez, a mediados de los 2000.

"Jorge va a 1.000 [kilómetros] por hora y nosotros queremos estar a 1.001", decía Fuentes

Fuentes, de 52 años, que había iniciado su carrera en la empresa de su familia, la gasera Grupo Imperial, había llegado ya a presidir la Asociación Mexicana de Gas. No era ninguna novata cuando conoció a Vergara. Había ocupado importantes puestos directivos desde los 29 años y es egresada en Finanzas por la Universidad de Texas. Vergara, cuentan, cayó enamorado al instante. Ella dejaría su norte natal por Guadalajara. Asumió las riendas de Omnilife en 2007, poco antes de la boda en la India, una fiesta que duró cinco días en la que no escatimaron gasto alguno. El esposo pasó a ocupar el puesto de dueño de la compañía y Angélica Fuentes, su presidenta ejecutiva, consejera delegada: la CEO. Dejó claros sus objetivos desde el inicio. "Jorge va a 1.000 [kilómetros] por hora y nosotros queremos estar a 1.001", dijo entonces.

Entonces la historia comenzó a perder el velo amoroso y Fuentes asumió la dirección de la empresa con el poder de un general. Al interior de la empresa se ganó una fama de tirana. Siempre le llaman La señora. "La señora hacía lo que quería", afirma un trabajador de Omnilife. Volaron cabezas de directivos, emprendió recortes de personal y metió mano en la gestión de la joya de la corona: las Chivas de Guadalajara. El equipo ganó la Liga mexicana cuando Vergara lo compró en 2006, pero no ha vuelto a ganar otro campeonato desde entonces y ahora enfrenta un posible descenso, un escenario inédito para el histórico club mexicano. Fuentes, por su parte, en 2010 creó su propia línea de cosméticos: Angelissima.

Otra empleada de Omnilife cuenta una anécdota. "Había un tipo muy cercano a Angélica [Fuentes] que le caía muy mal a Vergara. Él pidió que lo despidieran. Ella evitó que lo eliminaran de la nómina. Hace unos meses, en una junta directiva, Vergara estaba reunido con sus directivos y dijo: 'Qué bueno que ya nos libramos de ese tipo, que solo robaba'. Todos se quedaron callados. Era el único que no sabía".

El matrimonio todavía celebró en febrero el cumpleaños 60 de Vergara. A la fiesta asistieron famosos cantantes mexicanos y celebrities de todo el mundo, a los que además invitaron a un recorrido guiado por los museos más emblemáticos de Guadalajara. Su última foto juntos los muestra él de rojo y ella de negro; él de semblante serio, ella sonriente.

Vergara es dueño del 51% de Omnilife y Fuentes, del 49%

Faltaba poco para que explotara la bomba. El miércoles 1 de abril, el día anterior al puente de Semana Santa, los empleados de Omnilife llegaron a su sede principal en Guadalajara y se encontraron con una sorpresa. Hombres custodiaban la entrada y vigilaban quién ingresaba y quién no. Se llevaron cajas de documentos. Patrullas de la policía estatal de Jalisco resguardaban el sitio. Vergara anunciaba poco después su ruptura. Angélica estaba fuera. "Es directamente la responsable de lo que pasa con el grupo", afirmó. El empresario dijo que había detectado numerosas irregularidades financieras y que tomaría medidas legales con su hasta entonces esposa. Vergara es dueño del 51% de la empresa y Fuentes, del 49%.

La Fiscalía de Jalisco confirmó la tarde del lunes que el empresario había presentado una demanda contra su todavía esposa; ella se había protegido horas antes con un amparo legal que busca impedir su detención por los delitos de los que se le podría perseguir.

Vergara, padre de cinco hijos, tiene dos niñas con Fuentes: Valentina, de 4 años, y Maríaignacia, de 2. El empresario ha dicho que la madre ha salido del país y que no le ha permitido ver a sus hijas. Fuentes ha mantenido un hermético silencio ante los medios pero ha respondido con medidas al interior de la empresa. Ha convocado a dos asambleas: una programada para el 29 de abril con los accionistas de Omnilife, y otra al día siguiente, con los miembros del Consejo Directivo de Chivas. Ella quiere que la restituyan. El primer round de la que, se antoja, una larga batalla que marca el fin de una power-couple mexicana. Los dos suelen dar charlas de motivación a sus empleados, el lema de Omnilife dice: "Gente que cuida a la gente". Cuenta una fuente de la empresa: "En los eventos que ella protagonizaba apenas le aplaudían. En el último le aplaudieron y a ella se le saltaron las lágrimas. Apenas la comenzaban a aceptar".

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