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A capotazos hacia la recuperación

La banca de negocios ha seguido el ritmo de la economía y, como ella, ha sufrido los golpes de las crisis

La estatua del toro de Wall Street, en Nueva York.
La estatua del toro de Wall Street, en Nueva York.Daniel Acker

La historia se vuelve caprichosa con frecuencia pero sin periodicidad fija. La banca de inversión, de negocios, nunca ha faltado a las citas que marcaron las crisis financieras como las de 1929 y la más cercana de 2008. Tampoco se ausentó de las tres o cuatro intermedias, como la de 1990. Para algunos la causa y para otros la consecuencia de los avatares financieros, la banca de inversión ha podido sobrevivir a las contiendas bélicas mundiales pero ha quebrado, sin embargo, cuando los mercados de crédito entraron en crisis. Es una vida cíclica que camina de forma paralela al estado real de la economía y siguiendo el guion de la secuencia crisis, recesión y recuperación.

En el sector se ha dibujado una línea gruesa para separar el antes y el después; la línea se llama Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión de Estados Unidos que, el 15 de septiembre de 2008, anunciaba al mundo su quiebra tras siglo y medio de actividad. Desde entonces, asegura un exdirectivo de la entidad quebrada, “todos han diversificado el negocio y aplicado políticas de inversión más razonables, con menos riesgo”. Es una de las muchas lecciones que parecen haber sido extraídas de la práctica.

El ciclo de la economía dictó sentencia en agosto de 2007 cuando el nivel de pérdidas de dos fondos del banco de negocios Bear Stearns, quinta mayor entidad del sector, se declararon en quiebra. Se cerraba así una larga trayectoria de beneficios espectaculares que alcanzaría a continuación al resto de entidades. Bear Stearns fue rescatado por JPMorgan; quebró después Lehman Brothers, el cuarto banco, mientras el tercero, Merrill Lynch, fue adquirido por Bank of America. Los dos más grandes, Goldman Sachs y Morgan Stanley, se convirtieron en bancos comerciales. Por tanto, la crisis certificó la defunción de los bancos de inversión en su versión más arriesgada y especulativa.

En España no hay bancos puros de inversión, si bien las operaciones financieras como inversión en activos, fusiones y adquisiciones o posiciones de trading, cuentan con divisiones especializadas en la mayoría de las entidades bancarias. En todo caso, la banca de inversión que desarrollan estas unidades es menos arriesgada en comparación con las operaciones de la banca americana.

Hay una línea gruesa que marca un antes y un después en el sector: se llama Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión de EE UU, que el 15 de septiembre de 2008 anunció su quiebra

Intensa actividad

Siguiendo el ciclo de la economía, los bancos de negocios parecen estar bailando al ritmo de la recuperación. Prueba de ello es la intensa actividad de las transacciones de este grupo de entidades en el pasado ejercicio y que, en el caso del mercado español, se cierra con una recuperación del volumen realizado en las operaciones de renta fija, de renta variable, así como también en las fusiones y adquisiciones. El pasado 2014 se reveló como el mejor ejercicio del sector con operaciones valoradas en cerca de 90.000 millones de euros, superando al de 2010.

Es una buena señal tras varios años de sequía en la actividad de estas entidades, que han podido sobrevivir por el carácter internacional de los negocios y, sobre todo, porque buena parte de las compañías españolas cotizadas han sido muy activas en el exterior. Y esta actividad internacional, en particular, con la adquisición de empresas y participaciones societarias en otros continentes, augura un mayor número de operaciones en 2015, y también mayor volumen de las transacciones en el futuro.

La banca de inversión se mueve a buen ritmo por las cifras de 2014 pero también por la intensidad del área de negocio que, como las fusiones y adquisiciones, suele ir con cierto retraso con respecto a la recuperación de la economía. En medios del sector bancario se espera un repunte de la actividad compradora en esta primera parte del año, con transacciones de gran tamaño lideradas por las mayores compañías del Ibex 35.

Pero también a buen ritmo se presenta la actividad en la búsqueda de financiación. En este apartado, las salidas al mercado bursátil, como Endesa, intermediada por un grupo de entidades como JPMorgan, Goldman Sachs, Santander, BBVA, UBS y Credit Suisse, o las colocaciones aceleradas, caso de Repsol para dar salida a la participación de Pemex, sirvieron a la banca de inversión, en este caso Deutsche Bank y Citi, para firmar el mejor ejercicio desde 2007.

Si el pasado año fue el de la recuperación del negocio para la banca de inversión, 2015 se presenta como la culminación de un largo camino de vacas flacas para este segmento financiero. La colocación de Aena, hasta el momento la única empresa pública en cotizar este año a la espera de Loterías y Apuestas del Estado y de Paradores, ha animado la actividad en un mercado que ahora espera la llegada de Testa, filial de Sacyr, Abertis Telecom, Talgo o Globalia, además de las dos antiguas cajas de ahorros Unicaja y Banco Mare Nostrum.

La actividad para la banca de inversión no se limita al área, quizás más llamativa, de las fusiones y adquisiciones (M&A) donde en los próximos meses se esperan numerosos anuncios de compañías en proceso de concentración empresarial, como banca y telecomunicaciones, y otros sectores en proceso de reestructuración mediante la venta o colocación de filiales en el mercado bursátil. De la misma forma que el mercado ha cambiado para las operaciones corporativas, las empresas están inmersas en un proceso de desintermediación financiera con el objetivo de reducir la dependencia del crédito bancario.

Gestión privada y renovada

La crisis también ha pasado visita –y factura– a la banca privada especializada en la gestión de patrimonios, incluso se ha llevado por delante unidades completas de banca privada. Pero además ha dejado un hueco de negocio para otras entidades especializadas en el segmento de la administración personal de patrimonios. Los servicios de esta sección para clientes con patrimonios superiores al millón de euros registraron en la época del boom, antes de 2007, una expansión que provocó un aumento de plantillas hasta entonces desconocido. La gran banca dedicó especial atención al negocio porque crecía a ritmos superiores al 10% anual. Pero la crisis obligó a reorganizar la banca privada y a cortar por lo sano, dejando por el camino sociedades gestoras, patrimonios y ganancias, e incluso, bancos enteros.

Ahora, la recuperación de la economía, de la misma forma que arrastra al segmento de la banca de inversión, anima al de la gestión de patrimonios. El sector cuenta con más actores, grandes gestoras de activos como JPMorgan Asset Management. Una de las que administra mayor volumen de activos, más de 623.000 millones de euros, es AXA Investment Managers, del Grupo AXA. Pictet Asset Management es otro de los actores líderes en la inversión activa. En este grupo figuran también Pionner Investments y Fidelity Worldwide Investment, gestora de fondos de inversión con activos por valor de más de 200.000 millones dólares.

Como apunta Mariano Rabadán, presidente de la asociación de instituciones de inversión colectiva Inverco, “regresa la gestión financiera con ánimos renovados”, aunque también con la obligación de reorganizarse y de especializarse. Cambios derivados de la normativa y de las fusiones de varios grupos bancarios. En el apartado de transformaciones no hay que olvidar la pérdida de confianza de los clientes, ahora más exigentes. Tampoco el escenario económico, más volátil, con nuevos riesgos y, seguramente, con menores retornos, pese a que para remediarlo el mercado cuenta con nuevos productos.

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