“El bajo riesgo y alto rendimiento ya no existe”
El subdirector general del Sabadell cree que los bajos tipos de interés durarán al menos tres años más
Muy atrás queda ya para la banca la llamada guerra del pasivo. La caída de los tipos de interés, fijados en el 0,05% por el Banco Central Europeo, ha provocado que sea muy complicado para los ahorradores hallar rentabilidades decentes en los productos tradicionales y con menos riesgo, en especial los depósitos bancarios y la deuda pública. Cirus Andreu, subdirector general y director de Inversiones, Producto y Análisis de Banco Sabadell, prevé que esta situación dure al menos tres años.
Pregunta. ¿Cómo han cambiado las reglas de juego?
Respuesta. Primero, hay una inflación negativa. En el ADN de muchas decisiones económicas de las familias estaba incorporada la expectativa de que todo se encarecía. Pero además hemos comprobado que hay activos a los que se les atribuía propiedades inflacionarias seculares, particularmente los inmobiliarios, que han sufrido una corrección. Por otro lado, no hay tipos de interés. Eso lleva a que las fórmulas de ahorro más tradicionales, como el depósito, las letras del Tesoro y la compra de vivienda propia no den rendimiento.
P. ¿Y qué alternativas hay?
R. Los ahorradores deben replantearse qué hacer con sus reservas financieras. Y deben anticiparse y fijarse unos objetivos y unos plazos. Se trata de ligar la inversión con el plan de vida, desde los estudios de los hijos hasta la jubilación. El instrumento que tienen a su alcance son los fondos de inversión, una figura que sale reforzada de la crisis financiera. Cuando se produjo el credit crunch los fondos y los bancos centrales aportaron liquidez al sistema.
P. Eso supone un salto: pasar de ser ahorrador a inversor...
R. De eso va el momento actual. No hay tipos de interés y las letras del tesoro no dan rendimiento. Europa ha apostado por la inyección monetaria, lo que llevará a una época muy larga de tipos de interés bajos. En EE UU ha durado tres años, y aquí durará más. Los ahorradores pueden rechazar el riesgo y esperar a que se normalicen los tipos de interés y suba la remuneración de los depósitos, pero tener el dinero congelado no ayuda. Se trata de planificar. Si a la inversión se le da un tiempo de maduración hay muchos números para que funcione y dé un rendimiento muy superior al de activos sin riesgo. Las inversiones de bajo riesgo con alto rendimiento ya se acabaron.
P. ¿Cuál es ese plazo?
R. La inversión en un activo debería durar al menos el periodo de su vida económica. Si se invierte en acciones de empresas cotizadas, el horizonte que fijamos es de siete años. Si hablamos de renta fija, tres o cuatro años.
P. ¿Qué tipo de cartera debe tener una persona que hasta ahora haya tenido un depósito?
R. Primero debe definir sus objetivos. Estos le darán los plazos, y para cada plazo hay un activo que da mejor rendimiento. Si es superior a tres o cuatro años, recomendamos que tenga entre un cuarto y un tercio de su cartera en acciones. No esperamos una gran subida de las cotizaciones bursátiles, pero sí una mejora de la economía que se ha de reflejar en los valores. Seleccionando las mejores empresas se puede conseguir una rentabilidad total neta de más del 5% o 6%.
P. Las bolsas, y en especial algunas empresas, acumulan importantes subidas en el último año. ¿No hay valores que pueden haberse ajustado ya mucho?
R. Ya no hay valores tan infravalorados como en 2011 o 2012. La economía global hoy vuela con un único motor, el del consumidor americano, pero funciona bien. Esperamos encender pronto el del europeo y luego el de los emergentes. La valoración de las empresas está ajustada por una tasa de crecimiento muy baja. Si estabilizamos ese ritmo, sobre todo en Europa, tenemos una oportunidad de que las bolsas suban.
“El debate en Europa es si va adelante o atrás en la integración. Nuestro análisis es que no puede quedarse donde está”
P. ¿Y los riesgos geopolíticos?
R. Ucrania y Grecia son dos manifestaciones de las dificultades del proyecto de integración europea. En el caso de Grecia, nosotros damos una probabilidad muy alta a que se produzca un acuerdo. Europa no querrá que la situación griega contamine procesos electorales en Europa, empezando por España y querrá construir un cortafuegos contra el discurso antieuropeo. El debate en Europa es si va adelante o atrás en la integración. Nuestro análisis es que no puede quedarse donde está. Si hay unión monetaria y bancaria, hay que acabar con unión fiscal y política.
P. ¿Hay que esperar volatilidad?
R. Los mercados dan por descontada una solución. Si hay dudas de que esta se produzca rápidamente, los mercados se pondrán en otra hipótesis.
P. ¿Entonces no es mejor esperar para comprar?
R. Se puede hacer ahora. Estamos hablando de dos horizontes temporales distintos: uno a cuatro meses vista y otro a cuatro años. La decisión se puede tomar ahora. Y si en cuatro meses el asunto griego no se ha solucionado, habrá que poner más en acciones, puesto que los mercados se habrán puesto en posición tan conservadora que habrá una mayor revaloración potencial, por encima del 10%.
P. ¿Dónde hay que poner el resto de los ahorros?
R. En instrumentos de renta fija e inversiones muy diversificadas, en especial en el área dólar. Invirtiendo a cuatro años en dólar hay tipos de interés entre el 3% y el 4%.
P. ¿Hay que huir de algún producto?
R. De refugios a muy largo plazo, como obligaciones a 30 años, que producen un rendimiento desproporcionadamente bajo respecto al riesgo.
“Hay que huir de refugios a muy largo plazo, como obligaciones a 30 años, que producen un rendimiento desproporcionadamente bajo respecto al riesgo”
P. Hemos visto casos como los de Madoff, Gowex o las preferentes. ¿Eso no es un freno para el ahorrador?
R. No todo se ha hecho bien, pero no todo el mundo se ha equivocado ni ha provocado con las preferentes los incidentes de las cajas de ahorros. Hay muchas responsabilidades y deben que depurarse. En el caso de Madoff, no hubo silencio, sino un escándalo público y el responsable fue fulminantemente apartado, perseguido penalmente y condenado.
P. También hubo problemas con los fondos inmobiliarios.
R. Son una historia de confusión de objetivos, puesto que se obligaba a invertir el 50% en vivienda, y de un supuesto de comportamiento del activo inmobiliario equivocado. En nuestro caso, quienes quisieron recuperar su inversión lo hicieron.
P. En este contexto de tipos bajos, bancos como el Santander han aprovechado por ofertas agresivas para captar clientes, por ejemplo, en Cataluña. ¿Qué le parece esa estrategia?
R. Se trata de dar un incentivo, es una promoción comercial, más que una rentabilidad esperada para sus clientes que justifique una decisión económica. Es un mecanismo legítimo de competencia que demuestra que la salida de la crisis no ha relajado las condiciones de competencia del mercado español, sino que la concentración ha intensificado las condiciones de competencia, que benefician al consumidor.
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