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Tribuna
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El estado de la nación

José Carlos Díez

El presidente Rajoy afrontó el debate sólo con cifras de 2014. El líder de la oposición Pedro Sánchez como una moción de censura a la legislatura. Recordemos que Rajoy en la campaña de 2011 prometió: crear empleo, bajar la tasa de paro a la mitad, bajar los impuestos, más crédito y no meter ni un euro en el sistema bancario.

Las ideas son libres pero los hechos son únicos. Desde que Rajoy llegó a La Moncloa 600.000 personas han perdido su puesto de trabajo y 400.000 personas han desaparecido de las estadísticas de población y de paro ya que han emigrado. Las cifras más dramáticas corresponden a nuestros jóvenes. Se ha sustituido empleo a tiempo completo por empleos precarios a tiempo parcial, sobre todo mujeres, y en 2014 se trabajaron 177 millones menos horas que en 2011. Además, según datos del IRPF, el salario medio cae un 3% desde 2011.

Incluso con la bajada del IRPF de 2015 todos los españoles pagaremos más que en 2011, salvo los que han perdido el empleo, la prestación del paro o han emigrado. Pero ha subido 50 impuestos más, la mayor subida de impuestos desde Isabel la Católica. Rajoy sigue negando el rescate, igual que Alexis Tsipras en Grecia. Pero todos sabemos que tuvo que presentar un ajuste adicional de 15.000 millones en junio de 2012, tan sólo un mes después de aprobar su presupuesto. Y el ajuste se concentró en sanidad, educación y en subir el IVA hasta de las chuches. Por lo tanto, hoy es un hecho que subir impuestos es de derechas.

Desde que Rajoy llegó a La Moncloa, se han perdido 600.000 empleos

El crédito a empresas y familias tras la desastrosa gestión del rescate de 2012 se ha desplomado 400.000 millones, 40% del PIB. Esto supera a Japón y es la causa principal del cierre de empresas, de la destrucción de empleo y de la deflación de salarios. El nuevo flujo de crédito a empresas es un 30% inferior a 2011 y el de familias un 20% menor. Y los diferenciales sobre euríbor son mayores.

En 2011 Rajoy decía que España estaba en quiebra con la deuda pública en 700.000 millones. Hoy supera el billón. El déficit público, eliminando la afloración que recordemos se concentró en comunidades autónomas, especialmente en Madrid y Valencia gestionadas por el PP y las ayudas a la banca que tras el rescate incomprensiblemente se contabilizaron retroactivamente, sigue próximo a los niveles de 2011. El aumento de gastos de intereses de la deuda se ha compensado con recortes en sanidad y educación y sobre todo en inversión pública e I+D+i. Especialmente preocupante es el agujero de la Seguridad Social de 30.000 millones que será la principal herencia de Rajoy y que pone en riesgo el pago de las pensiones en la próxima legislatura.

La economía es cíclica, se vuelve a crecer y a crear empleo. La eficaz gestión de Draghi reduciendo las primas de riesgo periféricas, depreciando el euro y la bajada del petróleo ponen viento de cola a nuestra economía. Pero se necesita un piloto que sepa adonde se dirige la nación. Y lo más frustrante del debate fue comprobar la ausencia de planes del gobierno para ubicar a España en la globalización y la revolución tecnológica en la que estamos inmersos.

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