Adiós a los grafitis en las fachadas
Existen productos químicos que disuelven los esmaltes y vinilos que crean barreras protectoras de la superficie
Los grafitis o pintadas son en un verdadero quebradero de cabeza para muchas comunidades de vecinos. Este problema, reflejado ya en muchas fachadas de instituciones públicas, vagones de metro o estaciones de tren, se ha convertido en parte de la imagen diaria de muchas ciudades.
Muchos propietarios se han visto obligados a presentar denuncias al Ayuntamiento para atajar este problema de raíz, que ensucia y deteriora las fachadas de sus viviendas. ¿Pero existe alguna solución eficaz y rápida que no implique la vía administrativa ni judicial?
Los grafitis se suelen efectuar con aerosoles, ácidos, pinturas plásticas o rotuladores, que penetran en los poros de las superficies y que pueden llegar a profundizar hasta un centímetro en los espacios donde se realizan.
Para minimizar su impacto se han desarrollado productos antigraffiti que protegen las superficies de los materiales de construcción, impidiendo que la pintura penetre en sus sistemas porosos o se adhiera a las superficies, facilitando de esta forma su posterior limpieza (con agua a presión, productos químicos, etcétera).
El precio de estas pinturas protectoras va de los 19 euros a los 80 euros y se comercializan en envases de cinco a quince litros. Con su aplicación -que se realiza con la superficie previamente limpia mediante un rodillo-, se garantiza una durabilidad antigrafitis durante cinco años.
Empresas como Serlingo Servicios se encargan de su erradicación en fachadas, mobiliario urbano, monumentos, etcétera. "La limpieza se realiza con un productos específicos que no dañan el resto de pinturas de la superficie a tratar", comentan.
Desde la empresa de Limpieza de Grafitis Madrid señalan que hay que tener en cuenta que estas pintadas se realizan generalmente en superficies porosas, por lo que en algunos casos pueden ser difíciles de eliminar.
"El motivo que impide limpiar completamente las pintadas es haber intentado previamente limpiarlos con productos inadecuados, que consiguen el efecto contrario, haciendo que la pintura del grafiti penetre más en el soporte e imposibilitando su limpieza total" añaden.
"Si es un grafiti que lleva poco tiempo en el día se puede eliminar. Si lleva bastante, el tratamiento a aplicar será diferente y más costoso", comentan también en Serlingo.
En cuanto al precio, la empresa Grafitis Madrid señala que la limpieza es una tarea complicada, ya que conlleva tiempo y dedicación hasta eliminarlos completamente. Además, el precio varía dependiendo de su estado, color del grafiti y soporte, entre otros muchos factores. Algo que también argumentan en Serlingo: "En un cliente la tarifa depende de las dimensiones del grafiti y la urgencia que tenga. También depende de si la pared es pintura, mármol, granito, abujardado...el precio variará. Sobre pintura es más fácil trabajar que por ejemplo en piedra natural por su decoloración. Por lo que para presupuestar nos centramos en el tamaño del grafiti y el tipo pintura. Para un dibujo de pequeñas dimensiones, el presupuesto inicial comenzará en 350 euros que solventa los gastos de desplazamiento de material y personal cualificado, además de la limpieza".
Existen también otras alternativas que ayudan a prevenir las pintadas no deseadas, por ejemplo, vinilos para cristales transparentes, diseñados para poder limpiar fácilmente los grafitis y proteger además el vidrio de las ralladuras y ataques causados deliberadamente. Estas láminas se pueden utilizar en escaparates de comercios, plantas bajas de vivienda y rondan unos precios de unos 10 euros por vinilo con una duración de cinco a ocho años.
Igualmente se puede recurrir a los removedores químicos, como el disolvente. Éste es aconsejable utilizarlo en zonas pequeñas, ya que no elimina completamente la pintura callejera. No se recomienda para superficies pintadas ya que funciona mejor en piedra o granito.
Si se quieren eliminar las pinturas realizadas con aerosoles se puede emplear productos denominados "handi-wipe", limpiadores en toallitas desechables.
O proceder a la limpieza con máquinas de presión específicas, que expulsan un líquido muy parecido al disolvente y que ayuda a eliminar los indeseados grafitis.
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