Detroit inicia una nueva etapa
La capital del motor supera oficialmente la suspensión de pagos
La mayor suspensión de pagos de una ciudad en la historia de Estados Unidos llegó a su fin cuando el reloj marcó en Detroit la medianoche, tras 15 meses de negociaciones con sus cerca de 100.000 acreedores. La capital de la industria del automóvil empieza así una nueva etapa, con menos deudas en sus arcas. Pero el trabajo solo acaba de comenzar. El verdadero reto ahora para sus gestores será ejecutar un plan que la hará mucho más pequeña.
La mayor ciudad del Estado de Michigan suspendió pagos en julio de 2013, después de que el gobernador republicano Rick Snyder la declarara insolvente. En ese momento, su deuda ascendía a 18.500 millones de dólares y tenía un déficit de 330 millones. Casi el 40% de lo que ingresaba iba a pagar intereses, un fardo demasiado pesado. El juez que supervisó el proceso dio el aprobado al plan de reflote hace ahora un mes.
El plan aprobado establece que Detroit deberá reducir en un tercio su deuda a largo plazo, en unos 7.000 millones
Los problemas que lleva arrastrando Motown desde hace seis décadas no se van a resolver, en todo caso, de la noche a la mañana. De hecho, lo que sucedió la pasada madrugada es una formalidad legal. Detroit es una de las ciudades más deprimidas de EE UU, con la tasa de criminalidad más alta del país y con una población que se redujo a la mitad. Poner las cuentas en orden era un paso fundamental para poder iniciar su reorganización administrativa.
El plan aprobado establece que Detroit deberá reducir en un tercio su deuda a largo plazo, en unos 7.000 millones. Además, y aunque su gestión ya no dependerá de un administrador impuesto por el gobernador, durante la próxima década sus finanzas estarán sujetas a la supervisión de un consejo. “Vamos a empezar de cero y hacer lo mejor que podamos para ofrecer a los vecinos los servicios públicos que se merecen”, dijo el alcalde, Mike Duggan.
Para empezar, la ciudad deberá empezar a reembolsar parte de lo que debe a sus principales acreedores. El plan incluye recortes en las pensiones a los funcionarios y medidas para proteger su legado artístico. De hecho, en el momento más intenso de la crisis, se barajó vender algunas obras para tapar el agujero. En paralelo, se autorizan inversiones para mejorar las infraestructuras de la ciudad, que incluye el derribo de propiedades abandonadas.
Duggan se impuso en las últimas elecciones locales en pleno trauma. Es el primer alcalde blanco de la ciudad en cuatro décadas. Por su parte, Snyder, que se erige ahora como el gran salvador de Detroit, deja claro que no va a dejar pasar ni una e insiste en que los problemas financieros de los municipios no se pueden ir resolviendo a base de suspender pagos. Por eso está poniendo a raya a otras localidades en dificultad en Michigan.
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