La UE considera “ayuda de Estado” el trato fiscal a Starbucks en Holanda
Si se demuestra la ilegalidad, Bruselas obligará a Ámsterdam a recuperar el dinero
Nuevo capítulo en el caso de trato de favor a Starbucks en Holanda. La Comisión Europea ha subrayado este viernes que el acuerdo fiscal alcanzado entre la empresa estadounidense y el Estado holandés es una ayuda de Estado que “genera dudas” sobre su compatibilidad con la normativa del mercado interno europeo. Según la documentación no confidencial hecha pública por Bruselas, existen evidencias “preliminares” que muestran que el régimen fiscal pactado por Starbucks y las autoridades holandesas favoreció los intereses de la cadena de cafeterías desde 2007, permitiéndole ahorrar “millones” de euros en impuestos que debería haber abonado en otros países. De confirmarse este extremo, las autoridades europeas podrían exigir la devolución de las ayudas a las arcas públicas holandesas.
El caso de Starbucks, desvelado en junio —junto con el de Fiat en Luxemburgo y el de Apple en Irlanda—, sigue una estructura similar a la urdida por 340 compañías y —de nuevo— el Estado luxemburgués y que fue destapada hace diez días por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación. El funcionamiento sigue una directriz común: las compañías realizan transferencias entre filiales para reducir los beneficios declarados en países con impuestos de sociedades más altos, derivándolos así hacia naciones que ofrecen tipos bajos a cambio de pagar allí. Estos acuerdos —también denominados tax ruling— convierten a los países en meros competidores por ofrecer unas acondiciones fiscales más atractivas y drenan ingresos al resto de Estados de la UE.
En la carta remitida en junio y firmada por el entonces comisario de Competencia, Joaquín Almunia, el Ejecutivo comunitario reclamaba al Estado holandés que clarificase la actividad de una sociedad radicada en Países Bajos que era piedra angular en el entramado fiscal pactado con Starbucks y exigía detalles sobre los precios de transferencia entre una filial holandesa y otra suiza. “Cumplimos todas las normativas de impuestos relevantes”, aseveraba una fuente de la empresa estadounidense cuando Bruselas hizo públicas las pesquisas. A tenor de los tiempos seguidos en casos similares, habrá que esperar meses e incluso años para que la enésima investigación de tax ruling toque a su fin.
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