El empleo y los productos financieros

La coyuntura actual esta generando incertidumbre. España crece y, sorprendentemente, este tibio crecimiento si está generando empleo en tasas mayores de lo esperado. Pero Europa sufre un parón que puede lastrarnos de nuevo, y que ya lo está haciendo con las exportaciones. Para evitar que ocurra esto, el BCE está aplicando las políticas expansivas más importantes de su historia con unos tipos de interés bajos que influyen en los productos financieros: préstamos más baratos y depósitos con mucha menos remuneración. ¿Influyen estos cambios en los productos financieros? Depende de cómo apliquen los bancos las mismas y con ello trasladen a empresas y consumidores, pero puede hacerlo y de manera importante.

Hipotecas: Es uno de los productos con más movimiento en las últimas semanas, con bajadas, tímidas, pero generales en casi todas las entidades. A esto unimos un incremento importante de ventas de productos con precios no muy elevados incentivados por unos cambios fiscales en 2015 que castigarán más la plusvalía.

La combinación de buenos precios de venta y mejores condiciones de financiación puede llevar a un aumento de las operaciones de venta y con ello, reducir el enorme stock de vivienda y para el vendedor particular aumentar el dinero disponible que puede dirigir a otros sectores de la economía.

Préstamos al consumo: Aunque no se ha destacado tanto, también han mejorado sus condiciones y aumentado su contratación según los datos estadísticos del banco de España. También se ha reflejado en el aumento de tarjetas de crédito en circulación, que casi han recuperado el nivel anterior a la crisis.

Buena parte de este crecimiento de préstamos lo estamos viendo reflejado en el buen año en matriculación de vehículos. Pero teniendo en puertas la campaña de Navidad y el repunte del consumo de estas fechas, una mayor facilidad de crédito puede ayudar a que esta campaña sea un éxito y cree más empleo.

Depósitos: Aunque la bajada de remuneración parezca una mala noticia, también puede tener su lado positivo. Con tipos más bajos, parte del dinero que se destina al ahorro puede ir a acabar a comprar y consumir más ayudando al crecimiento.

Para que se produzca esta desincentivación del ahorro no sólo es necesario que los tipos sean tan bajos, sino que la situación económica presente y lo que se perciba para el futuro sea positivo. Si se despejan los nubarrones de Europa y se continúa con una tónica positiva de creación de empleo y más optimismo, podemos entrar en una pauta positiva de recuperación.