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Ferrovial crece hablando inglés

La constructora amplía los contratos en trenes y autopistas en Reino Unido y eleva sus pedidos en EE UU y Australia

Ampliación de la autopista North Tarrant Express, en Dallas (EE UU).
Ampliación de la autopista North Tarrant Express, en Dallas (EE UU).

Ferrovial, con una casi proverbial flema británica (capacidad para parecer impasible ante las situaciones más diversas), ha preservado sus muchos intereses en Reino Unido (este mercado le aporta el 42% de sus ingresos) tras el reciente referéndum en Escocia e incluso ha disparado en las semanas previas la contratación de obras y servicios con el Ejército y los ferrocarriles británicos. Busca ahora, junto al australiano Macquarie, tomar el control de los aeropuertos de Glasgow, Aberdeen y Southampton en una operación valorada en mil millones de euros, según el diario Sunday Time.

Inaugura además esta semana su ampliación de la autopista texana North Tarrant Express (NTE), un proyecto de 1.050 millones de euros, y la pasada solicitó oficialmente estudiar una posible incorporación al control del gestor aeroportuario español, en proceso de privatización, AENA.

El grupo de infraestructuras y servicios (autopistas, aeropuertos, construcción y mantenimiento) está enfrascado en una estrategia de crecimiento y expansión que aborda, prioritariamente, con acento sajón: sigue ampliando su presencia en EE UU (más autopistas y contratos de servicios), en Canadá (autopistas y aeropuertos) y en Australia, donde quiere adquirir una compañía.

No son sus únicas apuestas —sigue creciendo en Polonia y tiene los ojos puestos en planes de infraestructuras de México y otros países latinoamericanos, así como en aeropuertos de Japón e India—, pero si las principales.

Los aeropuertos de Glasgow, Aberdeen y Southampton están en el punto de mira de la compañía

“Estamos en modo inversor”, resaltan fuentes de esta empresa que cerró el primer semestre con una posición neta de tesorería, excluidos los proyectos de infraestructuras, de 1.599 millones; que suscribió en abril una línea de financiación bancaria a cinco años de 750 millones (aún sin disponer); y que emitió a mitad de julio un tercer bono corporativo a 10 años de 300 millones de euros.

La cartera total de pedidos de Ferrovial a 30 de junio se situó en máximos históricos: 26.138 millones de euros (18.841 millones vinculados a servicios y 7.297 millones a construcción) y el origen de más de dos tercios de la misma estaba fuera de España.

“Nuestra prioridad en la expansión son los países de la OCDE. Los que gozan de seguridad jurídica, de transparencia y disponen de financiación a largo plazo en su propia moneda”, explicaba el miércoles a este suplemento su consejero delegado, Íñigo Meirás.

Entre las adjudicaciones logradas por Ferrovial en la primera mitad de 2014 destacan la construcción, operación y mantenimiento de la autopista I-77 en EE UU (480 millones de euros); la renovación de la red ferroviaria en varias regiones de Reino Unido; la ampliación de dos autopistas en Australia (por 630 millones y en consorcio con Acciona) y en Arabia Saudí (145 millones en un acceso a Riad), y varios contratos de servicios urbanos en España.

“No somos muy optimistas sobre la recuperación de la construcción en España en 2014 y 2015”, señala Meirás, “pero la contratación de servicios por ayuntamientos y comunidades autónomas está yendo mejor. Contratan más y han reducido los plazos de sus pagos a los previos a la actual crisis económica”.

El grupo es más optimista en España con los servicios que con la construcción

En el tercer trimestre el grupo ha incorporado a su cartera, entre otros pedidos, la red de tren ligero Docklands Light en Londres (30% de un proyecto de 879 millones de euros); nuevos contratos para la mejora de instalaciones militares británicas (tres, en consorcio al 50% con Carrillón, por importe máximo de 3.545 millones de euros y diez años de duración); obras de ampliación de una línea del metro londinense en consorcio al 50% con Laing O’Rourke (628 millones), y la construcción de una eléctrica, una fábrica, un centro de Ikea y varias carreteras en Polonia.

El grupo, que mejoró casi un 5% su resultado operativo bruto en el primer semestre y un 11,5% sus ingresos, registró sin embargo una caída de más del 40% en su beneficio neto que atribuye a la inclusión en igual periodo de 2013 de resultados no recurrentes como la venta del aeropuerto de Stansted o las plusvalías por venta de algunas sociedades.

Analistas de Ahorro Corporación destacan que estos resultados han sido mejores de lo que esperaban a nivel operativo en todos sus negocios y en beneficio neto; que no ha registrado cambios grandes en su deuda y que ha tenido “una muy buena evolución de la cartera de pedidos”.

Pero no todo le ha ido estos últimos meses a las mil maravillas. Hace una semana Indiana Toll Road, la mayor autopista de peaje estadounidense, controlada al 50% por Ferrovial y por la australiana Macquiere, se ha acogido a concurso de acreedores (las autoridades de Indiana adjudicaron su concesión en 2006 por un periodo de 75 años a cambio de 3.800 millones de dólares) por los insuficientes volúmenes de tráfico que registra. Los dos socios llevaban muchos meses intentando pactar con sus acreedores la refinanciación de una deuda de algo más de 2.700 millones de euros.

Indiana Toll Road, en todo caso, sigue operativa y Ferrovial, a partir de ahora, señalan en Bankinter, “comenzará un proceso” para “intentar vender el activo o reorganizar su deuda”. Esta quiebra era algo esperado por el mercado, dicen estos analistas, “y de hecho los principales bancos ya se habían deshecho de la mayor parte de la deuda que ascendía a 5.789 millones de dólares, por lo que esperamos un impacto moderado en el mercado”.

En Ferrovial también siguen pendientes de la solución que cocina el Ministerio de Fomento para rescatar las autopistas de acceso a Madrid y las autopistas radiales con problemas integrándolas en una empresa pública o dando continuidad al proceso concursal en el que varias están incursas.

El grupo, que probablemente pierda el control de sus dos participadas, ha admitido al cierre de agosto a requerimiento de la CNMV que la quiebra de las autopistas R 4 y la AP 36 (Madrid-Levante) le ha dejado, por el momento, un agujero de 124 millones. Las dos autopistas acumulaban en 30 de junio una deuda de más de 1.100 millones de euros.

Y en Australia, donde quiere multiplicar su presencia por la vía rápida (baraja entre otras opciones, según algunos medios, la adquisición de John Holland, filial de Leighton —Grupo ACS—, en una operación que rondaría los mil millones de euros), Ferrovial ha perdido hace 20 días frente a un consorcio en el que participa la española Acciona la adjudicación provisional del proyecto de construcción y posterior concesión mediante peaje de East West Link, un corredor en la ciudad de Melbourne (la mayor obra civil del país con un presupuesto de 5.600 millones de euros).

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