La economía de la zona euro se estanca
El deterioro en Alemania e Italia y la parálisis de Francia anulan el avance del PIB El frenazo amenaza el despegue de España, que despunta en el segundo trimestre
La economía europea aborta el despegue. La eurozona registró un crecimiento nulo entre abril y junio respecto al primer trimestre del año, cuando avanzó un 0,2%, según los datos hechos públicos el jueves por la oficina estadística europea. El estancamiento del club de países que comparten el euro también es evidente en términos interanuales, con un débil crecimiento del 0,7%, dos décimas por debajo del anterior registro. La vuelta a terreno negativo de Alemania, el gran motor europeo (-0,2%), el estancamiento de Francia (0%) y el inesperado retorno de Italia a la recesión (-0,2%, tras un primer trimestre también en rojo) son los principales factores de este nuevo parón, un imprevisto de calado en la hoja de ruta de varios Gobiernos europeos y del Ejecutivo comunitario.
Pero hay más. La creciente tensión entre Bruselas y Moscú —guerra comercial mediante— y la bajísima la inflación —apenas crece un 0,4%, su menor ritmo desde octubre de 2009—, dan argumentos sólidos a aquellos, como el Gobierno francés el mismo jueves, que reclaman al Banco Central Europeo (BCE) más estímulos y nuevas recetas al Ejecutivo comunitario.
El dato es un imprevisto en la hoja de ruta de los Gobiernos europeos
Las malas noticias que emanan del corazón de la zona euro, contrastan con la recuperación de Holanda (rebotó un 0,5%, tras caer un 0,4% entre enero y marzo), y sobre todo, con la de España y Portugal, dos de las economías que más han sufrido el azote de la crisis, con un avance del 0,6%. En el resto de la periferia, Chipre pone la nota negativa, al encadenar ya dos años en recesión. Ni Irlanda, ni Grecia, que completan el repóquer de grandes damnificados, han presentado aún la estimación del PIB con criterios comparables con el resto.
Para la incipiente recuperación de la economía española, la debilidad de los tres grandes del euro, que también están entre los principales clientes de sus exportaciones, es una pésima noticia. De hecho, el sector exterior, el único que aportó crecimiento en los peores años de la crisis, da ya señales de agotamiento.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, destacó el jueves durante una reunión de su partido en Galicia que el crecimiento español demuestra “que se hizo lo que había que hacer”, pero ante la debilidad de la recuperación en la zona euro insistió en que “las reformas tienen que seguir” tanto en España como en la UE “porque el mundo es muy competitivo”. Un portavoz del Ministerio de Economía prefirió no valorar los datos y recordó que la próxima revisión del cuadro macroeconómico, que el Ejecutivo se anticipa al alza, se producirá en septiembre.
El impacto de la crisis ucrania
La ralentización de la actividad en la eurozona, lastrada según el panel de expertos del propio BCE —que el jueves recortó su previsión de crecimiento hasta el 1% en 2014—, por el menor empuje del sector exterior, también hizo mella en el conjunto de la UE. Los Veintiocho dieron un paso más hacia el crecimiento cero y cerraron el segundo trimestre con una exigua alza intertrimestral del 0,2%, una décima menos que en los tres primeros meses del año.
Rajoy opone la necesidad de más reformas ante la ralentización
El faro del crecimiento europeo vuelve a ser Reino Unido que, con una expansión del 0,8%, se consolida como la economía más vigorosa de entre las grandes de una UE atenazada. Destacan también los países del este: Polonia, pese a la severa desaceleración, crece un 0,6%; Lituania continúa en el 0,7%; Letonia avanza un 1% y Estonia vuelve al terreno positivo con un alza del 0,5%. Pese a las buenas nuevas, estas economías —por cercanía geográfica e importancia de los flujos comerciales— serán, junto con Alemania, las más afectadas por el conflicto abierto con Rusia, que empezará a dar la cara en las cifras del tercer y cuarto trimestre.
Hosuk Lee-Makiyama, director del think tank bruselense Ecipe, sitúa el mayor riesgo de la economía europea en los próximos meses en la geopolítica —concretamente, en el conflicto entre Rusia y Occidente a cuenta de Ucrania— y en los “crecientes” costes energéticos. Y advierte sobre las mejoras de competitividad derivadas únicamente de recortes en los costes laborales. “Sin una ganancia real de competitividad, sustentada en la inversión, las empresas europeas se quedarán atrás”.
El dato de inflación, dado a conocer también el jueves por Eurostat, es otra muestra de la debilidad de la economía europea. Los precios apenas crecieron un 0,4% en julio (una décima menos que el mes anterior) con cuatro de los 18 países del euro —entre ellos España— en terreno negativo.
Bruselas sostiene que los cimientos de la recuperación están “intactos”
A la vista de los malos datos de crecimiento del conjunto de la UE y de la Eurozona, el Ejecutivo comunitario incidió el jueves en la "fragilidad" de la teórica recuperación y animó a los Gobiernos europeos a seguir el "audaz" camino de reformas emprendido por España y Portugal. "Las cifras presentan una fotografía mixta que debe ser valorada a medio plazo", señaló un portavoz comunitario. “El mayor riesgo es la autocomplacencia”, añadió.
Bruselas reconoce que algunos “acontecimientos externos”, como la guerra comercial iniciada con Rusia, pueden incrementar la incertidumbre pero asegura que los cimientos de la recuperación “permanecen intactos”. Habrá que esperar a otoño, cuando ya se conozca el importe de la factura de las sanciones cruzadas con Rusia, para saber si la UE retoma la senda de la recuperación, ahora interrumpida.
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