Las tensiones geopolíticas castigan la lenta reactivación económica global
El FMI baja en tres décimas la previsión de crecimiento mundial y recorta duramente la de Rusia
La economía mundial, embarcada en la ruta de la recuperación, aún no puede respirar tranquila. La inestabilidad del tablero geopolítico, cuyo deterioro se ha agudizado en las últimas semanas, acecha en el umbral. Tanto la espiral de violencia en Oriente Próximo como el agujero negro en que se ha convertido Ucrania amenazan con enfriar aún más unas perspectivas de crecimiento global que, rebajadas en tres décimas desde abril, se cifran en un débil 3,4% para 2014. Así lo considera el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el informe presentado hoy en la Ciudad de México y que dibuja un escenario caracterizado por el cansancio de las principales potencias económicas, especialmente la zona euro. Esta atonía generalizada, que ni siquiera unos tipos de interés rasantes logran animar, corre además el riesgo de prolongarse en el tiempo, en la medida en que “no se observa ningún ímpetu robusto en las economías avanzadas” y que los grandes mercados emergentes siguen lastrados por restricciones financieras.
“La recuperación no es fuerte y aún hay que apoyarla. Ese es el mensaje principal”, señala el director de Investigación del FMI, Olivier Blanchard.
"El Gobierno español sabe lo que hace", dice el economista jefe
En este cuadro de mediocridad planetaria, el FMI, sin embargo, destaca la “inesperadamente favorable” actividad de Japón, Alemania, Reino Unido y España. Este último país, cuyas pronósticos avanzan en constante progresión, alcanza una meta simbólica. Con un crecimiento del 1,2% en 2014 y del 1,6% en 2015, España supera la media de la eurozona (1,1% y 1,5% respectivamente) tras años de recesión y destrucción de riqueza.
Pero la evolución positiva de este cuarteto representa relativamente poco en un entorno de debilidad y, por tanto, aún sujeto a riesgos. El primero de ellos es el largo y nunca acabado conflicto en Irak. Agravado en los últimos meses por el avance yihadista, esta implosión territorial amenaza, según el FMI, con una “fuerte escalada” en los precios del petróleo. Un incremento que ya se ha hecho sentir en lo que va de año y que ha recordado a los importadores de crudo, como Europa, los peligros de su dependencia energética.
El segundo factor de desestabilización procede de Ucrania, un corredor profundamente marcado, de nuevo, por el juego energético. Las crisis que la ha desgarrado pasa factura a Rusia, implicada de cuerpo entero en el conflicto y cuya aventura exterior ha deprimido a la demanda interna. Así, de un crecimiento del PIB del 3,4%, en 2012, el gigante ruso pasa a sólo el 0,2% para este año. Esta caída llega además tras una revisión a la baja de 1,1 puntos en solo tres meses. Se trata de uno de los mayores recortes entre los grandes países y un indicador de las tensiones a las que se enfrenta el Gobierno de Putin.
El otro gran tijeretazo en las previsiones corresponde a Estados Unidos, aunque aquí el problema es de otro tenor. Aparte de una corrección debida al excedente de inventarios, el FMI señala que la crudeza del último invierno contrajo la demanda al tiempo que caían las exportaciones. El resultado es una subida del PIB de sólo 1,7% para este año (dos décimas menos que en 2013). El organismo monetario, sin embargo, apunta a una mejoría gradual, a medida que se disipen los nubarrones, hasta lograr un tirón del 3,0% en 2015.
El día en que China ganó a EEUU
La carrera emprendida por China para convertirse en la primera economía del mundo va ganando metas. La última deriva de una revisión efectuada por el FMI del PIB calculado en función de la paridad del poder de compra. Con este denominador, que persigue ponderaciones homogéneas entre naciones distintas, se indican cuántas unidades de la moneda nacional de un país se necesitan para comprar una cesta comparable de bienes y servicios valorada en una moneda común, habitualmente el dólar.
La actualización hecha por el FMI del PIB valorado en términos de paridad del poder de compra arroja que el peso mundial de las economías emergentes (56,4%) ya es superior a las avanzadas (43,6%). En este contexto, China absorbe el 15,9% y Estados Unidos, el 16,5%. Pero si se les aplica la previsión de crecimiento del FMI para este mismo año, la potencia asiática superaría por primera vez en la historia a EEUU (16,5% frente al 16,2%, teniendo en cuenta que la economía mundial crecerá un 3,4%).
El propio Fondo Monetario advierte, sin embargo, que la ponderación basada en la paridad del poder adquisitivo es solo un indicador sistémico más. Y que si se calcula el PIB en función del tipo de cambio de mercado (lo normal), las economías emergentes quedarían rezagadas en el 40% y China perdería instantáneamente la hegemonía.
Un porcentaje que duplica el que la zona euro podría alcanzar en las mismas fechas. En este selecto grupo europeo, las buenas noticias vienen de la infatigable Alemania (1,9%) y, por primera vez, de España, un valor en ascenso para el FMI. La previsión para 2014 mejora tres décimas desde el informe de abril y se sitúa en el 1,2%. La gran sorpresa radica en que, tanto este año como el siguiente, España se coloca por encima de la media de la zona euro. Aunque la diferencia es de una sola décima, se trataría, si se confirman los pronósticos, de un dato cargado de simbolismo para un país que ha sufrido dos durísimas recesiones (2013 acabó con el -1,2%) y cuyas amargas cifras de paro lastran cualquier euforia.
“Hay tres factores para la mejora española. Las exportaciones han ido bien, el Gobierno sabe lo que hace y ha tomado las medidas adecuadas, y se ha generado confianza. España ha doblado la esquina, va en la dirección correcta”, explicó Blanchard.
Pero la buena proyección española tiene su anverso en la debilidad de la zona euro, con un aumento del PIB tres veces menor que el mundial, y con dos de sus principales espadas, Francia e Italia, aún sin capacidad para desplegar su potencial. “El crecimiento en la zona euro es desigual debido a la fragmentación financiera, el deterioro de los balances públicos y privados, y el elevado desempleo en algunas economía”, indica el informe.
Fuera del euro, en cambio, el Reino Unido evoluciona con fuerza, logrando la mayor subida de las grandes naciones avanzadas (3,2%). “El ritmo de recuperación no es igual para todos. Tanto Estados Unidos como el Reino Unido avanzan con fuerza hacia la normalización. En la zona euro y Japón es más débil”, indica Blanchard.
En el multifacético paquete que conforman los países emergentes y en desarrollo, se reproduce la atonía general. El pronóstico para este año se ancla en el 4,6%, prácticamente igual que el año anterior. En el caso del titán chino, cuyos estornudos pueden hacer temblar al planeta, hay una ligera caída, fruto de la contracción de la demanda interna y del esfuerzo gubernamental por contener la burbuja crediticia y corregir la actividad inmobiliaria. La consecuencia es una previsión del 7,4% que bajará al 7,1% el año próximo. “Es una desaceleración positiva, porque busca un equilibrio saludable”, detalla Gian Maria Milesi Ferretti, subdirector de Investigación del FMI.
India, por su parte, tras las elecciones, ha tocado suelo y previsiblemente se encamina a una mejoría.
Mal año para el bloque latinoamericano
El bloque latinoamericano tendrá un mal año. Con un crecimiento de sólo el 2%, su anemia deriva de la fatiga de sus dos mayores motores: México y Brasil. El primero ha visto recortadas sus esperanzas hasta quedar en el 2,4% (seis décimas menos de los previsto en abril). El golpe responde a su extrema dependencia de Estados Unidos, receptora del 80% de sus exportaciones. El mal arranque de su vecino del norte, con el que comparte 3.185 kilómetros de frontera, el debilitamiento de la construcción y la contracción de la demanda interna vuelven a sembrar el desaliento en un país embarcado en el más ambicioso proceso de reformas de Latinoamérica. Y aunque su aumento del PIB duplica el del año anterior, queda muy lejos del 5% establecido en el Pacto por México como listón para avanzar en la lucha contra la desigualdad. Pero aún es peor el resultado de Brasil, donde, a juicio del FMI, las restricciones financieras a las empresas y, sobre todo, la falta de confianza de los consumidores y las empresas “están frenando la inversión y moderando el consumo”. La consecuencia es un aumento del PIB del 1,3% para 2014, casi la mitad que el año anterior.
“La mala noticia con Latinoamérica es que necesita de reformas estructurales, la buena es que las está haciendo, sobre todo México, que ha emprendido un ambicioso programa de reformas que le ayudará a lograr sus metas”, detalló Olivier Blanchard.
La conclusión de este repaso zonal es poco alentador. Para el organismo que dirige Lagarde no hay en estos momentos ni en los grandes países avanzados ni en el área latinoamericana un catalizador económico claro. “El crecimiento mundial es más débil de lo previsto[…] Si bien hay que reconocer la incidencia de factores temporales en la desaceleración en las principales economías avanzadas, aún no se ha observado un fuerte impulso de la demanda, a pesar de que las tasas de interés siguen registrando un nivel muy bajo y de que los factores que frenan la recuperación han disminuido, como la consolidación fiscal y las condiciones financieras restrictivas”, afirma el FMI.
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