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La CNMV admite que hasta 2012 las preferentes no reflejaron su valor real

Altos cargos de Economía mostraron su preocupación por Bankia en enero de 2012

Íñigo de Barrón

En 2003 se reguló la emisión de participaciones preferentes y se estableció la obligatoriedad de cotización en los mercados de renta fija. Sin embargo, Ángel Benito director general de Mercados de la Comisión de Nacional del Mercado de Valores (CNMV) declaró este miércoles en la Audiencia Nacional que no fue hasta abril de 2012 cuando las participaciones preferentes reflejaron su valor real en el mercado. Antes estuvieron registradas en el AIAF, el mercado español de deuda corporativa o renta fija privada integrado en Bolsas y Mercados Españoles (BME), pero solo marcaban el precio que daban las empresas, comentó Benito.

A preguntas de los abogados de UPyD y 15MparaRato, Benito aclaró que fue la entrada en el mercado SEND —una plataforma electrónica de compra y venta de renta fija—, la que aclaró el valor real de estos productos. En mayo de 2010, tras fuertes insistencias de la CNMV, se suspendieron los mercados internos de casación de operaciones. Así estuvieron hasta abril de 2012, cuando entraron en el SEND con fuertes caídas de precio.

Benito, que ha acudido como testigo del caso Bankia, aseguró que la CNMV nunca autorizó estos mercados, pese a que los tuvieron muchas cajas de ahorros, sobre todo las que luego fueron nacionalizadas, durante años.

El alto responsable de la CNMV, siempre según fuentes de los abogados presentes en la sala, comentó que en mayo de 2004 escribieron a las entidades para que quitaran el adjetivo de “preferentes” a estos productos. Sin embargo, es un hecho que no lo hicieron y siguieron durante años.

"Serias preocupaciones" sobre Bankia

Respecto a la salida a Bolsa de Bankia, Benito comentó que se requirió información a la entidad sobre si había realizado préstamos a empresas para que compraran sus acciones y que la entidad lo negó. El juez titular, Fernando Andreu, le preguntó si la CNMV encontró que Bankia había hecho a alguna empresa vinculada con créditos algún contrato para cubrir pérdidas en sus acciones. Benito lo negó.

A primera hora de la mañana declaró Antonio Carrascosa, director general del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y ex director general de Política Económica del Ministerio de Economía durante la caída de Bankia. Carrascosa afirmó que desde enero de 2012 tenían “serias preocupaciones” sobre la situación financiera de Bankia y, en particular, “sobre necesidades significativas de capital”, a preguntas del abogado de UPyD. Carrascosa coincide con los altos directivos del Banco de España que han pasado por la Audiencia. Esto supone que cinco meses después de la salida a Bolsa de Bankia y cuatro meses antes de la dimisión de Rodrigo Rato como presidente de la entidad, saltaron las alarmas del supervisor y de Economía.

Otra cuestión abordada fue la inyección de 19.000 millones que pidió José Ignacio Goirigolzarri al llegar a la presidencia de Bankia. El máximo ejecutivo del FROB declaró que este organismo no hizo análisis para saber si era una cantidad adecuada, pero que suponía que el Banco de España lo había hecho. También recordó que el examen posterior de Oliver Wyman corroboró este dato, así como la Comisión Europea, que entregó el dinero.

El 17 de abril de 2014, el Banco de España aprobó un plan de saneamiento a Bankia, algo que disgustó profundamente al Ministerio de Economía. Unos días después, el 25 de abril, el FMI alertaba de la situación de Bankia en un informe. Carrascosa ha comentado que este escrito le pareció conservador porque en su opinión la entidad atravesaba una situación más grave que la que reflejaba el Fondo. Carrascosa admitió haber participado con algún alto directivo del FMI en citas anteriores a la confección del informe.

Sin tiempo para el 'plan Rato'

El actual responsable del FROB también estuvo presente en una reunión con Jerónimo Martínez Tello, director de supervisión del Banco de España, Miguel Temboury, Subsecretario de Economía y Competitividad de Economía, y tres altos directivos de Bankia, (Miguel Crespo, Manuel Lagares y Luis Maldonado), el 3 de mayo, donde se discutieron medidas que podía tomar la entidad para mejorar su situación, así como el nombramiento de un nuevo consejero delegado y que se barajaba ya el nombre de Goirigolzarri. Sin embargo, en aquella cita clave, en un momento en el que estaba punto de estallar la entidad por los aires, no hubo tiempo para determinar si los 7.000 millones que reclamaba Rato eran suficientes o no para salvar a Bankia, ha explicado Carrascosa. También ha dicho que no se le puso ningún tope económico a Bankia para las ayudas.

Sin embargo, un día después de la reunión entre el supervisor, Economía y Bankia, es decir, el 4 de mayo de 2012, José Luis Olivas, copresidente de la entidad, entregó otro informe de saneamiento de Bankia que recibió el apoyo del supervisor. Ese mismo día, alrededor de las ocho de la noche, Rodrigo Rato se reunió con el ministro de Economía, Luis de Guindos, y con Emilio Botín, Francisco González e Isidro Fainé, presidentes del Santander, BBVA y CaixaBank. Tres días después, el 7 de mayo, Rato presentó su dimisión. Para Carrascosa esta salida fue una sorpresa de la que se enteró por la prensa.

El juez Andreu le ha preguntado por si se cruzaron correos con Bankia sobre borradores del plan de saneamiento, algo que ha admitido Carrascosa así como que corregían algunos datos, según fuentes de los abogados.

También declaró como testigo Miguel Temboury, subsecretario del Ministerio de Economía, que comentó que su relación con Rodrigo Rato se remonta a 2001, cuando trabajó con él en Economía. Temboury se acogió a su derecho a no revelar secretos profesionales como abogado cuando fue preguntado por su relación con la sociedad Paracuga, en la que participan Rato y Jaime Castellanos, presidente de Lazard, banco donde trabajó el expresidente de Bankia. No obstante, Temboury aclaró que participó en profesionalmente en la constitución de la sociedad, pero no como socio. El alto cargo de Economía sí dijo que para él fue una sorpresa que Deloitte no entregara la auditoría porque desconocía esos problemas en Bankia. También, al igual que a Carrascosa, dijo que le sorprendió la dimisión de Rato y que desconocía los motivos de su dimisión, pese a ser un cargo muy cercano al ministro Luis de Guindos, que estuvo al tanto de todos los detalles de esta operación.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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