El holding del grupo Espírito Santo suspende pagos en Luxemburgo
El gobernador del Banco de Portugal asegura que la entidad "está protegida”
El Espírito Santo International, holding del grupo del mismo nombre, pidió ayer a un tribunal de Luxemburgo una “gestión controlada” —figura jurídica similar al concurso de acreedores— por la imposibilidad de hacer frente al pago de sus obligaciones. La sociedad, cabecera del grupo empresarial de la familia Espírito Santo, con sede en Luxemburgo, explica que realizó la petición por no estar “en condiciones de cumplir con sus obligaciones, debido al vencimiento de una parte significativa de su deuda”.
La matriz deberá presentar un plan de reestructuración ante el Tribunal de Comercio de Luxemburgo para que le permita vender activos y recaudar fondos para protegerse ante las demandas de sus acreedores.
Se trata del primer paso para una petición de insolvencia del holding que controla el 100% de Rioforte, con hoteles y hospitales en el grupo, que a su vez posee el 49% del capital de Espírito Santo Financial Group, (dueña de la aseguradora Tranquilidade) y que controla el 20% del Banco Espírito Santo (BES).
A final de 2013, la deuda del grupo era de 7.000 millones de euros, la mayoría financiada con la emisión de papel comercial que fue vendido en diversos bancos del grupo, entre ellos el BES, donde tienen el 20,1% de la propiedad.
La crisis en el Grupo Espírito Santo ha provocado en las últimas semanas duras pérdidas bursátiles en el BES, uno de los principales bancos de Portugal y considerado parte esencial del sistema económico y financiero del país.
Ante esta situación, el jueves, la ministra de Finanzas y el viernes, el gobernador del Banco de Portugal, comparecieron ante la Asamblea de la República para aclarar la crisis del Banco Espírito Santo.La respuesta ha sido unánime: no hay tal crisis.
La preocupación de los diputados, de los financieros y de los ciudadanos se refiere a las interconexiones que hasta hace cuatro días ha habido entre las empresas de la familia Espírito Santo y el banco del mismo nombre.
Esa contaminación de influencias ha derivado —entre otras cosas— en unos riesgos por impago de empresas de la familia al banco, que cuantificó en más de 1.000 millones.
Ante el Congreso, Carlos Costa, gobernador del banco central, ha asegurado que el BES tiene capital para responder a los posibles impagos —2.100 millones de euros—. “El Banco de Espírito Santo está protegido”, ha dicho, incluso aunque se materializaran los peores augurios. “Si todo fuese mal, la solvencia estaría garantizada y los clientes estarían salvaguardados”.
Costa, que más que supervisor ha hecho de ejecutor del cambio de rumbo del BES al imponer la salida de la familia después de 144 años de control, ya había señalado días antes que incluso había accionistas interesados en ir a una ampliación privada de capital si se diera el caso. Esas palabras tuvieron un efecto placebo en la Bolsa. La comparecencia de ayer coincidió con una subida del 0,2%, aunque en la semana pierde un 13%.
"El banco cumple los ratios de solvencia. Hay algunas incertezas, pero controlables dentro de la almohada de capital que tiene la entidad”, declaró el supervisor.
El día anterior, la ministra de Finanzas, Maria Lís Albuquerque, negaba que su ministerio estuviera preparando una recapitalización pública del BES, “Ni la preparamos ni tenemos ningún indicio de que eso fuera necesario”.
Pero los tentáculos del BES son muy largos y variados, por ejemplo el BESA, en Angola, donde dos tercios de la cartera de préstamos son de dudoso cobro, aunque el Gobierno angolano ha garantizado el pago. “Estoy convencido de que se encontrará una solución”, ha afirmado el supervisor del Banco de Portugal en la Asamblea. La solución más factible pasa por que Angola se acabe quedando con el 100% del banco.
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