Competencia rechaza una regulación exprés para el consumo colaborativo
La CNMC advierte de que "hay que ser muy prudente" antes de limitar aplicaciones como Uber
El conflicto por Uber, la aplicación de Internet que permite un transporte alternativo al taxi entre particulares, puso el mes pasado sobre la mesa el frente que supone un tipo de consumo colaborativo que se mueve entre la cooperación ciudadana y la economía sumergida. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) considera que "hay que ser muy prudente" antes de pensar en una regulación para este tipo de actividades y aguardar a la evolución de estas novísimas plataformas porque “precipitarse en esto puede confundir a los consumidores”, señalan fuentes cercanas al organismo.
"La CNMC piensa que una regulación innecesaria o desproporcionada perjudicaría a los consumidores y al interés general, además de suponer un obstáculo a la competencia efectiva", ha señalado este miércoles en su blog el organismo. "Desde la CNMC se valoran muy positivamente los efectos beneficiosos para la competencia que puede traer la economía colaborativa", añade.
Es el sentir que ya manifestó hace unas semanas el presidente de la CNMC, José María Marín, durante una conferencia en Santander, cuando advirtió de que “las respuestas deben ser proporcionales al problema” y recalcó “prohibir es una herramienta excesivamente fácil” y que requiere “especial cuidado”.
El llamado consumo colaborativocuenta con plataformas como BlaBlaCar (usado sobre todo por particulares que comparten gastos de coches entre ciudades) o Airbnb (alojamiento turístico). La CNMC considera que en el caso de la economía colaborativa en el sector del transporte, se podrían dar externalidades medioambientales positivas. Además, "la constancia informática de la transacción podría facilitar el control por parte de la autoridad fiscal o administrativa; y la calidad del servicio puede mejorar gracias a los sistemas de mayor competencia, reputación e interacción repetida". En cuanto al alojamiento turístico, la CNMC destaca que las nuevas tecnologías proporcionan sistemas de evaluación mutua entre usuarios y proveedores, que pueden reducir la asimetría informativa.
"Ventajas indudables"
Competencia considera así que la economía colaborativa presenta “ventajas indudables” como una asignación más eficiente de los recursos infrautilizados, más competencia y una reducción de los costes de transacción y mejora la oferta para el consumidor. Pero admite que, en el otro lado de la balanza, también hay elementos negativos. Aun así, “una regulación innecesaria” perjudicaría a los consumidores. El Gobierno tampoco ha hecho pública intención de introducir regulación sobre este ámbito. Aunque otras Administraciones han aplicado mano dura. La Generalitat de Cataluña ha multado recientemente a Airbnb con 30.000 euros por intermediar entre turistas y propietarios de viviendas catalanas que no estaban inscritas en el Registro de Turismo de Cataluña y por alquilar habitaciones en domicilios particulares.
La CNMC concluye que "la ausencia de regulación podría ser, en algunos casos, la solución óptima", que si se diera una respuesta regulatoria, se debe primar el interés general, no el interés de un grupo de operadores económicos". Según la CNMC, sólo habría que considerar una respuesta regulatoria proporcionada si existen fallos de mercado (externalidades, información asimétrica…); si el mercado por sí mismo no puede alcanzar objetivos de interés público; o existe tratamiento asimétrico respecto a operadores sujetos a obligaciones de servicio público. "La respuesta por parte de las autoridades no tiene por qué consistir en más regulación para los nuevos entrantes, sino que podría centrarse en reducir los requisitos para los operadores tradicionales cuando estos requisitos sean innecesarios o desproporcionados", dice el organismo.
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