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El Banco Espírito Santo pierde la mitad de su valor en siete días

La familia ha vendido un 4,99% de acciones a 0,34 céntimos cuando hace un mes las había comprado a 0,65

José Maria Espírito Santo Ricciardi también sale de los órganos directivos del banco.
José Maria Espírito Santo Ricciardi también sale de los órganos directivos del banco.Simon Dawson (Bloomberg)

Las acciones del Banco Espírito Santo (BES) han prorrogado este martes su desplome en la Bolsa de Lisboa por las dudas sobre la situación financiera del grupo. Por la tarde y tras llegar a ceder un 20% en la apertura y marcar un nuevo mínimo histórico en 35,5 céntimos, ha moderado levemente la avalancha de ventas. Finalmente, la sesión se cerró con una caída de la Bolsa de Lisboa de más de un 1% y del 14,61% para el BES. El banco ha perdido el 49% de su valor en siete días.

En las primeras dos horas de negociación habían cambiado de manos 37 millones de acciones del banco, cuando la media diaria era de 28 millones. A primera hora de la tarde ya eran 135 millones y la jornada se cerró con un intercambio de cerca de 160 millones de títulos, rompiendo todos los récords históricos. En la jornada del lunes, marcada por el relevo acelerado en la dirección y la expulsión de la familia Espírito Santo de los puestos de responsabilidad, la acción del BES fue superior al 7%.

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A mediodía del martes, el nuevo administrador del banco, Vítor Bento, ha dirigido un comunicado a los trabajadores en el que llama a "reconquistar la confianza de los mercados", pidiendo su colaboración para "poner fin a la especulación y abrir un  nuevo capítulo del banco". Tras el mensaje a los 10.000 empleados, la acción del BES llegó a tener una subida del 5%, que se mantuvo durante unos minutos en una jornada tan volátil como las anteriores.

Este martes era el día en que una de las sociedades del grupo Espírito Santo, Rioforte, debía pagar a la operadora Portugal Telecom una deuda de 875 millones de euros, pero, según ha publicado Reuters, esta sociedad estaría preparando la petición de una junta de acreedores. Esta información hizo bajar la acción de PT que, a su vez, está en pleno proceso de fusión con la brasileña OI, lo que afectaría a la composición accionarial de la operadora resultante. En principio la representación de PT iba a ser del 37% y ahora se especula con que no pase del 20%.

Los bancos controlados por las familias pueden ser problemáticos, pero lo bancos grandes administrados por accionistas familiares pueden ser muy problemáticos

Gracias a la notificación del Espírito Santo Financial Group -que sigue sin cotizar- a la Comisión portuguesa de valores se ha conocido al detalle la venta del 4,99% de sus acciones en el BES. El grupo acudió a la ampliación de capital, pero con un préstamo del banco japonés de inversiones Nomura, garantizado con el 4,99% de acciones. La rebaja de la cotización (más del 40% en una semana) le daba opción al banco japonés de exigir más garantías o la devolución del préstamo. La familia Espírito Santo optó por el mal menor: vender ese porcentaje de acciones, pese a que lo que había comprado hace un mes por 0,65 céntimos lo vendía ahora por 0,34. Total, unas pérdidas superiores a los 89 millones de euros.

Mientras, cada vez cobra más fuerza que varios holdings del Grupo Espírito Santo -como ESI, ESFG y Rioforte- soliciten en Luxemburgo -donde tienen la sede- una junta de acreedores a las autoridades mercantiles judiciales, lo que inmovilizaría también todos los activos de las empresas de la familia y por consiguiente su participación del 20% en el mismo banco.

"Un triste final para una familia orgullosa"

Los grandes diarios económicos internacionales Financial Times y Wall Street Journal han dedicado hoy espacio a la caída del gran imperio familiar Espírito Santo. "Un triste final para una familia orgullosa", escribe Patrick Jenkins en FT. "La saga del portugués Banco Espírito Santo es un recordatorio de varios hechos: que los bancos de la periferia de la zona euro siguen siendo frágiles, que la percepción de los inversores hacia ellos todavía puede ser volátil, y que los rescates de bancos pagados por contribuyentes ya no son apreciados por los gobiernos ", señala.

“Los bancos controlados por las familias pueden ser problemáticos", escribe Jenkins, "pero lo bancos grandes administrados por accionistas familiares pueden ser muy problemáticos”.

Aún así, recuerda que subsisten casos de éxito de bancos familiares, como el Santander -aunque la familia Botín apenas tiene el 2%-, que subió en bolsa un 43% en los dos últimos años, y el SEB de la familia sueca Wallenberg, que duplicó su valor en el mismo tiempo. En siete días, el BES ha perdido el 49%; lo que no pudo conseguir la Revolución de Abril -nacionalizó el banco de 1975 a 1991- lo han conseguido los mercados. Pocos dudan ya de que es el fin del imperio Espírito Santo.

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