Francisco Ros Casares, empresario y dirigente deportivo
Creó casi de la nada un ‘holding’ siderúrgico y presidió el Valencia CF
Francisco Ros Casares, fundador de un emporio metalúrgico español y expresidente del Valencia CF, falleció el lunes después de una larga enfermedad. Nacido en Vinalesa, una pequeña población agrícola situada al norte de Valencia, en 1926, Ros Casares proyectó la imagen del empresario hecho a sí mismo, e intuyó los cambios que iba a experimentar España a finales de la década de los cincuenta, con la aprobación del plan de estabilización y el arranque de la liberalización económica.
Aunque sus orígenes familiares eran acomodados, los inicios de lo que acabaría siendo el Grupo Ros Casares fueron modestos. Su primer negocio consistía en viajar a Bilbao a comprar hierro y revenderlo en un pequeño almacén situado en la calle Ciscar de Valencia, cerca del río Turia. El empresario fue aumentando su número de almacenes, y el verdadero crecimiento llegó en 1959, con el levantamiento por parte del Gobierno franquista de la prohibición de comprar el metal directamente a las fábricas estatales. Aquel año, el beneficio de Ros Casares se disparó hasta los 250 millones de pesetas (1,5 millones de euros).
En las décadas siguientes, el empresario mantuvo la distribución siderúrgica al por mayor, pero también abrió una cadena de ferreterías, se introdujo en la industria de transformación, la comercialización de maquinaria y el sector auxiliar del automóvil. Conocido por su habilidad negociadora, estableció alianzas con grandes grupos españoles como el vasco Aristrain, e internacionales, como Thyssen. La dirección del grupo pasó con el tiempo a ser dirigido por sus hijos Francisco Juan y Germán Ros García, y se ha visto muy afectado por la crisis.
Ros Casares se convirtió en 1973 en presidente del Valencia CF. En los algo más de dos años que estuvo en el cargo, el Valencia no logró ningún título; Kempes llegó al equipo poco después de que el empresario lo hubiese dejado. La entidad adquirió en aquel periodo los terrenos de Paterna donde 40 años después sigue estando su ciudad deportiva. El grupo empresarial también adquirió el Club de Baloncesto Godella, que pasó a llamarse Ros Casares Valencia y dominó el baloncesto femenino en España antes de hundirse con la crisis de 2012.
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