El Parlamento griego aprueba la polémica ley que cumple con las exigencias de la troika
El Parlamento griego aprobó hoy por clara mayoría y tras un tumultuoso debate la ley que recoge un amplio paquete de medidas fiscales, bancarias y sobre liberalización de mercado acordadas con la troika de acreedores.
La votación estuvo precedida de un acalorado debate que se interrumpió temporalmente debido a que el principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, presentó una moción de censura contra el ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras.
La moción no prosperó finalmente, pero podía haber puesto en peligro el análisis del acuerdo con la troika (Comisión Europea, Banco Central y Fondo Monetario Internacional) en la reunión que los ministros de Finanzas de la eurozona celebrarán el martes en Atenas.
La aprobación de la ley había sido considerada una condición necesaria para que los ministros de Finanzas puedan dar su visto bueno al desembolso de los próximos tramos del rescate, cuya parte europea puede ascender a 8.800 millones de euros.
Después de que el presidente del Parlamento decidiese desestimar la moción y reanudar el debate, Syriza abandonó el pleno y tan solo volvió en el momento de la votación.
"Hoy hubo un golpe de Estado parlamentario", dijo el líder de Syriza, Alexis Tsipras, en protesta contra la decisión del presidente del Parlamento de debatir la moción.
La nueva norma se centra en tres grandes paquetes legales: medidas fiscales, recapitalización de la banca y liberalización del mercado de productos y servicios.
Este último apartado se integra en el compendio de 329 recomendaciones formuladas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y dirigidas a mejorar la competitividad y productividad de Grecia.
La polémica "ley escoba" ha estado cerca de desestabilizar la mayoría parlamentaria por la oposición previa de algunos diputados de la coalición gobernante y ha desencadenado numerosas protestas, entre otros, en el sector ganadero y en el farmacéutico.
Los ganadores temen por su supervivencia, porque la nueva ley amplía los plazos de vida útil de la leche para permitir una mayor entrada de productos de importación y garantizar una mayor competencia en el mercado.
Pese a que el Gobierno presentó un compromiso de última hora que ofrece una cierta protección a la producción nacional, a través de una leche de dos días de caducidad, la resistencia se mantuvo hasta en las filas de la coalición gubernamental, lo que provocó la dimisión del viceministro de Agricultura y Alimentación, Máximo Jarakópulos.
No obstante, Jarakópulos adelantó que votaría a favor de la ley para no poner en peligro al Gobierno.
Otro frente de protestas surgió de los farmacéuticos, en huelga indefinida desde el pasado miércoles contra la ley que contempla, entre otras muchas cosas, la posibilidad de abrir cadenas de farmacias, espacios de venta en supermercados, grandes almacenes o gasolineras y la supresión de un precio mínimo de los medicamentos.
La nueva norma prevé, además, más recortes en las jubilaciones, esta vez en los fondos de pensiones suplementarios que para la mayoría de los griegos en el retiro suponen unos ingresos fundamentales ante el bajo nivel de las pensiones públicas.
Una de las principales protestas durante el debate se dirigió contra la normativa que permite a los bancos que han recibido ayudas estatales vender sus acciones por debajo del precio inicial de compra.
El rechazo de gran parte de la sociedad a estas medidas quedó patente hoy en dos manifestaciones convocadas por las principales confederaciones sindicales de Grecia.
Las protestas congregaron, según un portavoz de la Policía, a unas 8.000 personas en el centro de Atenas y llegaron hasta las puertas del Parlamento, en marchas que se saldaron sin ningún incidente.
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