La inflación no da tregua en Argentina pese a los "precios cuidados

La inflación no da tregua en Argentina, con un avance de los precios de consumo del 7,2% en los primeros dos meses del año y con incrementos aún mayores en bienes básicos que el Gobierno quiere contener mediante acuerdos con las cadenas comercializadoras.

Tras el estreno el mes pasado del nuevo índice de inflación, que reemplaza a otro seriamente cuestionado en su fiabilidad, el organismo oficial de estadísticas dijo el lunes pasado que en febrero la inflación fue del 3,4%, algo menor al 3,7% registrado en enero.

En materia de precios, los dos primeros meses estuvieron muy afectados por la fuerte devaluación que sufrió el peso argentino en enero, que llegó al 22%.

La tensión cambiaria cesó y el precio del dólar se estabilizó en febrero, pero los efectos del desbarajuste en el mercado de divisas se mantuvieron a la hora de establecer los precios en el segundo mes del año.

El Gobierno destacó, con todo, la "leve desaceleración" de febrero y aseguró que, a partir de la segunda mitad de febrero la presión sobre los precios comenzó a ceder.

Sin embargo, y pese a la desaceleración del nivel general de la inflación en febrero, al poner la lupa sobre bienes "sensibles" para la población se observan saltos preocupantes.

Según los propios datos oficiales, los valores del grupo de alimentos y bebidas subieron en febrero un 4%, por encima del 3,3% del mes anterior.

La subida pone en entredicho la efectividad de los acuerdos de precios de los que ha echado mano el Gobierno de Cristina Fernández para contener la inflación.

El más extendido es el programa "Precios cuidados", que fija los valores de dos centenares de productos de consumo masivo, sobre todo alimentos.

El Gobierno también pactó en febrero con empresarios privados un programa similar pero para el sector de la construcción, en concreto para obras relativas a planes de vivienda con créditos otorgados por el Estado.

Sin embargo, según el índice oficial del coste de la construcción difundido el lunes pasado, la inflación en este segmento fue del 4 % en febrero, por encima del 1,7 % registrado en enero.

Otro sector "sensible" es el de la salud y, de acuerdo con la nueva medición oficial, el bloque referido a servicios de atención médica y gastos para la salud subió en febrero un 6%, que se suma al 5,9% de enero.

Dentro de este grupo, los precios de los medicamentos dieron la nota, con un alza del 12,4%, con lo que suman en los dos primeros meses un incremento del 20,7%.

La fuerte subida en los precios de las medicinas movió al Gobierno a sellar un acuerdo con los laboratorios para retrotraer a partir de marzo su coste hasta el valor de diciembre, pero la efectividad del convenio aún está por comprobarse.

Para las autoridades argentinas, el recalentamiento de los precios, que es una de las preocupaciones centrales de la economía local desde hace al menos seis años, se explica por una decisión de agentes "privados" de trasladar a los precios la reciente devaluación del peso.

"Por la variación cambiaria que hubo en enero, algunos sectores productivos y cadenas de comercialización que decidieron pasar el valor del dólar a sus precios. Eso no tiene ningún sentido económico", dijo el lunes pasado el ministro de Economía, Axel Kicillof.

Para el ministro, "un sector netamente privado puede mover los precios" sin "pedir permiso a nadie".

"Cuando hay movimientos desmedidos de precios, hay caídas en la demanda. De eso no tiene culpa el Estado", afirmó

Fuera de los acuerdos de precios, para atender la inflación el Banco Central se ha puesto a la tarea de absorber pesos y subir las tasas, pero el Gobierno no ha puesto freno al gasto, medida que reclaman muchos expertos.

"Desde el Ministerio de Economía las señales siguen siendo confusas, sin moderar el gasto y culpando a los empresarios de una aceleración inflacionaria a la que se sigue atacando con acuerdos de precios y amenazas de clausuras, probadamente ineficaces", dijo el Banco Ciudad en un reciente informe.

Natalia Kidd