Todos los grandes bancos alcanzan ya el nuevo mínimo de capital de alta calidad
Las 29 entidades sistémicas sobrepasan ya el 4,5% que les exige Basilea III para enero de 2015
El reloj que marca la entrada en vigor de los nuevos requisitos de capital para el sector financiero echó a andar hace un par de meses y pasará el primer control en apenas dos años, en enero de 2015. Entonces, la nueva regulación diseñada por los supervisores de las principales plazas financieras del mundo, reunidos en el Foro de Estabilidad Financiera, y que se conoce por Basilea III, exigirá a todos los bancos que, como poco, tengan un capital de máxima calidad (básicamente acciones y reservas) equivalente al 4,5% de los activos ponderados por riesgo. Según el último examen realizado por los supervisores, los 29 gigantes bancarios (incluidos el Santander y el BBVA) que se consideran entidades sistémicas, cumplían ya con ese requisito a mediados del año pasado.
El colapso financiero de 2008 evidenció que muchos bancos habían adoptado políticas comerciales muy arriesgadas, y que los colchones de capital que se les exigía eran demasiado finos para absorber las pérdidas generadas por el desplome en la valoración de activos. Además, la aplicación de la regulación internacional era muy desigual. Las nuevas normas de Basilea III, adoptadas en otoño de 2010, endurecen las exigencias de capital, y también, como se ponderan los activos según su riesgo. Eso sí, estableció plazos amplios para la aplicación progresiva de los diversos requisitos de capital, un calendario que culmina a finales de 2018.
El primero de los hitos de ese calendario es la exigencia de que todas las entidades alcancen un capital de máxima calidad equivalente al 4,5% (el mínimo vigente hasta 2013 era del 2%) de los activos antes de 2015. Según la sexta evaluación que han realizado los supervisores internacionales, divulgada este jueves por el Banco de Pagos Internacionales, la inmensa mayoría de los bancos analizados están ya en ese punto, tras haber fortalecido su dotación de capital en los últimos años. Así, de las 101 grandes entidades mundiales de las que los bancos centrales suministran información, solo dos no han llegado aún a ese ratio, y ninguna de ellas es una de las 29 entidades sistémicas.
Algún retraso más hay en el grupo de 119 bancos medianos que analizan los supervisores internacionales, que además, advierten, tiene mucha menor representatividad que la selección de grandes entidades. Aquí hay seis entidades que no llegan aún al ratio mínimo exigido. Si la lupa se amplía al siguiente escalón de exigencia (un colchón de protección que eleva el capital de calidad requerido hasta el 7% a finales de 2018), eran tres grandes bancos más (dos sistémicos) y ocho medianos los que aún no habían llegado a ese nivel a mediados de 2013.
Además las 29 entidades sistémicas deben sumar a esas exigencias un recargo que, en su caso, elevaría el mínimo de capital de alta calidad a entre el 8% y el 9,5% a finales de 2018. Según el informe de los supervisores, 21 lo habrían logrado ya. Teniendo todo esto en cuenta, el Banco de Pagos Internacionales estima que al grupo de grandes bancos les quedaría por lograr unos 57.500 millones de euros para que todas las entidades incluidas (un centenar) lleguen al mínimo de capital de alta calidad previsto para finales de 2018. Esa necesidad de capital se habría reducido a la mitad respecto a diciembre de 2012, pese a que, como señala el informe, hubo "un banco que informó de que el déficit [de capital] había aumentado" de forma notable en el periodo, sin identificar cuál.
Salvo casos muy puntuales, los grandes bancos no deberían tener mayores dificultades en completar todas las exigencias de capital en el calendario previsto: como refieren los supervisores, los beneficios acumulados (después de pagar impuestos) por este grupo de grandes bancos entre junio de 2012 y junio de 2013 rondaba el medio billón de euros.
Más presionados pueden estar algunos bancos medianos, según el análisis del Banco de Pagos Internacionales. En este grupo, lo que falta de capital para que todas las entidades lleguen al mínimo del 7% en 2018, unos 28.000 millones de euros, es muy similar al beneficio acumulado entre mediados de 2012 y 2013 (26.000 millones). Y, además, ese déficit de capital ha aumentado un 8% desde diciembre de 2012.
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