El FMI pide que los bancos se refuercen para que llegue más crédito a la economía
El Fondo reclama la suspensión de dividendos en metálico y la venta de activos Dice que la Sareb vende más pisos de los previstos, pero a coste de renunciar a sus márgenes
El Fondo Monetario Internacional (FMI) admite grandes avances en el sector financiero en su quinto y último informe de control del sistema bancario español, pero pone el acento en la necesidad de reforzar el capital de los bancos para que regrese el crédito a la economía. “Una de las principales prioridades es que los supervisores animen a los bancos a construir el core capital (capital de máxima calidad) aprovechando los mercados”, afirma la institución antes de pedir que, para ello, tendría que realizar emisiones de acciones. Junto a ello, también aboga por seguir “extendiendo a 2014 la limitación de dividendos, vendiendo activos y ganando más eficiencia”, con la reducción de gastos.
El FMI admite que la caída de los préstamos ha sido demasiado abrupta en España. Además, respecto a la Sareb, de la que dice que está en pérdidas, señala que ha vendido más pisos de los previstos “pero con márgenes más bajos” por la caída de precios del mercado. Por ello, advierte de que el principal reto que afronta el llamado banco malo para este año es recuperar la rentabilidad y liquidez para atender a los pagos de los bonos.
El FMI dice diplomáticamente que realiza este control al sector a petición del Ministerio de Economía, tras los 40.000 millones de ayudas recibidas para reflotar los bancos quebrados de las antiguas cajas. En su profundo análisis, es llamativo el espacio y la intensidad dedicada a la falta de crédito, como llave de casi todos los males del conjunto de la economía española: la débil recuperación económica, el paro, así como la falta de rentabilidad de las propias entidades, lo que podría parecer contradictorio. La salida del laberinto viene por elevar el capital bancario en niveles capaces de “apoyar la recuperación económica”.
Para el organismo dirigido por Christine Lagarde, la solución no pasaría por exigir nuevos mínimos regulatorios a los bancos, si no alentarles a que tomen medidas eficaces desde ahora mismo para reforzarse. En este sentido, el FMI reclama al supervisor que se asegure de que “los bancos aprovechan los mercados de acciones”, con la mejoría que han registrado. Tradicionalmente, en la cultura bancaria española cuando llegan malos tiempos se elevan más las provisiones que el capital. En otros países europeos es al contrario, y ahora el organismo dirigido por Luis Linde debe cambiar este hábito. No solo porque ayudaría al crédito, sino porque las autoridades bancarias del mundo lo reclaman tras la crisis de 2008.
Recorte a los dividendos
El FMI recuerda a las entidades que también se incrementa el capital reduciendo los gastos y, por supuesto, “restringiendo los dividendos en efectivo”. Recuerda que el Banco de España en junio de 2013 recomendó limitar la distribución de dividendos en efectivo al 25% del beneficio atribuible. “Esta recomendación es bienvenida y debe extenderse a 2014”, dice el FMI.
Quizá en prevención de las quejas del sector, el organismo internacional recuerda a la banca que la limitación del dividendo en 2013 “no tuvo ningún efecto material adverso en la capacidad de los bancos para emitir acciones”, ni en sus cotizaciones bursátiles, “en relación con sus pares europeos. Desde junio de 2013, las acciones de bancos españoles han subido más de un 40% y han superado a sus pares en más de un 30%”.
También reclama el Fondo que, tras las ventajas que han supuesto los activos fiscales diferidos (DTA por su siglas en inglés), ahora se controle que se refuerza el capital con medidas efectivas y reales. Así, se pide facilitar la venta de activos problemáticos y la renegociación de la deuda . Se trataría de “liberar espacio en la capital en los balances de los bancos para los nuevos préstamos” a los sectores de crecimiento de la economía. “Será importante evitar todo tipo de obstáculos artificiales a la eliminación de los activos tóxicos”, y demorar “el reconocimiento de las pérdidas”, algo típico en la banca cuando llegan las tormentas. Por eso dice que “es clave” la clasificación exacta de los préstamos refinanciados y reestructurados”, que han hecho aparecer unos 25.000 millones de morosos nuevos en 2013, según fuentes del mercado.
El Gobierno ha admitido que estudia cambios legales para que los bancos puedan cambiar préstamos por capital en las empresas con problemas y así evitar su cierre. El FMI alaba este camino así como “las reformas adicionales para mejorar la velocidad y la eficiencia de los procedimientos de insolvencia y para promover la reestructuración de la deuda voluntarias”.
Lograr beneficios del negocio tradicional
Pero hay más retos para la banca y la economía en 2014. Uno de los más destacados es que los beneficios procedan de la actividad bancaria, no como ha ocurrido en 2013 donde las operaciones financieras y los créditos fiscales han salvado las cuentas. “Los resultados de 2013 reflejan en parte factores excepcionales. Los beneficios clave antes de provisiones continúan a la baja, y la tasa de morosidad sigue en aumento, aunque a un ritmo decreciente. El desapalancamiento del sector privado y la consolidación fiscal también seguirá provocando vientos en contra para el crecimiento durante algún tiempo”, indica el informe.
El Fondo no se olvida de las antiguas cajas. Duda de que las fundaciones, dueñas de los bancos, puedan socorrerles si alguna vez tiene problemas porque no tienen ingresos que no sean los de las entidades. Insiste en que el supervisor “garantice” la buena gobernanza y la competencia, “habida cuenta de las conexiones políticas”.
Esta situación “puede mantener el ritmo de la recuperación contenida, añadiendo a los desafíos a la rentabilidad bancaria . También podría retrasar la recuperación de las condiciones de crédito, que no son buenas. El FMI no olvida incertidumbres que planean sobre el sector bancario: los test de solvencia del BCE, “así como la salida del Estado en los bancos intervenidos en los próximos años”. No deja fuera posibles sorpresas positivas, como una aceleración del PIB, pero deja claro que para todo esto es necesario mantener un fuerte ritmo de reformas en España y Europa, “incluyendo la laboral y las políticas fiscales para lograr crecimiento económicos rápidos para reducir el desempleo a niveles razonables en el medio plazo.
Estas recetas, según los expertos del FMI, deberían conducir al ciclo virtuoso de la caída de costes de financiación, mayor rentabilidad y el capital bancario, mejoras en las condiciones de crédito para los hogares y empresas y más creación de empleo. Otra vez, la pelota está en el tejado de los bancos, vistos como una rémora por la opinión pública.
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