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Abe se la juega con los salarios

Japón logra frenar la deflación, pero aún debe implementar sus planes de reformas

Alicia González
El consumo, como los productos de esta tienda de electrónica en Tokio, puede frenarse con la subida del IVA en abril.
El consumo, como los productos de esta tienda de electrónica en Tokio, puede frenarse con la subida del IVA en abril.Yuriko Nakao (Reuters)

La mitología japonesa cuenta que un samurái, que tenía tres hijos que se peleaban constantemente, decidió repartir una flecha a cada uno de ellos. Les pidió que la rompieran y todos pudieron hacerlo con facilidad. Entonces les repartió a cada uno tres flechas para que las rompieran a la vez y ninguno fue capaz de hacerlo. Ese mito, arraigado en la tradición japonesa, sirvió al primer ministro, Shinzo Abe, como metáfora del plan de reformas que puso en marcha hace ahora algo más de un año y que ha cambiado radicalmente la tendencia de la economía japonesa, aunque los expertos consideren que aún es pronto para cantar victoria en sus objetivos.

Es la abeconomía, un plan de tres ejes —o flechas— que pasa por una política monetaria expansiva; una política de estímulo fiscal y una apuesta por las reformas estructurales, incluidos cambios para promover la participación de la mujer en el mercado laboral y el aumento de la natalidad. “Aunque no pueda emitirse un juicio hasta que se alcancen una inflación y un crecimiento sostenibles, la abeconomía ya ha tenido un efecto positivo sobre Japón en varios e importantes aspectos”, asegura JP Morgan en un reciente informe. Entre ellos, JP Morgan cita la debilidad del yen, la recuperación de la inflación, el aumento de los precios del suelo, señales de recuperación del consumo, la mejora del empleo y la aceleración de la actividad económica.

Donde no se le puede negar a Abe ciertos logros es en la lucha contra la deflación. El primer ministro no dudó en imponer a un gobernador al frente del Banco de Japón (BoJ) —a riesgo de acabar con la sacrosanta independencia del banco central— que se ajustara a su estrategia política y que comulgara con una política monetaria ultraexpansiva como vía para poner fin a 15 años de caídas de precios. Haruhido Kuroda se comprometió a duplicar en dos años el balance del BoJ, un ritmo y una magnitud que ninguno de los otros bancos centrales se ha atrevido a poner en práctica.

Con ello ha logrado que la inflación rondara el 1,2% a finales de 2013 frente a la caída del 0,3% con que arrancó ese año. El objetivo que se ha marcado Kuroda es alcanzar el 2% para el año que viene, aunque los expertos descartan que pueda alcanzarse esa meta antes de dos años. A favor de la inflación ha jugado también un yen muy débil, que ha disparado los precios de las importaciones. El coste de la energía ha subido un 7% en un año, pero incluso si se excluyen los elementos más volátiles como la energía y la alimentación, la inflación es positiva por primera vez desde octubre de 2008.

Los precios subieron en diciembre el 1,2% frente al -0,3% de enero de 2013

La clave está en que esas subidas de precios se trasladen a los salarios y ese paso está aún por dar. “El problema es que los salarios no han seguido el camino de los precios. Pese al aumento de los bonus, las ganancias totales se mantienen en niveles similares a los de un año antes y con la llegada de la inflación, la realidad es que los trabajadores están perdiendo poder adquisitivo”, reconoce Raymond Van der Putten, de BNP Paribas, en una nota a clientes.

El problema es tan serio que el propio primer ministro ha pedido a las empresas que trasladen parte de sus beneficios a subidas salariales a los trabajadores, pero que los aumentos no se produzcan en forma de bonus sino en la base salarial, de forma que los ciudadanos no asuman las alzas como algo temporal, lo que reforzaría la tendencia de la población al ahorro. Asimismo, el 70% del empleo en Japón lo proporcionan las pequeñas y medianas empresas, cuyos beneficios no se han visto impulsados por las políticas de Abe, como sí lo han sido las grandes corporaciones. La amenaza que surge, entonces, es que las pymes apuesten por el empleo irregular, advierten desde Goldman Sachs.

Por si fuera poco, serán también las pymes las que tengan que absorber, según los técnicos del banco de inversión, buena parte de la subida del IVA prevista para el próximo mes de abril o de lo contrario el consumo puede frenarse. El Gobierno ha previsto subir el IVA del 5% al 8% en una primera fase y volver a subir el impuesto en abril de 2015 en función de cómo reaccione la economía. A cambio, se compromete a reducir el impuesto sobre el Patrimonio, uno de los más altos del mundo.

Frente a la experiencia de los años noventa —cuando una subida de impuestos y de tipos de interés frenó la recuperación y devolvió a Japón a la recesión—, los expertos creen que Japón será capaz de asumir estos cambios. En su nota mensual, Carmignac Gestión considera que, ante los avances realizados en materia de precios y salarios. “Cada vez es más creíble que la economía japonesa pueda ser capaz de absorber el aumento del tipo de IVA, aunque la vuelta de Japón a la senda de crecimiento nominal sostenible sigue bajo observación”, apuntan con cautela.

Las exportaciones no siguen la fuerte depreciación del yen en este año

Pese a que el tirón de las exportaciones explica en buena medida que la economía pueda cerrar 2013 con un crecimiento del 2,8%, el repunte de las ventas al exterior resulta algo exiguo si se compara con la depreciación del yen. Naohiko Baba y Yuriko Tanaka, de Goldman Sachs, subrayan en un reciente informe que la recuperación del sector exterior está muy ligada a la recuperación global y, especialmente, de Estados Unidos, pero alertan del riesgo de que las empresas niponas sigan trasladando parte de su producción al exterior y de que muchos años de fortaleza del yen hayan minado la competitividad de los productos japoneses.

Los analistas consideran que solo un renovado impulso a las reformas estructurales permitirá hacer frente a la larga lista de riesgos con que Shinzo Abe afronta su segundo año de mandato. Y esas reformas pasan por concretar los avances en acuerdos comerciales, aumentar la participación de las mujeres en el mercado laboral, abrir Japón al turismo, la reforma del sector energético y nuevas medidas en el mercado laboral.

Eso explica, como sostienen desde Goldman Sachs, que “2014 es un año crítico para la abeconomía”.

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Sobre la firma

Alicia González
Editorialista de EL PAÍS. Especialista en relaciones internacionales, geopolítica y economía, ha cubierto reuniones del FMI, de la OMC o el Foro de Davos. Ha trabajado en Gaceta de los Negocios, en comunicación del Ministerio de Economía (donde participó en la introducción del euro), Cinco Días, CNN+ y Cuatro.

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