A la espera de Eurovegas

Los casinos nadan en contra de la corriente para no perder esplendor. Su mercado ha caído a la mitad, y se han tomado la competencia del juego online y los casinos televisivos como una oportunidad. El competidor Eurovegas es bienvenido porque mejorará las condiciones del sector. El torpedo que amenaza su línea de flotación es la Ley del Juego y las Apuestas de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, que lleva las ruletas a los salones de juego urbanos, menos regulados, y podría extenderse por toda España. Durante años, las legislaciones han ido trasladando los juegos de casinos a otro tipo de locales por toda España, y las exclusivas mesas de juego eran la última frontera.

“Poner ruletas en los salones de las tragaperras banaliza el juego, los convierte en casinos sin control. Los casinos se otorgan por concurso público y forman uno de los sectores más regulados”, cuenta Heliodoro Giner, secretario general de la Asociación de Casinos de España. La normativa les impone desde el número de empleados (12 por cada ruleta francesa) y sus uniformes, pasando por la seguridad, el control de entrada a los establecimientos o las garantías de los premios. “El juego es tan adictivo como el alcohol, y no pueden dar nuestros juegos a salas menos reguladas”, denuncia Giner.

Ni siquiera el Grupo Orenes, operador de 8 casinos, 80 salones de juego, 16 bingos y 8.000 máquinas recreativas en España, está de acuerdo con el cambio. “Un casino medio como el de Murcia o Alicante necesita una inversión de 24 a 44 millones de euros, y su concesión exige garantías financieras como avales bancarios de hasta dos millones de euros, y un capital social de tres millones”, explica Pedro García, director jurídico del Grupo Orenes. Un salón de juego medio de 200 metros y 15 máquinas recreativas se monta con medio millón de euros y emplea a ocho personas. “El cambio fomenta el cortoplacismo en la inversión. Prefiero un Eurovegas, que genera riqueza y empleo, que 20 inversiones de 100.000 euros en salones de juegos”, apostilla Heliodoro Giner.

Los operadores de casinos aplauden la instalación de Eurovegas en España. Las peticiones de Las Vegas Sands para realizar su inversión incluyen la rebaja del impuesto especial del juego a la cuarta parte y la flexibilización de la ley antitabaco, medidas que se trasladarán a todo el sector. Son sus caballos de batalla. Los casinos calculan que han perdido un 30% del mercado por la crisis, y un 20% más debido a la prohibición de fumar. “En Europa solo se prohíbe fumar en los casinos de Reino Unido, Irlanda, Chipre y España. El resto admite fumadores de una u otra forma. Los alemanes ponen tabiques acristalados para separarlos, y los austriacos, un mero cordel”, cuenta José Miguel Esteban, director de marketing de Recreativos Franco.

En el sector sostienen que la flexibilización fiscal y laboral es imprescindible y que no realizarlas supondrá una cadena de cierres porque casi las tres cuartas partes de los establecimientos están en pérdidas. Ocho han cerrado, tres han sido trasladados a zonas más rentables y muchos aguantan por pertenecer a fuertes grupos empresariales como Grupo Casino Gran Madrid, Grupo Orenes o Grupo Cirsa. La caída de la caja a la mitad no se ha podido trasladar del todo a la reducción de plantilla (25%) por imperativo legal. La fiscalidad es alta y rígida: “Un IAE fijo de 40.000 a 82.000 euros, según ayuntamientos, por mesa de casino. Suma un impuesto especial del juego de hasta el 60% sobre el ingreso de las mesas menos los premios, el 35% del impuesto de sociedades, y son destinatarios finales de IVA”, explica Norman Heck, director de Deloitte Abogados. Antes de la crisis tenían un margen del 5% que ahora se ha venido abajo.

“Un casino medio, gane o pierda, paga casi dos millones de euros anuales por la tasa del juego y unos 600.000 euros en IAE. Pedimos acomodar las tasas a la marcha del negocio”, puntualiza Pedro García. El impuesto fijo de las tragaperras de un casino dobla al de las instaladas en los bares. Norman Heck recuerda los problemas generados por una regulación excesiva y acomplejada por las administraciones. “Hay diferencias de criterio por comunidades autónomas en, por ejemplo, la variación del color de las pantallas para homologar las máquinas tragaperras. La situación frena la atracción de la inversión en juego a nuestro país”.

Los casinos están entrando en el juego online y por televisión tras su reciente regulación. El juego en Internet crece a dos dígitos mensuales, aunque dio pérdidas en sus primeros seis meses regulados de 2012. “Son canales complementarios que no canibalizan el negocio”, explica José María Paredes, director de marketing de Grupo Casino Gran Madrid. Otra vía de ingresos requiere la apertura de salas anexas en los centros urbanos. Las madrileñas miran a Eurovegas. “Ya nos encargaremos de atraer a sus visitantes con la experiencia que nos da recibir a 700.000 personas de 140 países cada año”, anticipa José María Paredes, que prepara la apertura de la sala anexa del casino de Torrelodones en el paseo de Recoletos, 37/41, antigua sede de Rumasa y hoy propiedad de Colonial. Una lujosa instalación de 5.000 metros cuadrados y 15 millones de euros de inversión que está en febril construcción para funcionar en navidades, mientras se forma a 400 crupieres. El Grupo Comar, con ocho casinos en España, forma a los 200 crupieres que trabajarán en la sala anexa del casino de Aranjuez, que ocupará tres plantas de Gran Vía, 24. Comar da soporte al programa Casino de Antena 3 y ha registrado una plataforma online.