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Defender una idea puede ser un gran negocio

Las empresas que ejercen derechos de propiedad intelectual aportan un 40% del PIB de la UE y un tercio del empleo

Fábrica de Peugeot Citröen en Wuhan (China).
Fábrica de Peugeot Citröen en Wuhan (China). Tomohiro Ohsumi (Bloomberg)

¿Es útil patentar o tener una denominación de origen? Entre 2008 y 2010, de los 218 millones de asalariados de la Unión Europea (UE), una media de 56,5 millones (el 26%) se ganaron el pan en empresas que apuestan con fuerza por los derechos de propiedad intelectual (DPI), un concepto diseñado para la defensa de aquellos ciudadanos o empresas que han registrado una patente, marca, dibujo, derechos de autor o indicación geográfica. Esas empresas, además, necesitan proveedores que a su vez generan otros empleos: 20 millones, concretamente. Sumando unos y otros, prácticamente se llega a la cifra de casi 77 millones, el 35,1% de la masa asalariada de la Unión.

Un informe publicado por la UE presentado recientemente en Bruselas sobre los efectos que tienen las empresas que hacen un uso de la DPI por encima de la media es casi terminante: estas compañías aportan el 40% del PIB europeo, a juzgar por los resultados que ofrece este proyecto conjunto de la Oficina Europea de Patentes (OEP) y la Oficina de Armonización del Mercado Interior (OAMI).

En una región del mundo con pocos recursos naturales, ¿cuál es el valor de una idea? Ningún estudio europeo daba una idea de la importancia económica de aquellos sectores que se apoyan en la innovación, que hacen uso de los registros y copyright, o del secreto comercial, entre otros aspectos que maneja el DPI. El estudio de la OAMI y la OEP da una idea de lo que valen los secretos e ideas europeas: 4,7 billones de euros (el 40% del PIB).

El estudio sobre el impacto económico de estas empresas “no recomienda nada, pero sí da datos útiles para interpretar la realidad económica de Europa”, explica el subdirector del Observatorio Europeo de las Vulneraciones de DPI, Andrea di Carlo. “Hay quien pone en duda la validez de la propiedad intelectual. La idea del estudio era arrojar una luz a los grandes debates e interrogantes sobre si la propiedad intelectual es útil para la creación, la innovación”, precisamente uno de los objetivos marcados por la UE en su agenda Estrategia Europa 2020 para un crecimiento sostenible e inteligente durante la próxima década.

El top 20 de las industrias intensivas en DPI ofrece una amplia gama de sectores: ingeniería, bienes inmuebles, actividades financieras y de seguros, fabricantes de automóviles, comercio minorista, informática y productos farmacéuticos. El trabajo generado directamente por estas empresas está también mejor pagado que en otros sectores, con una prima salarial superior al 40%. Esto se debe a que el valor añadido por trabajador en los sectores intensivos en DPI es superior al generado en los otros sectores de la economía.

El trabajo en estas compañías está mejor pagado que en las demás

El estudio también une teoría con realidad: el trabajador del sector intensivo en DPI gana una media de 715 euros semanales, frente a los 507 euros del resto de sectores. Visto pormenorizadamente, sin medias, queda así: los sectores intensivos en derecho de autor tienen un salario de 856 euros semanales, seguidos de los intensivos de patentes, con 831 euros; las indicaciones geográficas, 739; marcas, 719, y dibujos, 666.

Todos estos números fueron obtenidos al cruzarse las bases de datos de la OAMI y la OPE con otras como Eurostat para acumular información sobre 240.000 empresas. Al ser la primera vez que se hace un estudio de esta envergadura en la UE, la metodología para poder diferenciar entre las empresas que hacen uso intensivo de la DPI y las que no fue la misma que la usada en un proyecto semejante de EE UU en 2012. El resultado de la división de números de registros entre el número de empleados dio un resultado que sirvió para considerar a una empresa como parte del sector intensivo del DPI siempre que superara la media general.

La metodología usada, según Di Carlo, al haberse asimilado del estudio precedente de Estados Unidos, permite también comparar ambas sociedades. El apartado de los salarios viene a ser el mismo: la diferencia de sueldo entre sectores intensivos y los que no lo son es de un 41% en los 27 países de la UE, mientras que en EE UU es de un 42%. Sin embargo, los porcentajes de empleo y PIB son algo superiores en la UE: si bien las empresas analizadas en Europa crean un 26% de empleo directo, en EE UU es el 19%; y mientras esos sectores aportan en Europa el 39% del PIB, en EE UU se queda en el 35%.

La vida de los europeos gira alrededor de productos producidos por sectores que hacen un uso intensivo de la DPI. El 90% de las exportaciones son de empresas que adoptan la filosofía DPI, y el 88% de las importaciones, también. El alto número en las importaciones obedece, entre varias razones, “a que Europa es una gran importadora de energía, y estos sectores son muy intensivos en patentes tecnológicas”, resume Di Carlo.

La Unión Europea no tiene materias primas, solo ideas. Es una organización de Estados con una geografía que la imposibilita para competir con otros que atesoran el gas, el petróleo, los recursos naturales que apenas lucen en los 27 de la UE. Pero hay otros productos que pueden ser únicos. Instrumentos aún por inventar que cambien el futuro. Defender una idea puede ser un gran negocio. Además de una forma de emplear a mucha gente. “Los números”, como dice Di Carlo, “demuestran lo importante que es tener un sistema que proteja la propiedad intelectual”.

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