El suministro de armas a Siria acapara la cumbre Rusia-UE
El suministro de armas a los dos bandos en Siria acapara toda la atención durante la cumbre Rusia-Unión Europea que comenzó hoy en la ciudad de Yekaterimburgo (Urales), uno de los momentos de mayor tensión en las relaciones entre Moscú y Bruselas.
"En la primera fase del conflicto era muy complicado garantizar el suministro de aviones de combate, aunque estuvieran preparados para su envío, pero ahora la situación en Siria es más estable y previsible", afirmó hoy un portavoz de la industria militar a la agencia Interfax.
Horas antes de arrancara la cumbre, representantes del Ministerio de Defensa sirio negociaban en Moscú los plazos de suministro y el número de cazas MiG rusos que adquirirán en virtud de un contrato suscrito en 2007.
El Kremlin ya no se anda con rodeos en lo que se refiere al suministro de armamento pesado al régimen de Bachar al Asad, que también recibirá en los próximos meses misiles antiaéreos S-300.
Rusia mantiene que las armas tienen como destino un Gobierno legítimo, que los contratos fueron firmados antes del estallido del actual conflicto y que no existe ningún embargo que impida tales operaciones.
En respuesta, los Veintisiete ordenaron recientemente el levantamiento del embargo al suministro de armamento a los rebeldes, que debido a la falta de equipos militares han cedido muchas posiciones en las últimas semanas.
Según la prensa, la decisión de Bruselas es un mensaje para el Kremlin y Damasco de que, en caso de la conferencia internacional sobre el arreglo político del conflicto fracase, el régimen sirio no tendrá ni mucho menos garantizada la victoria en el terreno militar.
Al respecto, la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, aseguró a la agencia rusa Interfax que "todos los estados miembros han acordado que no exportarán (armas) en esta etapa y valorarán ante todo la marcha del proceso político".
"El Consejo Europeo revisará la situación antes del 1 de agosto" teniendo en cuenta el informe que está preparando tras las consultas con el secretario general de la ONU "y los avances de la iniciativa ruso-estadounidense sobre la convocatoria de la conferencia de paz".
Además, agregó que aseguró que los países que decidan suministrar armas a la oposición siria deberán garantizar que éstas no caigan en las manos equivocadas y que sólo se usen para proteger a la población civil.
"Los suministros sólo pueden destinarse a la Coalición de la oposición siria para la defensa de la población civil, y además con garantías sobre quién es el usuario final" de las armas, dijo.
Mientras todo apunta a que la conferencia sobre Siria no se celebrará antes de julio, el embajador sirio en Moscú insistió hoy en que Damasco está dispuesto a participar en dicha reunión sin condiciones previas, en contraste con la oposición que demanda la renuncia de Asad.
El presidente ruso, Vladímir Putin, que llegó a Yekaterimburgo tras abordar la agenda de la cumbre con su Consejo de Seguridad, celebró hoy una cena informal con los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, y Ashton.
Entre los temas bilaterales, además de la agenda de la cumbre del G20 que se celebrará en septiembre en San Petersburgo, el asunto en el que los rusos pondrán con mayor énfasis sobre la mesa durante las negociaciones formales de mañana, martes, será la liberalización de los visados.
Según el diario "Kommersant", ambas partes se han topado con un nuevo obstáculo después de que el Ministerio de Transporte ruso anunciara que obligará a todas las compañías aéreas a facilitar de forma automática los datos personales de todos los pasajeros que entran a Rusia, incluso de aquellos en tránsito hacia otros destinos.
Ante la indignación europea, el embajador ruso en Bruselas, Vladímir Chizhov, aseguró que el fin de la medida no era poner nuevas trabas, sino combatir el terrorismo internacional.
En materia energética, Rusia insistirá en que el tercer paquete energético es lesivo para sus intereses y se mostrará una vez más en contra de diversificar el negocio de su corporación gasística Gazprom, contra la que en septiembre pasado Bruselas abrió una investigación por su política de precios.
A su vez, la UE no desaprovechará la ocasión para criticar el retroceso de las libertades fundamentales, debido a la adopción de leyes restrictivas y a la persecución de las principales ONG del país, desde el retorno de Putin al Kremlin hace un año.
En cuanto a la firma de un nuevo acuerdo de asociación, las negociaciones están estancadas debido a la negativa de Rusia a adquirir más compromisos de los que ya asumió al ingresar el pasado año en la OMC.
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