La compra de bonos entre inversores cae al mínimo de los últimos 12 años
Las operaciones del mercado secundario de los títulos del Tesoro se contraen un 30%
El Tesoro público logró suavizar el año pasado la rentabilidad que ofrecía a los inversores en las subastas de deuda al tiempos que aumentó el volumen de bonos y letras vendidos, señal de que el interés por la deuda pública española mejoró, muy sostenida por la liquidez facilitada por el Banco Central Europeo (BCE). Sin embargo, la negociación del mercado secundario de títulos, ese en el que los inversores se intercambian los bonos, obligaciones y letras comprados en su día al Tesoro, se hundió un 30% en 2012 la mayor caída porcentual de la historia para España y supone regresar a un nivel de hace 12 años.
En concreto, el mercado secundario registró operaciones por valor de 14,4 billones de euros, frente a los 20,3 millones de 2011, lo que significa agravar una caída comenzada en 2008 que solo tuvo como excepción el año pasado, según la Memoria de Deuda Pública del Banco de España de 2012. “No es un fenómeno exclusivo de España, aunque aquí ocurra más, lo que muestra es que los bancos centrales no son capaces de crear profundidad de mercado, es decir, mover el mercado secundario y entre inversores privados”, señala José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi.
Las subastas de deuda el año pasado y la rentabilidad que los inversores exigían a los bonos españoles para comprarlos en el mercado secundario sufrieron un punto de inflexión a la baja cuando el Banco Central Europeo (BCE) anunció tras el verano un plan de compra de bonos masiva para los países que pidieran el rescate. Eso calmó a los mercados, que suavizaron las exigencias por comprar títulos españoles. Además, el BCE se convirtió en el gran surtidor de crédito para los bancos españoles, que el año pasado dieron buena cuenta de las subastas del Tesoro. Las entidades de crédito se convirtieron en los segundos inversores de deuda, por delante de los inversores institucionales (fondos de pensiones, inversión, y las aseguradoras).
La negociación secundaria se contrajo tanto en el ámbito de los titulares de mercado (grandes bancos, llamados creadores de mercado, que se comprometen a acudir a las subastas en al menos una parte), cuando venden los títulos a otros inversores, con una bajada del 23%, como en el segmento de terceros (entre inversores particulares o fondos), que se hundió un 34,3%. “El mercado secundario es muy estrecho, hay pocas compraventas, así que cualquier operación produce grandes fluctuaciones de precios. Y la volatilidad es el mayor enemigo de los mercados de bonos, por eso ha huido tanto inversor de España. Estos datos te dicen que buena parte del real money se ha ido del mercado español”, apunta José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.
Los inversores extranjeros se mantienen como los principales propietarios de deuda española, aunque con la crisis no han dejado de reducir su cuota en el total de la deuda pública. El año pasado redujeron su cartera de títulos en 57.000 millones, hasta acabar en 224.000 millones, el 35% del total. Son 10 puntos menos que hace 10 años. Para Díez, “si de este total quitas a los bancos centrales, los fondos de alto riesgo, los bancos y a los creadores del mercado esa cartera de deuda en manos de no residentes se queda en nada”. El economista jefe de Intermoney añade: “la huida de los inversores asiáticos, que habían sido los mayores compradores desde 2008 también ha sido muy importante”.
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