“Nos gustaba mucho el tema online y queríamos que cada chica pudiera hacerse un biquini a su gusto y a su medida, incluso aquellas mujeres que tienen problemas para encontrar su tallaje en los comercios habituales”. La idea de Marc Vidal se plasmó hace un año en la joven empresa Surania, compartida a medias con su hermana Mariona. A partir de un extenso catálogo de modelos y tejidos —permite realizar hasta 6.000 variaciones del traje de baño—, una persona puede diseñarse a través de la página web de la compañía su propio modelo. Después, a los quince días de realizar el pedido, lo recibirá en su casa.
Los hermanos Vidal, nietos del fundador de Punto Blanco, no empezaban de nuevo. De hecho, el nuevo negocio era una fórmula para diversificar el de otra compañía que gestionan junto a su madre, Loewenthal, fabricante también de bañadores y biquinis que distribuyen otras cadenas de ropa y grandes almacenes. “Teníamos el conocimiento y podíamos aprovechar también la red de proveedores de tejidos e incluso el equipo de diseñadores”, explica Vidal, quien asegura su sorpresa por los números de la compañía: 10.000 clientes y unos 400.000 euros de facturación en su primer ejercicio.
El catálogo ‘online’ permite fabricar hasta 6.000 modelos distintos
La gran complejidad era la de conseguir una fabricación producto a producto, artesanal, que ha obligado a llevarla a plantas de Túnez y Marruecos, donde pueden asegurarse una producción diaria de entre 200 y 300 prendas. Vidal se niega a cuantificar cuántos modelos se han vendido, pero asegura que el desarrollo de la compañía aprovechando el inicio del verano en cada zona geográfica ha triunfado. “Hace un año empezamos a vender en España y en septiembre iniciamos las ventas en América”, explica Vidal, quien confiesa la sorpresa por la buena acogida de su iniciativa: “Nuestras expectativas eran más bajas”.
Desde hace dos meses, el equipo de Surania ha trabajado para lanzar una línea de lencería y corsetería, que comercializarán primero en el Cono Sur. El objetivo es completar el catálogo de productos y romper así la estacionalidad de los bañadores.
La compañía ha conseguido 10.000 clientes y 400.000 euros de facturación
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