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El ‘gigante azul’ muda de piel

IBM vuela en Bolsa gracias al negocio de análisis y gestión de datos

Sede de IBM en Nueva York
Sede de IBM en Nueva YorkSCOTT EELLS (BLOOMBERG)

Se pueden dar muchas explicaciones sobre los factores que contribuyeron a aupar el Dow Jones a niveles récord cuatro años después de tocar fondo en plena crisis financiera. Uno claro son los estímulos monetarios. Pero mirando la progresión de la treintena de firmas que integran el índice de referencia de Wall Street, hay una que destaca sobre el resto: IBM. Se apreció un 150% desde marzo de 2009 y aportó 942 puntos a la remontada.

Incluso tomando como referencia el máximo de octubre de 2007, la tecnológica vale casi el doble. ¿Qué es lo que explica este comportamiento del gigante azul? Unos días después de que el parqué neoyorquino hiciera historia, Virginia Rometty, consejera delegada de la compañía, participaba en un debate en el Council on Foreign Relations y ahí dio la clave: “Los datos son el nuevo recurso natural”. E IBM lo está explotando.

Su exposición fue simple. La tecnología está cambiando la forma de hacer negocio, con eventos que suceden a la vez a la velocidad del relámpago. Y en esta nueva realidad dominada por los teléfonos móviles, las tabletas, las interacciones sociales virtuales y la distribución, almacenamiento y acceso al contenido online en tiempo real, la gestión de esta masa de datos electrónicos dará una ventaja competitiva a las corporaciones que la exploten.

IBM no es la única que pega bocado a tan suculenta tarta. SAP, Cisco Systems, HP, Oracle o EMC también están en la carrera por liderar el negocio del análisis de la masa de datos que fluye por los sistemas de las empresas, portales en Internet, redes sociales y otras plataformas electrónicas. Como dice Hasso Plattner, cofundador de SAP, “se sabe más y más rápido, y eso puede cambiar la manera en la que una compañía hace negocio”.

“Los datos son el nuevo recurso natural”, según la consejera delegada

Rometty asumió el puesto de consejera delegada de IBM en enero de 2012. La ingeniera cree en el mantra que hace un siglo acuñó en piedra Thomas Watson: “No hay que ser conformistas, hay que arriesgar”. El elefante sigue bailando tras vender su filial de ordenadores personales a Lenovo. En su primer año de mandato, IBM ganó 16.600 millones de dólares (12.900 millones de euros) tras facturar 104.500 millones.

La sociedad de Rochester no tuvo otra opción que reinventarse para sobrevivir. No se trata solo de adaptarse a los nuevos mercados, sino de inventarlos. El horizonte que se puso la compañía para completar el ajuste está señalado en 2015. Los analistas dicen ahora que es una de las más dinámicas en el sector tecnológico. Las soluciones a empresas son el pilar más fuerte. Por eso consideran que tiene aún margen para seguir creciendo.

IBM es la segunda marca mejor valorada, según Interband. El problema es que en el mundo tecnológico, el que hoy gana mañana pierde. Por eso los viejos dinosaurios de la industria van buscando nuevas vías de negocio. Bridget van Kralingen, responsable de servicios globales para empresas, profundiza en la idea de Rometty al decir que los datos son un recurso que se puede gestionar de una manera inteligente.

La supercomputadora Watson es su nueva arma y la que refleja lo que Rometty denominó como “la tercera era tecnológica”. Los primeros ordenadores, explicó, se dedicaban esencialmente a enumerar. Los dispositivos actuales están programados para ejecutar órdenes. En la nueva fase que comienza, el cerebro de silicio aprende de su entorno analizando los datos que se le facilitan e interpretándolos antes de llegar a una decisión.

La compañía acaba de elevar su previsión de ingresos en el negocio de análisis de datos a 20.000 millones para 2015

IBM acaba de elevar su previsión de ingresos en el negocio de análisis de datos a 20.000 millones para 2015. El anterior objetivo era de 16.000 millones, y el que puso en 2010, cuando empezó a dar previsiones para esta cartera, era la mitad. Y en medio de este proceso se especula incluso con su interés por Twitter. Dell también ve el filón mientras se desvanece su negocio tradicional de ordenadores personales. Ya es fuerte con los servidores, pero necesita invertir más para no quedar descolgada.

Este interés creciente en la industria tecnológica por el análisis y la gestión de datos quedó patente días atrás en la conferencia South-by-Southwest, celebrada en Austin (Tejas). Da igual que sean firmas grandes o pequeñas. En todos los coloquios se hizo referencia al Big data, el concepto que ahora se utiliza para definir cómo esta masa de información está transformando la economía en lo que se ve más como una colaboración entre el humano y potentes máquinas que como el temido enfrentamiento. Las empresas también deben aprender a utilizar este nuevo recurso para poder ser competitivas en medio de este tsunami de información. Rometty explicó, por ejemplo, cómo la campaña de Barack Obama hizo durante las últimas elecciones 66.000 simulaciones diarias para movilizar de la forma más eficiente el dinero y el personal.

De ahí a la gestión del tráfico o políticas contra el crimen en las ciudades, a los servicios de atención de llamadas y a las entidades financieras. Como señalan los gestores de estos gigantes, no solo creen que el análisis de los datos cambiará la forma en la que deciden los ejecutivos, hacia un modelo basado más en elementos de predicción que en el instinto; además creará valor y transformará la forma en la que se reparte el mismo.

En este sentido, Rometty concluyó diciendo que las redes sociales serán “una nueva línea de producción” y llevarán a las empresas a cambiar sus modelos de contratación y de compensación a empleados en lo que denominó como la “nueva era del tú”. “El valor no será solo lo que sepa una persona, sino lo que comparta”, remachó. Eso, del lado del consumidor, equivaldrá a servir directamente al individuo y no a grupos.

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