El adiós a 'la triple A' mete presión a la libra
La rebaja de la calificación a la deuda británica tendrá más impacto político que económico
La rebaja de la calificación de la deuda británica, anunciada el viernes 22 de febrero por la noche por Moody’s, va a tener escaso impacto económico y en los mercados, según coinciden prácticamente la totalidad de los analistas, aunque sí puede debilitar aún más a la libra esterlina. El movimiento había sido ya adelantado por los mercados financieros dadas las advertencias lanzadas semanas atrás por las agencias de calificación de riesgo. Sin embargo, sí puede tener un alto impacto político porque el responsable del Tesoro y canciller del Exchequer, George Osborne, había hecho bandera del hecho de que Reino Unido siguiera manteniendo la triple A.
La rebaja de un escalón anunciada por Moody’s, que deja la calificación en la segunda nota más alta posible, Aa1, “constituye una humillación” para Osborne y para el primer ministro, David Cameron, en opinión del portavoz laborista de Finanzas, Ed Ball. La economía está llamada a ser el eje de la campaña de las elecciones generales de 2015 y el hecho de que los conservadores no hayan podido cumplir su compromiso electoral de mantener la triple A constituye un duro revés político para ellos.
“Al final, lo que importa es la realidad económica subyacente y lo que ha ocurrido es que las agencias de calificación se han ceñido a los hechos. La economía está estancada. No ha habido crecimiento en los dos últimos años, nuestro déficit es cada vez mayor. El plan de Osborne no ha funcionado”, declaró Balls. A su juicio, lo que hay que hacer es incrementar el endeudamiento para reactivar la economía. “Lo que yo haría es suavizar la reducción del déficit y poner en marcha de inmediato un estímulo a la economía”, añadió.
Sin embargo, George Osborne, que conoció la rebaja de la calificación doce horas antes de que Moody’s la hiciera pública, ha anunciado todo lo contrario: “Lejos de atenuar nuestro empeño en cumplir con nuestro plan de recuperación económica, esta decisión lo redobla”, declaró. “Si abandonamos nuestro compromiso de afrontar el problema [de la deuda y el déficit] nuestra situación será mucho peor y quiero dejar absolutamente claro que no vamos a hacer eso”, añadió. “Creo que hemos recibido un mensaje muy claro, un mensaje sonoro y claro de que Gran Bretaña no puede dejar de afrontar sus deudas, de afrontar sus problemas”, insistió.
El Gobierno había hecho de la máxima nota crediticia su estandarte
A juicio del canciller del Exchequer, lo que de verdad importa es el impacto que puede tener la rebaja en los mercados. Y él cree que será muy pequeño. “Al final de todo, el examen sobre la credibilidad de un país se da día a día en los mercados cuando tomamos prestado dinero de los inversores de todo el mundo en nombre de este país. En este momento podemos conseguirlo a precios muy baratos, con tipos de interés bajos, precisamente porque la gente tiene confianza porque tenemos un plan, tenemos que seguir con ese plan y vamos a cumplir ese plan”, concluyó Osborne.
La City está mucho más cerca de los puntos de vista del Gobierno que de los de la oposición. “Lo esencial es que la pequeña rebaja de la deuda británica por Moody’s no es una receta para un cambio de políticas”, sintetizó Howard Wheeldon, de Wheeldon Strategic Advisory. “Si queremos reducir el déficit y empezar a reducir la montaña de deuda, George Osborne no tiene más remedio que seguir en sus trece. No somos Estados Unidos y, a diferencia de ellos, nosotros no podemos vivir con niveles insostenibles de deuda”.
En opinión de David Tinsley, de BNP Paribas, la rebaja “no es una sorpresa”. “Reino Unido tiene una tasa de deuda pública similar a la de Francia y Estados Unidos y ambos países han perdido la triple A hace poco. Además, el ritmo de incremento de la deuda británica sigue siendo alarmantemente alto”. Tinsley espera que Fitch rebaje su calificación de las emisiones británicas tras los presupuestos de marzo y Standard & Poor’s haga lo mismo un poco más adelante.
Howard Archer, de IHS Global Insight, coincidió en descartar que la rebaja vaya a tener un gran impacto económico negativo “porque quedan muy pocos países que aún mantengan la triple A”, pero advirtió que la libra esterlina “va a ser más vulnerable y va a perder aún más terreno”. En la media hora en que los mercados siguieron abiertos tras el anuncio de Moodys el viernes, la esterlina cayó a su nivel más bajo frente al dólar desde hace dos años al cotizarse a 1,5163 dólares por libra y cayó un céntimo frente al euro hasta los 1,1495 euros por libra.
No falta quien quiere aprovechar la rebaja para ir aún más allá en el ajuste. Como Mark Littlewood, director general del Instituto de Estudios Económicos, que cree que “Osborne debería centrarse en conseguir los suficientes ahorros en el gasto público para poner en marcha un sustancial programa de reducción de impuestos”. “Con el tamaño y alcance que tiene en la actualidad el Estado británico no es extraño que nuestra economía sea tan débil”, opinó.
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