La banca gana tiempo para cumplir con los nuevos requisitos de capital
Los bancos centrales atienden a las quejas del sector por temor a frenar aún más el crédito
Cinco años después del descalabro financiero desatado por la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers, el crédito sigue atrancado en muchas economías occidentales, lo que alimenta una segunda ola de recesiones. A esa situación, y a la precaria condición financiera de varios Estados europeos, se agarra la banca mundial para reclamar una aplicación menos estricta de las nuevas normas de supervisión sobre el sector. Con éxito, según se desprende de la última decisión de los principales bancos centrales sobre las exigencias de liquidez.
Los supervisores, integrados en el comité de Basilea, anunciaron ayer que esas nuevas exigencias de liquidez, que debían entrar en vigor en 2016, se introducirán ahora de forma gradual en cuatro años, hasta 2019. Eso sí, dentro del paquete de medidas conocido como Basilea III —que también incluye requisitos más estrictos sobre los niveles mínimos de capital— se mantiene la idea de obligar por primera vez a la banca a mantener suficientes activos líquidos (el dinero, o los que se puedan vender con facilidad en los mercados) para capear situaciones críticas, unos niveles que se determinan a partir de pruebas de resistencia similares en todo el mundo.
Además de dar más tiempo a los bancos, los supervisores amplían el tipo de activos que contarán para esos niveles mínimos de liquidez. En la propuesta inicial solo contaban el dinero, los bonos de deuda pública más solventes y los títulos de deuda empresarial con calificación crediticia más alta. Ahora se incluyen títulos con calificación menor, acciones y cédulas hipotecarias.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.