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Las aseguradoras encajan el golpe

Mapfre y Catalana se diversifican para sobrevivir a la crisis y a los reguladores

La torre Mapfre (en el centro), vista desde el mar en Barcelona.
La torre Mapfre (en el centro), vista desde el mar en Barcelona.CARLES RIBAS

Las dos grandes aseguradoras españolas cotizadas, Mapfre y Catalana de Occidente, han visto caer sus ganancias en el primer semestre, pero siguen resistiendo con relativo acierto los embates de la crisis. Los golpes que les propinan un mercado doméstico en recesión; una deuda soberana desbocada, y que nadie acierta a embridar; la repercusión sobre sus balances y estrategias de la reestructuración de las cajas de ahorros, con las que han compartido negocio y capital, y de las dudas sobre la salud de la banca española, y sobre el rescate financiero solicitado para ella a Europa.

Además, a corto y medio plazo, van a sufrir el efecto sobre sus cuentas de la última subida del IVA en España, vía inflación, y la incertidumbre sobre el texto y la fecha de entrada en vigor de la norma europea Solvencia II, el nuevo sistema de estimación de riesgos y cálculos de requisitos de capital de la industria del seguro.

En este escenario Mapfre, la compañía líder, ha visto caer un 20% su beneficio en el primer semestre, debido en parte a la provisión que ha realizado por su inversión en Bankia, pero pone buena cara y hace hincapié en que el crecimiento de su negocio exterior le aporta ya la mitad del resultado recurrente y dos tercios de las primas, lo que ayuda a compensar la caída de su negocio en España.

Sus ingresos crecieron hasta el 30 de junio un 13%, y el beneficio recurrente aumentó un 10,2%.

Una excepción muy relativa

El Grupo Mutua Madrileña ha sido una excepción, en términos relativos, entre las grandes aseguradoras españolas en el primer semestre al registrar un incremento del 9,1% en su beneficio neto (108,20 millones) respecto a la primera mitad de 2011. No echa las campanas al vuelo, sin embargo, y advierte de que el incremento de su beneficio será menor previsiblemente en la segunda mitad del año “por la difícil situación del mercado”.

Sus ingresos por primas subieron un 3,6% en el primer semestre, frente a las caídas generalizadas del resto del sector. En este periodo, el grupo logró captar 887.877 nuevas pólizas de Vida y No Vida, lo que supone un aumento del 8,6%.

El crecimiento se debe a la buena evolución de los negocios tradicionales y a la incorporación de SegurCaixa Adeslas, sociedad de la que Mutua posee el 50% desde junio de 2011. Y también responden al acuerdo suscrito entre Mutua y La Caixa para distribuir en exclusiva y de forma indefinida los productos No Vida de SegurCaixa Adeslas a través de la red comercial de entidad bancaria.

Estos resultados, según la compañía, demuestran la “evolución positiva” del grupo “pese a la difícil situación económica que vive España, y evidencian el acierto de su estrategia de desarrollo sostenido y diversificación en los últimos años”.

Mutua tiene previsto iniciar su expansión internacional en Europa del Este y Latinoamérica el año que viene.

“Pese a la extrema volatilidad y la difícil situación económica, estos resultados [los del primer semestre] muestran la fortaleza del modelo de negocio, la diversificación y el rigor técnico que nos permite navegar en aguas tormentosas de forma razonable”, señaló en julio Esteban Tejera, vicepresidente de la aseguradora.

La diversificación exterior está siendo clave en las cuentas de Mapfre. En el primer semestre, registró un fuerte crecimiento del negocio asegurador en todos los países de Latinoamérica, donde alcanza primas por un valor de 4.298 millones de euros, un 46,4% más que en igual periodo de 2011, y sobre todo en Brasil donde creció un 75%, hasta los 2.325 millones, al consolidar ya seis meses (frente a uno en 2011) de la alianza con Banco de Brasil.

En España, cuya división del seguro aporta una tercera parte de las primas totales de la compañía, registró hasta junio una caída de casi el 6%. De ahí que persevere en su expansión exterior con la compra el 30 de junio del 35% que no controlaba de su filial centroamericana a Grupo Mundial o el acuerdo suscrito en mayo con Euler Hermes para el desarrollo conjunto, al 50%, del negocio de seguro de crédito en España y en cuatro países latinoamericanos.

Catalana de Occidente, por su parte, redujo en el primer semestre sus ganancias un 14,5%; sus primas, un 1%, y sus ingresos, un 0,6%. La aseguradora atribuye la caída de los resultados a la prudencia que ha seguido en la aceptación de riesgos y a las menores ventas de los asegurados en España, aunque en el negocio que proviene de fuera del mercado doméstico, sus primas han crecido en el primer semestre un 1,3%.

Este grupo, que apuesta también por la diversificación, se hizo en junio con la filial española de la francesa Groupama por 404,50 millones. Con esta compra va a alcanzar unos 3.000 millones de ingresos por primas en España y va a ocupar el quinto lugar entre las aseguradoras por volumen de negocio en este mercado.

Proyectos de futuro en medio de la crisis, pero también quebraderos de cabeza. Mapfre, como su sector en general, ha optado tradicionalmente por inversiones libres de riesgo, y estas han sido sobre todo, y hasta la actual crisis que ha sembrado dudas sobre las emisiones de los países periféricos de la Eurozona, los bonos soberanos. La aseguradora, que se ha visto obligada a realizar algunas provisiones por estos nuevos riesgos (en especial por inversiones en Grecia) y ha visto penalizada la cotización de sus acciones, aguarda como agua de mayo que se reconduzca y que se normalice el mercado de deuda, pero reitera al tiempo su compromiso con la renta fija española. Como ha dicho en alguna ocasión Tejera, si inversores institucionales españoles como Mapfre no compran deuda española, ¿quién lo va a hacer?

También hay preocupación en las aseguradoras por los costes de adaptación a Solvencia II, por su contenido (no se ponen de acuerdo la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y los Estados) y por la fecha real de su entrada en vigor. Solvencia II, según ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones), va a incidir en la estructura de costes de las entidades, aumentando los fijos; va a incrementar la volatilidad en los beneficios sobre recursos propios, y va a afectar al apalancamiento de las compañías y del ahorro.

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