Francia e Italia aumentan la presión sobre el BCE para que compre bonos
Hollande: “En el consejo europeo debemos encontrar las soluciones para España y Grecia”
Ha dicho Mario Monti tras su reunión con François Hollande que encuentros así son muy útiles, pero de la conferencia posterior en Villa Madama solo se pudieron entresacar los buenos deseos de rigor, la sintonía personal entre ambos y, si acaso, una frase del presidente francés, inquietante porque mete a España en el mismo saco del naufragio griego. “En el consejo europeo”, ha dicho este martes Hollande, “debemos encontrar las soluciones para España y Grecia”.
Si se tiene en cuenta que el citado consejo se celebrará los próximos días 17 y 18 de octubre, queda un sinvivir de mes y medio. “El plan para salvar el euro”, añadió el presidente francés, “se articula en tres etapas: es necesario aplicar las decisiones del consejo de la UE [celebrado el 28 y 29 de junio], resolver los problemas de Grecia y España y realizar después la unión bancaria”.
El consejo se celebrará los próximos días 17 y 18 de octubre, y queda un sinvivir para el euro de mes y medio
La reunión de junio fue la que abrió la vía a la recapitalización directa de la banca y al uso de los fondos europeos de rescate para comprar deuda de los países que se encuentran bajo la presión de los mercados. Por tanto, las palabras de Hollande –que Monti suscribió de la cruz a la raya— no hacen sino aumentar la presión hacia el Banco Central Europeo (BCE) para que compre bonos. Aunque por dos veces rechazó hablar de las posibles medidas que tomará el BCE en las próximas horas, al presidente francés terminó admitiendo: “Existen varios países que pagan tipos de interés demasiado elevados por su deuda. Por tanto, es una obligación de todos aquellos que puedan intervenir en la Eurozona dar su contribución, incluido el BCE, que tomará las decisiones de acuerdo con lo dicho por su presidente, pero no quiero extenderme más…”. Mario Draghi advirtió el lunes en el Parlamento Europeo que la compra de deuda es legal y está justificada por el riesgo de fragmentación de la eurozona.
Llamamiento para reconocer esfuerzos
Tanto Monti como Hollande hicieron un llamamiento explícito a Europa y a los mercados para que reconozcan los esfuerzos de muchos países por salir del atolladero. “Hemos constatado”, explicó el jefe del Gobierno italiano, “que hacer los deberes en casa es necesario, pero no suficiente, ya que a medida que se realizan progresos en la política económica también se necesita un reconocimiento por parte de la UE y de los mercados para que no persistan los obstáculos en la prima de riesgo”. Hollande añadió: “Los europeos deben saber que estamos trabajando en este camino y resolviendo cuestiones”.
Por su parte, Monti dejó claro que la complicidad con Hollande –“desde que salió elegido, hemos encontrados grandes sinergias”—está basada sobre todo en un objetivo común: “Queremos empujar a la UE por un camino de mayor crecimiento”. Aunque desde posiciones políticas distintas y en circunstancias diametralmente opuestas –Monti está a punto de terminar su mandato y Hollande no ha hecho más que empezar--, ambos dirigentes tienen bastantes cosas en común, entre ellas, “la voluntad de romper con los estilos de sus respectivos predecesores”. Así lo subraya el sociólogo francés Marc Lazar en un artículo publicado por La Reppublica: “Monti es un técnico que rechaza la demagogia; Hollande ha hecho una elección política deliberada, la de presentarse como un hombre normal”. Aunque sus decisiones de gobierno responden a sus orígenes innegables –el centro derecha, Monti; el socialismo, Hollande— ambos presidentes, añade Lazar, han conseguido en el objetivo de mover a Alemania de sus rígidas posiciones. Cada uno a su manera, creen en Europa y en un modo serio de hacer política.
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