Alemania amenaza a Grecia con dejarla caer si incumple
La troika vincula el próximo tramo de la ayuda a que Atenas acometa ajustes comprometidos
En su regreso a Berlín tras las vacaciones, la canciller alemana, Angela Merkel, ha encontrado sobre su escritorio un apretado resumen de prensa donde sobresalían las declaraciones de miembros destacados de su coalición de Gobierno que solo auguran malas noticias para Grecia. También recibió ayer más datos que confirman que la recesión en Atenas va a ser aún más dura de lo esperado.
Michael Fuchs, el influyente vicepresidente del grupo parlamentario democristiano, ha asegurado al periódico económico Handelsblatt que no habrá ayudas adicionales si el Gobierno de Antonis Samarás incumple los compromisos adquiridos. “Si Atenas no cumple, el Banco Central Europeo no debe abrir otros mecanismos para inyectar fondos”, sostuvo el diputado, quien afirma que Grecia debería abandonar la zona euro si no es capaz de seguir el camino marcado.
Las rotundas declaraciones de Fuchs no son las únicas que han escuchado los alemanes estos días y solo falta saber si responden a una estrategia oficial. El ministro de Asuntos Exteriores, el liberal Guido Westerwelle, dijo el domingo pasado desde Mallorca que una desviación sustancial en el programa de reformas de Grecia podría acarrear modificaciones en el acuerdo para la concesión del siguiente tramo del segundo rescate aprobado.
Su colega de Economía y también militante de los liberales del FDP, Philipp Rösler, fue un poco más lejos el sábado y admitió que se sentía decepcionado por la falta de avances visibles en las reformas puestas en marcha. “Ofrecimos, junto con la industria alemana, un amplio apoyo al Gobierno griego, pero apenas han hecho uso de esa oferta”, aseguró el ministro y vicecanciller. Rösler ya había causado un gran revuelo hace un par de semanas cuando dijo que un posible abandono de Grecia de la zona euro había dejado de “causar espanto”.
Marcus Söder, ministro de Finanzas de Baviera, echó más leña al fuego al asegurar que había llegado la hora de que los griegos abandonaran a la familia europea. “En un momento dado, todos deben mudarse de la casa de mamá, y los griegos han llegado a esa situación”, dijo el ministro bávaro. Estos comentarios cosecharon un torrente de críticas, incluso desde la propia coalición del gobierno en el que participa su partido, los socialcristianos de la CSU.
Mientras se agota la paciencia de los políticos alemanes, las noticias económicas que llegan de Atenas son incluso peores de lo previsto. Ayer la agencia griega de estadística echó un nuevo jarro de agua fría al informar de que el PIB heleno cayó un 6,2% en el segundo trimestre respecto al mismo periodo del año anterior. Lo peor de todo es que esta caída continuará en la segunda mitad del año y en 2013 periodo en el que el Gobierno tiene que recortar 11.600 millones si quiere contentar a las autoridades europeas.
El panorama es catastrófico se mire por donde se mire: el paro ha pasado en un año de menos del 17% al 23,1%; con una incidencia en los jóvenes que roza el 55%, en lo que algunos analistas consideran los momentos más duros por los que ha pasado el país tras la II Guerra Mundial. Aunque el Gobierno preveía que la economía retrocediera este año menos del 5%, fuentes del Ejecutivo admiten ahora fuera de los micrófonos que las cifras de 2012 serán similares a las del año pasado, cuando el PIB cayó un 6,9%.
Pero incluso esos pronósticos pueden verse superados por los acontecimientos. “Esperamos que la economía se contraiga un 7,1% este año y un 2,4% en 2013 tras más caídas significativas en los ingresos disponibles de las familias, aumento del desempleo y caída en picado de la actividad inversora”, aseguró a la agencia Reuters el economista de Eurobank Theodore Stamatiou.
Hoy mismo el Estado heleno comprobará la credibilidad con la que cuenta en los mercados en su intento por financiarse a corto plazo. El Gobierno conservador de Samarás, que ha intensificado las ventas de letras del Tesoro, subastará títulos con vencimiento en 13 semanas para recaudar 3.200 millones. "Según nuestra información, la subasta está bajo control y debería cubrir las necesidades de financiación de Grecia durante un buen periodo”, señaló ayer un portavoz de la Comisión Europea. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, viajará a Atenas el próximo 22 de agosto para supervisar las medidas que deberán desbloquear en septiembre el próximo tramo del rescate, de 31.000 millones de euros. La troika (FMI, BCE y CE) estima que aun hay que concretar 4.000 millones en ajustes ya comprometidos.
Mientras Atenas sufre cada vez que quiere financiarse en los mercados, los inversores aceptaron ayer otra vez pagar al Tesoro alemán por comprar títulos de deuda a corto plazo.
El protagonismo de Alemania en la crisis europea no acaba ahí. Ayer, un grupo de académicos anunció que había pedido al Tribunal Constitucional que retrase su veredicto, previsto para el 12 de septiembre, sobre la legalidad del fondo de rescate permanente, clave en la estructura urdida por la UE para auxiliar a países en problemas, como España.
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