El pesimismo atrapa a las empresas
Los empresarios aplazan la recuperación de la economía a 2014 o 2015
Las situaciones, por malas que sean, siempre resultan susceptibles de empeorar. La crisis financiera internacional es buen ejemplo de que este postulado se cumple y lo que ha sucedido con la economía y las empresas españolas en el primer semestre de 2012 también lo es. En diciembre pasado los empresarios esperaban que la economía hubiera tocado fondo, que la actividad iría ganando posiciones lenta pero progresivamente a lo largo del año y que 2013 sería el año de la recuperación definitiva para la economía y para la actividad de sus empresas. No ha sido así. La situación económica se ha comportado peor de lo que los empresarios habían previsto, las expectativas de cara al segundo semestre del año también empeoran de forma irremediable y la estabilidad que confiaban en alcanzar dentro de cada una de sus empresas está lejos de atisbarse. Los empresarios tienen, pues, bases sólidas y amplias sobre las que asentar su pesimismo.
Son las principales conclusiones del Barómetro de Empresas de EL PAÍS, correspondiente al primer semestre de 2012. Una encuesta que elabora Deloitte sobre una muestra de 260 compañías con sede en España y de todos los sectores de actividad, cuya facturación conjunta supera el billón de euros y emplean a más de un millón de personas, aunque en su mayoría no cotizan en Bolsa.
A finales de diciembre, el 66,5% de los empresarios ya intuía que la situación económica no iba a mejorar, pero esa realidad es ahora constatada por el 91% de los panelistas
A finales de diciembre, el 66,5% de los empresarios ya intuía que la situación económica no iba a mejorar, pero esa realidad es ahora constatada por el 91% de los panelistas. Y para la segunda mitad del año, dos de cada tres encuestados prevén que la economía irá todavía a peor y, especialmente, la tasa de paro, que un 71,8% espera que aumente, y el PIB, que un 71,3% augura que acentuará su caída. Solo las exportaciones apuntan una mejora, con un 60% de los panelistas esperando una mejora de las ventas al exterior, mientras que el turismo sigue siendo la variable económica mejor valorada (72,4%) y el sector al que se confía una cierta estabilidad de aquí a final de año.
Vistos en perspectiva, los datos cobran especial dramatismo si tenemos en cuenta que hace ya cinco años que estalló la crisis financiera, en agosto de 2007, y que no se prevé un cambio de escenario ni a corto ni a medio plazo. De hecho, si a finales de 2011 los empresarios confiaban en que la economía se recuperaría para 2013, las apuestas ahora se retrasan considerablemente en el tiempo y apuntan a 2014 (un 37,6%) o incluso a partir de 2015 (35,1%) como fechas para el inicio de la recuperación. De cumplirse esos pronósticos serían siete años de crisis económica, con la consiguiente mella en la actividad empresarial y financiera del país.
El deterioro del entorno económico se deja sentir sobre la mayoría de los sectores. Ocho de cada 10 empresarios constatan que la situación de su sector ha empeorado y un 57,6% estima que la situación volverá a empeorar de aquí a final de año. Las peores perspectivas las concentra el sector de tecnología, donde el total de panelistas esperan un empeoramiento de su área de negocio, y en transporte y logística, con un 85,7% que así lo prevé. Solo los sectores relacionados con el turismo y la agricultura y la ganadería esperan una mejora en la segunda mitad del año, pero sin grandes alegrías, apenas un 25% de los encuestados.
Las peores perspectivas las concentra el sector de la tecnología, donde todos los panelistas esperan un empeoramiento de su área de negocio
No es de extrañar que, en esas circunstancias, la producción y facturación de las empresas en este primer semestre se haya reducido para un 54% de los encuestados y un 47% de ellos ha disminuido el número de empleados, cinco puntos más de los que auguraban este deterioro el pasado mes de diciembre. No obstante, una menor facturación no implica, necesariamente, menores beneficios. De hecho, el 22,1% de los panelistas aseguran que su rentabilidad, medida como beneficios antes de impuestos, ha crecido hasta un 5%. Eso sí, el siguiente grupo más numeroso, con un 16,1% de los encuestados, admite que sus beneficios cayeron más de un 20% en los seis primeros meses del año.
La disminución de la demanda interna (77,6%) es la principal causa de los peores resultados empresariales, seguido por el empeoramiento de la coyuntura económica española (65,5%). Sin embargo, pese a ese peor comportamiento del mercado doméstico, no se percibe un aumento de las empresas que buscan negocios en el exterior. Las exportaciones no tienen ningún peso en el negocio para el 29,5% de las empresas, frente al 28,1% de finales de 2011, y supone más del 30% de la facturación para el 40,4% de las empresas, casi el mismo porcentaje que seis meses atrás (40,7%).
Como cabía esperar, el sector con peores resultados de producción y facturación y con peores perspectivas para el segundo semestre en este ámbito es construcción y contratas, con un 82,3% de los panelistas admitiendo una disminución de la facturación, mientras que sanidad y farmacéuticas es el que mejores resultados ha obtenido hasta junio, con más ganancias para el 80% de los encuestados. Por tamaño, son las empresas que facturan entre 300 y 600 millones de euros, es decir, las de tamaño medio, las más optimistas. La facturación ha crecido para un 47,4% de los panelistas y esos mismos piensan que la tendencia se va a mantener en el segundo semestre. Las que facturan entre 30 y 60 millones, por el contrario, son las que han registrado un menor aumento en su producción, apenas el 16% de las empresas así lo ha registrado.
El sector con peores resultados de producción y facturación y con peores perspectivas para el segundo semestre en este ámbito es construcción y contratas
La ausencia de un cambio de perspectivas explica que un 42% de los encuestados volverá a reducir sus plantillas de aquí a final de año y un 45% prevé mantener la misma tasa de empleo, así que apenas un 12,7% contratará más trabajadores. Se mantiene en torno al 53% el porcentaje de empresas en las que más del 90% de sus trabajadores posee contrato fijo. Las causas de este comportamiento son la coyuntura económica (para el 58,8%), la disminución de la cartera de pedidos (un 44,3%) y, en tercer lugar, las jubilaciones o prejubilaciones de la plantilla, con un 29,9%. De nuevo, construcción y contratas ha sido el sector que más empleo ha destruido, con un 82,3% de las empresas; seguido de transporte y logística, con un 64,1% frente al 57,1% de diciembre; y esa tendencia es la que se esperan mantener también en la segunda mitad del año. Es curioso que las empresas de tamaño medio, aquellas que tienen plantillas entre 100 y 500 trabajadores, son las que han registrado mayor número de contrataciones, con un 21,7%; seguido de las empresas entre 1.000 y 5.000 trabajadores, con un 20%; y las de menos de 100 empleados, con un 17,8%. Un patrón diferente al del último semestre de 2011, cuando eran las grandes empresas las principales creadoras de empleo. Ahora, entre esas empresas —las que tienen más de 5.000 trabajadores— un 57,1% ha eliminado puestos de trabajo, unos datos en línea con las estadísticas conocidas esta semana, que revelan un aumento de los expedientes de regulación de empleo, que se dan principalmente en grandes empresas, tras la reforma laboral aprobada por el Gobierno en febrero pasado.
Pero sin duda alguna el indicador que peores resultados obtiene en el barómetro es la inversión, ya que los que afirman que ha aumentado (34,7%) no logran alcanzar los resultados de la anterior edición (44,2%) ni siquiera las ya pesimistas previsiones de hace seis meses para este periodo (39,1%). Es más, un 39,3% de los panelistas han disminuido su inversión en el primer semestre. Es el nivel más alto desde el primer semestre de 2009, en plena crisis financiera internacional y cuando la recesión empezó a afectar más duramente a la economía española. Entre las causas que condicionan las decisiones de inversión gana peso la reducción de las barreras legales o fiscales, que pasa del sexto al tercer lugar y la actual situación de los mercados financieros, que con un 15,5% pasa a ocupar la sexta posición en la tabla. No obstante, los panelistas confían en que haya una mejora del entorno en la segunda mitad del año, pues un 43,9% espera aumentar la inversión en estos meses y “solo” un 22,4% prevé disminuirla.
La cultura cae frente a la acción social
La crisis ha llevado a las empresas a replantearse sus estrategias y proyectos de responsabilidad social corporativa (RSC), pese a que un 51,7% asegura que no han variado el presupuesto de la empresa destinado a acción social. Ahora, cuando toca apretarse el cinturón y primar lo urgente, las empresas están cambiando su apoyo a la cultura para mantener, en la medida de lo posible, los proyectos de mayor carácter social, y especialmente los educativos.
La formación es el área donde se centra la estrategia de acción social para la mayoría de las empresas encuestadas, un 55%, y, en este sentido, son las universidades y las escuelas de negocio las instituciones que más valoran. Otra área de especial relevancia es la de la acción social propiamente dicha, con un 50,6% que centra su estrategia en iniciativas vinculadas a distintas ONG e instituciones de desarrollo social.
En cambio, destaca el bajo porcentaje de panelistas interesados por la cultura como ámbito de acción social, donde tan solo un 6% considera este tipo de instituciones foco de interés de su estrategia de RSC. Es más, los eventos deportivos o relacionados con clubes de deporte ganan en interés a este apartado, pese a que las aportaciones a este fin se han reducido en un 42,5% de las empresas. No obstante, por encima de cualquier iniciativa se sitúan la salud laboral (70,7%) y la protección del medio ambiente (40,6%).
Un mayoritario 62% invierte en todos estos proyectos cantidades superiores a los 100.000 euros anuales, lo que supone alrededor del 30% de su facturación. En línea con lo sucedido en este arranque de 2012, dos tercios mantendrán sin cambios su inversión en acción social durante 2013 y solo un 30% reducirá su presupuesto.
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