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Ordóñez cree que no hacía falta echar a Rato ni meter tanto dinero en Bankia

El exgobernador afirma que la crisis se habría solucionado con el plan del Banco de España Arremete contra el Ejecutivo en el Congreso pero pide consenso para recuperar la confianza Admite que antes y después de la crisis "se han hecho mal muchas cosas"

Íñigo de Barrón

Había una gran expectación por escuchar al exgobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez. El Gobierno del PP le prohibió acudir al Congreso cuando la crisis de Bankia, después de haberle desprestigiado como máximo responsable de la supervisión. Este martes por la mañana fue su oportunidad. Y Ordóñez la aprovechó. Pese a que dijo en varias ocasiones que no quería juzgar la tarea del Gobierno “por la fragilidad del momento”, el exgobernador del Banco de España cuestionó la clave de bóveda de la reforma financiera, el rescate de Bankia.

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En su opinión, explicó en la Comisión de Economía del Congreso, la solución a la crisis de Bankia era el plan de saneamiento que la entidad presentó al Banco de España. Dejó entrever que se hubiera evitado la inyección de los 19.000 millones que pidió el nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y que fue el desencadenante del rescate bancario de España y de la apurada situación actual.

“Bankia nos presentó el plan. Si no lo aprobábamos sería el desastre, pero pusimos condiciones: dijimos al presidente Rodrigo Rato que dejara de ser ejecutivo y que colocara un gestor, que podría ser Goirigolzarri. También se le pidió reducir oficinas y vender las participaciones industriales. Se les iba a dar dinero, pero se les iba a exigir. No era necesario destituir a Rato. Es una personalidad importante en el contexto internacional, algo que siempre ayuda, y que ha heredado una situación... El 31 de mayo tenían que regresar para comprobar cómo iban las condiciones impuestas. Estuvo a punto de cerrarse, pero... al dinero no le gusta el ruido, crea desconfianza. Se hubiera solucionado sin crear otras necesidades”, concluyó sin dar más detalles.

El plan de Bankia consistía en una inyección de unos 10.000 millones. El Ministerio de Economía vetó este plan porque no creía que fuera viable y exigió la salida de Rato. El expresidente de Bankia acude mañana al Congreso. Ordóñez le ha facilitado la comparecencia.

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En otro momento de su intervención, Ordóñez destacó que no tiene “ningún juicio negativo de Rato, aunque critique la política económica que aplicó cuando estuvo en el Gobierno”. También recordó que tuvieron “desencuentros cuando la operación” de  posible fusión del grupo de Bankia con La Caixa, “pero mi relación es excelente”, algo que seguro que no comparte el ministro de Economía, Luis de Guindos.

Sin embargo, el exgobernador no dudó en trasladar a Rato toda la responsabilidad de la fusión de Caja Madrid y Bancaja. “Los absolutos responsables de las operaciones son los gestores. Antes, las fusiones de las cajas las aprueban las comunidades autónomas y las asambleas, pero no el Banco de España. Algunos se negaron a fusionarse y no lo hicieron: ni Unicaja se quedó con CCM, ni Cajastur con la CAM. Nos molestó en su momento, pero luego fue mejor”, afirmó.

Ordóñez se mofó de la expresión de Esperanza Aguirre cuando dijo que la fusión de Caja Madrid y Bancaja fue pistola en mano. “No hay pistolas en el Banco de España. No se forzó a nadie”, dijo, y recordó que antes de las uniones se hacen estudios de viabilidad. “En el caso de Bankia los hicieron AFI y Deloitte, que son firmas de prestigio”, recordó. Lo mismo dijo de la fallida salida a Bolsa de Bankia. “Había 15 sociedades y bancos importantes que lo avalaron. ¿Fue mal Bankia? Es cierto que la doble recesión económica le afectó. Sin ella hubiera podido salir adelante, como la fusión de las cajas gallegas. El último decreto de mayo también le causó a Bankia un fuerte impacto”, describió.

Ordóñez admitió que no iba a realizar autocrítica de su labor. “La supervisión del Banco de España ha cumplido bien su tarea”, soltó. Los diputados le acusaron de estar fuera de la realidad, pero respondió: “La autocrítica está muy bien vista en España. A mí me parece algo propio de la Inquisición o de los partidos de izquierda, que dicen eso de compañero, te hago la autocrítica, y luego te quitan del puesto. Creo que otros deben juzgar mi labor, pero desde el punto de vista profesional”.

Pedro Azpiazu, portavoz de Economía del PNV, y otros diputados le preguntaron si estaba de acuerdo con las tres críticas de Luis Linde, su sucesor. Linde acusó a Jaime Caruana (gobernador desde 2000 a 2006) y a Ordóñez de no tener suficientes provisiones anticíclicas para frenar la burbuja; ralentizar la reestructuración del sector por utilizar las fusiones frías de cajas y no ver la doble recesión que llegó en el verano de 2011.

Sobre las anticíclicas, Ordóñez dijo que las rebajó Caruana. “Pregúntenle a él cuando venga aquí. Supongo que tendrá alguna defensa. Caruana también impidió que hubiera productos tóxicos”, dijo. Respecto a que no se vio la segunda recesión apuntó que fue un error “del Servicio de Estudios en sus predicciones, pero nadie, ni el FMI lo advirtió”. No obstante, el FMI sí comentó a principios de 2011 que la situación de la economía española era de “crecimiento débil”, una frágil recuperación y muy expuesta a cualquier noticia negativa en la zona euro, como fue la suspensión de pagos de Grecia, que metió a España en la tormenta de deuda soberana.

Respecto a las fusiones frías, Ordóñez dijo discrepar de Linde. “Fueron como los cabestros que meten los toros en el corral. Todavía hoy parece increíble que todas las cajas menos dos sean bancos. Nadie lo hubiera dicho hace meses”.

A los diputados que cuestionaron los cambios legales por los perjuicios para las cajas, les recordó: “Todas las reformas del sector han sido aprobadas por ustedes. Y casi todas por mayoría absoluta. Nosotros lo sugerimos, como la creación del FROB, pero ustedes lo aprobaron”.

También rechazó la petición de Vicente Martínez Pujalte, del PP, de recapitalizar a todos los bancos al inicio de la crisis. “En una carta al ministro de Econonía [no lo citó, pero se supone que se refería a Solbes] le dije que el problema de la banca española no era igual que la de Alemania o Reino Unido. No hacía falta recapitalizar al BBVA o al Santander porque no estaban mal. El problema español era y sigue siendo de una parte del sistema”, insistió varias veces.

El único tema que admitió que no se hizo bien fue la velocidad de fusión de las cajas. Pero el error fue “que no había herramientas adecuadas. Tuvimos que crearlas”. Incluso negó haber dedicado muchas fuerzas a la reforma laboral, algo que le ha hecho un personaje incómodo para el Gobierno del PSOE. “El 99% de mi tiempo lo dediqué al sistema financiero”, dijo para sorpresa de los presentes.

El diputado socialista Valeriano Gómez quiso conocer si Ordoñez se sintió plenamente respaldado como gobernador, una pregunta que no contestó. Sobre las preferentes solo dijo “es algo que debe responder el presidente de la CNMV”.

Durante todo el discurso, Ordóñez negó que tuviera que pinchar la burbuja. “Cuando llegué el crédito caía en picado. No se podía hacer más. La burbuja se creó en las dos legislaturas de Gobiernos del PP y en la primera del PSOE. Y, por cierto, ahora son legión los analistas que critican la burbuja, pero entonces eran pocos”, recordó.

En su discurso advirtió, sin explicarlo, que “nuestro Gobierno y toda la sociedad van a tener que enfrentarse en los próximos meses a situaciones muy complicadas”. “Espero que los 60.000 millones del rescate sean suficientes”, comentó en tono inquietante.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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