Draghi avisa de que las subidas de impuestos “conducen a la recesión”

Justo el mismo día en el que el Gobierno admitió lo que ya todo el mundo sabía —el aumento del IVA es inminente—, el presidente del Banco Central Europeo (BCE) avisó de los riesgos de las alzas impositivas. “Los Gobiernos han centrado sus esfuerzos en las subidas de impuestos, que es lo más fácil, y mucho menos en recortar el gasto corriente”, criticó este lunes Mario Draghi en una comparecencia en el Parlamento Europeo. A su juicio, la fijación por cuadrar las cuentas a través de un aumento de los ingresos es la responsable del túnel en el que se ha metido gran parte de Europa. “Es una de las razones por la que algunos países no están viendo los beneficios de la consolidación fiscal y se deslizan hacia la recesión”, añadió.

Su diagnóstico es claro: el ajuste debe hacerse a través de más recortes de gasto. Pero este no es el único motivo por el que los planes de adelgazamiento no dan los resultados esperados. El italiano considera que “el impulso de actuar” es relativamente reciente, por lo que es necesario esperar hasta que las nuevas normas "se apliquen plenamente". Draghi pronunció este discurso poco después de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunciara en Madrid la subida del IVA y antes de que comenzara la reunión de los ministros de Finanzas de la zona euro en la que se concedió a España un año más para dejar el déficit en el 3% del PIB.

Draghi defendió también las medidas que él ha tomado en su propia casa. Muchos analistas le responsabilizan de los acuciantes problemas de España para financiar su deuda. Pese a que el Eurobanco rebajó la semana pasada los tipos de interés al mínimo histórico del 0,75%, la negativa de Fráncfort a anunciar medidas adicionales alimentó las tormentas en los mercados. El presidente del BCE aseguró que la institución que encabeza “hará lo que haga falta” para asegurar la estabilidad de precios y financiera “siempre dentro de los límites de su mandato y sin aumentar innecesariamente el riesgo de su balance”. Reiteró que mantendrá las líneas de crédito abiertas a “todos los bancos solventes de la zona euro”, pero no dijo ni una palabra sobre nuevas medidas que alivien la situación de España.

Draghi recibe cada vez más presiones. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, pidió este lunes al BCE que empiece a comprar “de forma masiva” deuda pública “para que los especuladores entiendan que si apuestan contra el euro van a perder”. Inmune a estas peticiones, Draghi se mantuvo fiel a su discurso habitual: el BCE ni puede ni debe suplir las carencias o la falta de iniciativa de los Gobiernos europeos. El banquero italiano considera “crucial” que los países perseveren en las reformas.

La recapitalización directa de la banca, otro asunto crucial para España, no parece inquietarle. El presidente del BCE dijo que no considera “un gran problema” un posible retraso en este mecanismo que los líderes europeos aprobaron en la cumbre del 28 y 29 de junio, siempre supeditado a que la institución que encabeza Draghi asuma la supervisión financiera. La doctrina Draghi es que no hay que ponerse nerviosos porque los bancos que necesiten ser recapitalizados podrán hacerlo a través del fondo de rescate europeo (el FEEF o su sucesor MEDE cuando entre en vigor). “Esto aumentará la deuda pública del país y ciertamente empeorará el vínculo entre bancos y Gobierno, pero será temporal”, concluyó.