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El presidente de JP Morgan Chase pide perdón por las pérdidas de la entidad

El banco sufrió multimillonarias pérdidas en una cartera de activos de riesgo

El presidente de JP Morgan Chase, Jamie Dimon.
El presidente de JP Morgan Chase, Jamie Dimon.MARK WILSON (AFP)

Perdón. Es la misma palabra que se escuchó hace tres años cuando se investigaron las causas de la última crisis financiera. Y ahora vuelve a salir de la boca del presidente ejecutivo de JP Morgan Chase, el mayor grupo bancario de EE UU, en el marco del examen que los reguladores y el Congreso realizan por las multimillonarias pérdidas de la entidad en una cartera con activos de riesgo.

Jamie Dimon testificó ante el mismo comité del Senado en el que en 1933 compareció J.P. Morgan Júnior cuando se discutieron las reformas tras el crash bursátil de 1929. Entonces, como ahora, este tipo de eventos se convirtió en una caja de resonancia para los políticos en plena campaña electoral. Lo que está por ver es qué acción se deriva de este examen a la entidad.

Dimon insiste en que el balance del banco es "una fortaleza" y que gracias a ello es capaz de atraer negocio frente a sus competidores

La banca es vista en Washington como una serpiente con múltiples cabezas. Lo curioso es que en el caso de JP Morgan Chase se veía hasta ahora como la entidad que se utilizó en el proceso de rescate y estabilización del sistema bancario, al comprar Bear Stearns y Washington Mutual, y Dimon se consideraba como el mejor ejecutivo por su gestión del riesgo.

Hasta que el propio ejecutivo reveló pérdidas de 2.000 millones de dólares en una cartera repleta de derivados europeos, gestionada con una supervisión muy pobre desde Londres. Pérdidas que podría doblarse como mínimo. Aún así, Dimon insistió en que el balance del banco es "una fortaleza" y que gracias a ello es capaz de atraer negocio frente a sus competidores.

"Seguimos siendo extremadamente fuertes", afirmó en su intervención inicial, señalando que su colchón de capital supera los criterios impuestos por los reguladores y los niveles de liquidez de otros actores en el sector. Las pérdidas, remachó, no afectarán a estos números porque "todas las líneas de negocio siguen siendo rentables". "Aunque quedan dos semanas, este trimestre se cerrará con una ganancia sólida".

El debate tiene lugar en un momento de gran hostilidad en los mercados, por la crisis de la deuda soberana europea

El propio presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ya señaló la semana pasada ante el Congreso que estas pérdidas no suponen una amenaza para la estabilidad ni para el sistema. Jamie Dimon asegura que se trata de un "incidente aislado". Pero para los políticos es una evidencia y un motivo para volver a calentar el debate sobre el tamaño de estos grandes bancos.

En el turno de preguntas, Dimon explicó que estas pérdidas hay que atribuirlas a una falta de supervisión interna adecuada y rigurosa. "Esta unidad elevó el riesgo que podía asumir", admitió. Y señaló que la principal lección de este incidente es que no se puede ser complacientes. "La unidad lo hizo muy bien durante mucho tiempo y se confiaron", explicó. También dejó claro que el mayor riesgo que asume la entidad está en los préstamos y no en las operaciones con activos sintéticos como este.

Más allá del error en la apuesta de JP Morgan Chase, el caso reforzó la causa para reforzar la regulación de los grandes bancos y alzar las voces por la partición completa del negocio de banca de inversión del de banca comercial. Y eso podría trasladarse a la redacción final de la conocida como Volcker Rule, para limitar las operaciones especulativas de este tipo de entidades.

La intervención de Dimon, por tanto, era crucial, porque su puesta en escena va a determinar al final el impulso que puede ganar el esfuerzo en el Capitolio por partir el negocio de los grandes bancos y hacerlos más pequeños. Como dice el demócrata Tim Johnson, presidente del comité bancario, se trata de evitar que lo mismo vuelva a pasar en un banco más frágil.

El debate tiene lugar, además, en un momento de gran hostilidad en los mercados, por la crisis de la deuda soberana europea. El líder de los republicanos en el comité, Richard Shelby, por su parte, insiste que la especulación forma parte del mercado y antes de introducir más regulación cree que es el supervisor financiero el que debe hacer bien su trabajo de vigilancia.

Por el riesgo excesivo en Europa colapsó recientemente MF Global, la firma de corretaje gestionada por el exsenador demócrata Jon Corzine. Está previsto que Dimon vuelva a testificar el próximo 19 de junio ante el comité de servicios financieros de la Cámara de Representantes. El banquero ya dijo que está dispuesto a discutir cuestiones específicas del modelo de negocio a puerta cerrada.

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