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La decisión equivocada

España decepciona con el nuevo gobernador de su banco central

Luis Linde.
Luis Linde.KOTE RODRIGO (EFE)

Con los bancos españoles sometidos a una intensa vigilancia internacional, la elección del gobernador del banco central es excepcionalmente importante. Sin embargo, el Gobierno se ha decantado por Luis María Linde, un hombre relativamente desconocido que lleva años en el banco central. El banco central necesita desesperadamente un líder fuerte para recuperar su dañada reputación. José Manuel González-Páramo, el exmiembro del consejo ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), habría sido una mejor opción.

Algunos podrían argumentar que la elección es un tanto irrelevante. Los gobernadores de los bancos centrales nacionales de la unión monetaria desempeñan un papel secundario en el sistema del euro. Y su poder disminuirá aún más si Europa se dirige hacia una unión bancaria, con una autoridad supervisora supranacional. Pero a corto plazo, España se enfrenta a la gigantesca tarea de recapitalizar su sector bancario. El nuevo gobernador ha sido nombrado en un momento crucial, justo cuando dos auditoras externas finalizan la primera fase de un análisis general de los bancos del país. España debe decidir en breve cuántos miles de millones exactamente deberá inyectar en el sector bancario. La reputación de la institución también ha sufrido un duro golpe, especialmente después de la implosión de Bankia.

González-Páramo está en una liga diferente. Acaba de terminar su mandato en el BCE, y es muy conocido y respetado en Fráncfort

Linde, un veterano y ex director general del banco entre 1987 y 2000, sin duda posee experiencia y no tiene vínculos políticos claros. Pero no es un peso pesado en los círculos internacionales y, evidentemente, es un gobernador de transición. Le faltan solo tres años para alcanzar los 70, la edad de jubilación para este puesto en el Banco de España. Eso significa que el Gobierno tendrá otra oportunidad de colocar a un candidato afín en el cargo en 2015, para otros seis años.

González-Páramo está en una liga diferente. Acaba de terminar su mandato en el BCE, y es muy conocido y respetado en Fráncfort. Esto tiene importancia porque los bancos españoles han pedido prestados 300.000 millones de euros (263.000 millones netos) al BCE. Y España también sigue contando con que el BCE reanude su programa de compra de bonos soberanos.

El nombramiento de Linde ya se está interpretando en los medios de comunicación como una afirmación de la independencia de España y del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de Fráncfort. Esto es lamentable. Con dos auditoras externas escudriñando el sector financiero, es un poco tarde para eso.

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