“Sin abandonar el euro, no veo salidas”
Loretta Napoleoni critica la "política suicida" de Bruselas La economista aboga por un nuevo concepto de democracia, que incluya más a los jóvenes
Loretta Napoleoni (Roma, 1955) conoce muy bien Madrid, sobre todo después de sus frecuentes visitas del año pasado a la Puerta del Sol ocupada por los Indignados, que define como el síntoma más evidente de un malestar del sistema democrático. La autora del ensayo Maonomics (Ediciones Paidós, 2011) es pesimista en lo que concierne al futuro de la eurozona y sostiene que Bruselas tendría que aprender la lección que viene de China. Para ella, sin embargo, el sueño europeo aún no se ha acabado.
Pregunta: ¿Qué es lo que une las protestas de los indignados con la primavera árabe y otros movimientos como Occupy Wall Street?
Respuesta: Los indignados de Madrid son el anillo de conjunción entre lo que ha ocurrido en el Norte de África y lo que está pasando en otros lugares del mundo. El problema fundamental de Occidente es que tenemos un sistema de producción que excluye a las nuevas generaciones. No es solo una cuestión de desempleo, se trata también de un problema de espacio, tanto social como de producción. Estos jóvenes solo existen como consumidores.
P. ¿A qué se refiere cuando dice que estamos viviendo una crisis que revolucionará nuestras democracias?
R. Tenemos que revisar totalmente el concepto de democracia, no puede basarse exclusivamente en el voto. Su cimiento tiene que ser la participación. No podemos excluir a una parte de la población simplemente porque no disponemos de espacio en el sistema productivo. Esta crisis económica tendría que ser una gran oportunidad, pero, al contrario, estamos volviendo para atrás al recortar lo último que quedaba del estado de bienestar.
Solucionar una crisis neoliberal con políticas neoliberales me parece una locura.
P. ¿Qué consecuencias tendría en España una eventual salida de Grecia del euro?
R. Si Grecia sale del euro, lo que es muy muy probable, España también se encontrará bajo amenaza. Bruselas dice que España tiene que pedir un rescate, pese a que el Gobierno de Rajoy se niegue. Hay un pulso entre Bruselas y Madrid en el que se repite lo que pasó con Grecia. No nos hagamos ilusiones de que tratarán a los españoles de manera distinta que a los griegos, si eso pertenece a los planes de Bruselas, que persigue una política suicida.
P. ¿Este hipotético escenario beneficiaría a la economía española?
R. La salida de España, junto con Italia y Grecia por ejemplo, podría dar la oportunidad a los políticos de estos países de presentar una alternativa a la moneda única, como crear un euro de segunda categoría. Los Gobiernos nacionales podrían devaluar la moneda para volver a ganar competitividad. El impacto sin duda sería devastador, con una devaluación salvaje, pero este sacrificio llevaría a una mejora. España, Grecia e Italia se convertirían en países muy competidores. En ese caso existiría al menos una salida para la crisis.
P. ¿Una solución al estilo islandés sería viable aquí?
R. La economía islandesa se ha recuperado muy bien, pero estamos hablando de un país muy pequeño, que no utilizaba el euro. Sin moneda única, nosotros también podríamos intentar re-negociar con los bancos, pero estamos sujetos al Banco Central Europeo y otros organismos. Ya no disponemos de la soberanía monetaria. Los que la controlan, es decir las instituciones comunitarias, algo tendrían que hacer para ayudarnos, pero no está siendo el caso.
No podemos excluir a una parte de la población simplemente porque no disponemos de espacio en el sistema productivo
P. ¿Usted cree que Bruselas dispone de los instrumentos necesarios para rescatar a los países con dificultades?
R. No, no dispone de bastante dinero para ello. De hecho, sostiene que España no necesita un plan como el que se puso en marcha en Grecia, sino ayudas limitadas. Eso supondría sanear la crisis bancaria, pero solo como un parche. Dentro de un mes, volvería a presentarse otro problema. ¿Cómo absorbemos el 50% del paro juvenil?
P. ¿Cómo ve el panorama de la banca española a corto plazo?
R. Mal. La idea del Gobierno para salvar Bankia ha sido rechazada por el BCE y sin estos 19.000 millones de euros no sé qué hará.
P. ¿Qué opinión le merecen las medidas de austeridad del Ejecutivo popular?
R. El Gobierno de Rajoy está haciendo lo que le dicen desde la Unión, así como el Gabinete de Monti en Italia. Habría que aprender a decir no a Bruselas.
P. ¿Krugman no estaba del todo equivocado cuando avisaba del peligro de un corralito en España?
R. Ya el año pasado había anunciado que existe el riesgo de quiebra en España. Nadie quiere aceptarlo. Uno de los sentimientos típicos en estas situaciones es negar. Negar, negar y negar, hasta que ocurra.
P. Usted mencionaba el caso italiano. En la época post Berlusconi ¿el país está aliviado?
R. No. Italia está exactamente en la misma situación que antes, si no peor. El Producto Interior Bruto (PIB) se ha contraído todavía más. El Gobierno Monti no ha hecho nada, a parte las dos o tres cosas que le ha pedido Bruselas. Por ejemplo, no se ha tocado el tema de la evasión fiscal, ni el problema de la fuga de capitales, así como en España. Solucionar una crisis neoliberal con políticas neoliberales me parece una locura.
P. ¿Realizar una unión fiscal y bancaria a nivel europeo es una utopía?
Los chinos hubiesen rescatado Grecia, pero en 2010
R. Es totalmente inviable, de hecho Reino Unido y Alemania se oponen a esta idea absurda. Semejante medida empeoraría la crisis del mercado de capitales. Considerando la lentitud de la burocracia europea, cualquier decisión implicaría tiempos demasiados largos de espera. No estamos al final del sueño europeo, pero nos encontramos ante un cambio radical. Que pase de ser un sueño y se convierta en realidad.
P. ¿China nos salvará de esta crisis?
R. Los chinos no van a invertir aquí hasta que Europa no haya decidido lo que quiere ser. Es interesante destacar que el gigante asiático está llevando a cabo muchas inversiones en todo el mundo, menos en este continente.
P. ¿Qué lección tenemos que aprender de Pekín?
R. Los chinos gestionarían nuestra crisis de forma global. Hubiesen rescatado Grecia, pero en 2010 y con apenas unos 9.000 millones de euros. China no es una democracia, no tiene que pedir permisos antes de tomar decisiones. Sobre todo no habría llegado hasta donde lo hemos hecho nosotros. Su unión sería verdadera, gracias a su fuerte cohesión y sentimiento nacionalista.
P. ¿La democracia es un obstáculo para el desarrollo económico?
R. No, pero una democracia que se basa en una burocracia tan farragosa acaba siéndolo.
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