La crisis bancaria europea llega a Asia
El FMI y el BAD temen que la retirada de fondos de la UE provoque una restricción del crédito
La crisis financiera europea amplía sus daños colaterales. Los problemas de liquidez en el mercado europeo, las nuevas exigencias de capital a la banca, el encarecimiento de la financiación y el deterior de la actividad económica en la eurozona han provocado una progresiva retirada de las posiciones de la banca europea fuera de su zona natural.
Primero fueron los países de la antigua Europa del Este los que sufrieron una retirada masiva de depósitos desde las filiales locales de entidades europeas, lo que amenazó seriamente sus fuentes de financiación y, con ello, la actividad económica de la zona. A la vista de esa experiencia, Latinoamérica tomó medidas y varios países pusieron límites severos a la repatriación de beneficios y los movimientos de capitales para evitar problemas de financiación para sus empresas. Y ahora, la ola llega a Asia.
La banca europea ha reducido sus créditos en la región un 8,7% desde sus niveles máximos de principios de 2011, o lo que es lo mismo, en 119.500 millones de dólares. Eso sitúa la exposición crediticia de la banca europea en la región a 1,263 billones de dólares a finales del pasado ejercicio. Un movimiento relativamente brusco que llevaba al presidente del Banco Asiático de Desarrollo (BAD) Haruhiko Kuroda, a lanzar recientemente una señal de alerta sobre el riesgo a una restricción del crédito en la región como consecuencia del desapalancamiento de la banca europea.
“Los países de Asia emergente no son completamente inmunes a ese fenómeno si el desendeudamiento se produce de forma muy rápida o desordenada. Pero de momento, el impacto ha sido limitado”, subraya Hak Bin Chua, de Bank of America Merrill Lynch. “De hecho, los bancos asiáticos se han dado prisa en ocupar ese espacio y han ganado cuota de mercado al reducir la banca europea su presencia en Asia, especialmente en financiación comercial”, subraya el analista. Son los bancos franceses los que lideran la retirada de posiciones en Asia, con un descenso del 33,3% del total.
En 2011, las entidades europeas redujeron un 8,7% el crédito en la región
Según los datos facilitados por el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), los bancos europeos proporcionan aproximadamente el 36% de la financiación global al comercio en toda Asia. Suponen la mayor presencia extranjera en el sector financiero y solo los bancos franceses y españoles representan más del 40% de los créditos al comercio en la región, especialmente en los sectores naval y de aviación, un área dominado por la banca europea.
Pero la amenaza es real. En su último informe sobre la estabilidad financiera global, el Fondo Monetario Internacional (FMI) auguraba que la retirada de la banca europea de la región iba a “seguir y ampliarse”. Tanto que los expertos del Fondo, liderados por el español José Viñals, calculaban que la reducción de activos alcanzaría los 2 billones de dólares en los próximos dos años. “El riesgo es que una reducción de activos simultánea, desordenada y a gran escala podría provocar un corte del crédito”, admite Bin Chua, aunque otorga una baja probabilidad a un evento de esas características.
Es la misma tesis que sostienen los analistas de BBVA Research. En su último informe de perspectivas sobre la región para el segundo trimestre, los analistas del banco admiten que “el crecimiento del crédito, un factor que ayudó a sostener la demanda doméstica hasta hace poco, ha empezado a suavizarse en la mayor parte de la región”, aunque por distintos factores, entre ellos una mayor aversión al riesgo por parte de la banca ante las tensiones financieras en Europa. Pero a su juicio, “en términos generales la transmisión del desapalancamiento ede la banca europea a las condiciones de crédito domésticas ha sido limitada, dado que los bancos asiáticos están bien capitalizados y bien posicionados para asumir la retirada de entidades extranjeras”.
El Fondo prevé que los bancos de la UE reduzcan activos en Asia por 2 billones en dos años
Sin embargo, los analistas de Morgan Stanley ven difícil que las entidades asiáticas puedan cubrir en su totalidad la reducción de créditos por parte de la banca europea “sobre todo por la falta de financiación en dólares”, lo que puede provocar que de forma creciente las empresas asiáticas tengan que acudir al mercado en busca de financiación y “en el actual escenario es una perspectiva nada barata”, aseguran en un informe.
Para los expertos de Standard & Poor's, en caso de una recesión severa en la eurozona —extremo al que otorgan una probabilidad del 40%—, el riesgo de restricción del crédito a las empresas asiática afectará negativamente a “la financiación en divisas para las empresas, al mercado de derivados y al de préstamos sindicados, lo que reduciría la oferta crediticia”.
Por ahora, Bank of America Merrill Lynch tiene ciertas pruebas de que bancos japoneses bien capitalizados están aprovechando la coyuntura para cubrir el vacío dejado por la banca europea en países como Singapur, donde la financiación propiciada por bancos asiáticos ha pasado del 55% de antes de la crisis al 64% a finales de 2011.
El desapalancamiento de la banca europea en esta crisis es consistente con otros episodios históricos similares sucedidos en Japón (1993), Estados Unidos (2009) o Suecia (1993), según los expertos del FMI. Pero el proceso está lejos de haber concluido y no será tan fácil cubrir una retirada de activos de otros 2 billones de dólares como calcula el Fondo. Para ello, las entidades asiáticas de menor tamaño necesitarán tiempo para construir una infraestructura y el saber hacer demostrado por la banca europea en la región, “especialmente en la financiación de productos estructurados o de sectores tan especializados como el naval o la aviación”, admite el analista de Bank of America Merrill Lynch.
“La peor parte de la crisis europea puede haber quedado atrás pero todavía hay problemas estructurales”, decía el presidente del BAD en una entrevista con Mercados Emergentes. “El sector financiero en unos cuantos países europeos sigue sufriendo las consecuencias de activos impagados y del desendeudamiento forzoso. Ese proceso requiere por nuestra parte una estrecha vigilancia y, si fuera necesario, reforzar el capital de las entidades asiáticas”, advertía Kuroda.
Es el mismo mensaje que trasladan los oficiales del FMI. “El desapalancamiento está afectando a los negocios y a la actividad en Europa y puede afectar de la misma forma a Asia”, declaraba uno de los responsables del organismo en una reciente visita a la región.
Todos los ojos, por tanto, están puestos en la evolución del crédito en la región y las autoridades en alerta para actuar a la menor señal de problemas de financiación.
“Asia está sobreviviendo y lidiando bien con el desapalancamiento europeo, pero es cierto que el proceso puede solo acabar de empezar”, admite Bin Chua.
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