Las cajas más pequeñas eran las más reacias a la nacionalización de Bankia
El mensaje de despedida de Rato hacia el consejo de BFA fue escueto. "El Gobierno ha creído que era mejor que no estuviera en esta etapa"
En el consejo de administración de Banco Financiero y de Ahorro (BFA), la matriz de Bankia, convocado de urgencia el pasado miércoles para nombrar a José Ignacio Goirigolzarri como presidente del conglomerado financiero se vivieron momentos de mucha tensión. “No sólo por el conflicto de intereses personales y políticos de unos y otros sino por la propia situación que se estaba viviendo la entidad”, admite uno de los asistentes que asegura que las discusiones se prolongaron durante más de tres horas. Los consejeros acudieron con extrema preocupación porque la reunión estaba convocada en un principio para hoy viernes. Pero la decisión de Rodrigo Rato de abandonar la presidencia de Bankia lo precipitó todo. Las informaciones corrían de boca en boca entre los miembros del consejo antes de que les llegaran los anuncios oficiales. Cuando los consejeros recibieron la convocatoria con el orden del día “informe del presidente y otros asuntos” ya sabían que Rato iba a dimitir y lo sustituiría Goirigolzarri.
En la cita se trataron tres puntos. La dimisión de Rato, el nombramiento del nuevo presidente y posteriormente la nacionalización de Bankia. El mensaje de despedida de Rato fue escueto. "El Gobierno ha creído que era mejor que no estuviera en esta etapa. Podía haber estado, pero es mejor así”, aseguran que pronunció el ex vicepresidente del Gobierno de Aznar.
A pesar de que los hechos desbordaban todas las previsiones, los representantes de las siete cajas [Caja Madrid, Bancaja, Caja de Canarias, Laietana, Ávila, Segovia y La Rioja] que participaron en la creación del conglomerado financiero consideraban que la salida de Rato no tenía por qué suponer la ruptura del proyecto iniciado en diciembre de 2010 con la constitución de BFA.
El nombramiento de Goirigolzarri contó con dos abstenciones. Dos de los vocales, de los cerca de 20 que componen el consejo, plantearon sus dudas sobre el papel del ministerio de Economía al que acusaron de haber invadido competencias del Banco de España, que había dado el visto bueno al plan de viabilidad de Bankia. Además, mostraron su disconformidad al considerar que el Gobierno había convertido un problema contable en una pérdida de confianza de los inversores y los depositantes. Asímismo, reclamaron explicaciones sobre las informaciones aparecidas en los medios que hablaban de agujeros contables y sobrevaloración de activos. Reclamaron conocer el informe de auditoría que la entidad no ha depositado aún ante la CNMV. Según explica uno de los asistentes, los principales ejecutivos de la entidad les aseguraron que se trataba de una controversia contable y que no había motivo de alarma.
Goirigolzarri se mantuvo en silencio, respetando escrupulosamente el protocolo tácito de estas reuniones. Aún no había sido nombrado presidente y esperaba su turno. Tras lograr la designación oficial como primer ejecutivo de BFA y Bankia, anunció su intención de “convertir en acciones el dinero público del FROB para fortalecer la estructura de capital”. La decisión de nacionalizar la entidad no sorprendió a ningún consejero. Aunque los que más pegas pusieron fueron los representantes de las cajas más pequeñas que integran el capital de Banco Financiero y de Ahorro (BFA). (Caja Rioja con un 1,34% del capital de la entidad; Caja Segovia,2,01%; Caja Ávila, 2,33%; Caja Laietana, 2,11% y Caja Canarias, 2,45%). Esta decisión diluye el capital de las cajas más pequeñas en BFA poniendo en riesgo la supervivencia de estas.
La última reforma del sector financiero aprobada por el Gobierno de Mariano Rajoy rebajó el umbral mínimo de capital que las cajas de ahorro debían tener en los bancos hasta un 25%. Cualquier participación inferior supondría la inmediata conversión de las cajas en fundaciones especiales de obra social.
Con la nacionalización propuesta por Goirigolzarri de convertir los 4.465 millones de dinero público del Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria (FROB), el dinero prestado por el Gobierno para facilitar la integración de las cajas, en capital del BFA se diluye la participación de las cajas en el capital de la matriz. Pero está previsto que el Gobierno apruebe hoy nuevas provisiones para la banca, que en el caso de Bankia podrían convertirse en nuevas inyecciones de capital y reducir aún más la participación de las cajas más pequeñas. El dividendo que recibirían podría ser tan pequeño, debido a su escasa participación en el capital, que no les diera para sobrevivir, explica un ejecutivo de la entidad. El debate se prolongó durante tres horas.
Al final Goirigolzarri esbozó algunas de las líneas de su plan de acción: un plan especial para captar clientes, motivación del equipo humano, y mantener el carácter social que siempre ha tenido la institución, según el relato de varios ejecutivos de la entidad.
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