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Draghi defiende su política al frente del BCE de las críticas de Alemania

El presidente del BCE responde al alza de la presión de Berlin para volver a la ortodoxia Revela que más de la mitad de los bancos que acudieron a la subasta eran alemanes "Es erróneo decir que el BCE acumula más riesgo en su balance que la Fed o el BoE"

Álvaro Romero
El presidente del BCE, Mario Draghi, hoy en Fráncfort.
El presidente del BCE, Mario Draghi, hoy en Fráncfort.DANIEL ROLAND (AFP)

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha defendido hoy su política en la institución frente a las crecientes críticas de Alemania, que arremete contra la decisión del economista italiano de inundar el sistema financiero con un billón de euros de dinero barato. Así, mientras desde Berlín advierten de que las subastas extraordinarias de liquidez suponen asumir demasiados riesgos en los balances del BCE, Draghi ha defendido que han tenido un “éxito incuestionable” para devolver la confianza al mercado. Además, ha reclamado su independencia y ha recordado a los alemanes que "no hay un único guardían de la estabilidad" en la eurozona.

El presidente del BCE ha puesto en evidencia que, mientras la presión alemana se recrudece desde tierra, mar y aire, su representante en el consejo de la autoridad monetaria votó a favor de la barra libre. Esto, sin embargo, no fue óbice para que el presidente del Bundesbank (banco central alemán), Jens Weidmann, filtrase a la prensa de su país una carta criticando de la elevada asunción de riesgos que suponía la barra libre de liquidez al afirmar que la segunda de estas operaciones había sido "excesiva".

En la misma línea, la propia canciller, Angela Merkel, hace apenas unos días ignoró la independencia del BCE al anunciar que esta subasta sería la última. Con ello, pasó por alto que el instituto emisor no se ha mostrado ni a favor ni en contra de repetirla, lo que entra dentro de su postura habitual de no dar demasiadas pistas de cuáles van a ser sus próximos movimientos sobre su política monetaria.

"Nadie está aislado en el consejo, especialmente el Bundesbank”, ha argumentado el economista italiano a vueltas de las críticas recibidas desde el antiguo instituto emisor del marco. “A parte de por ser un banco central muy, muy importante, he tenido muchas oportunidades de valorar su cultura de mantener la estabilidad de precios, hemos aprendido mucho de ella”, ha añadido mientras declaraba que comparte “totalmente” su opinión de que, lógicamente, hay que vigilar los riesgos. Sin embargo, tras las alabanzas han llegado los avisos. "Estamos todos en el mismo barco”, ha señalado antes de enfatizar que no hay un “guardián único de la estabilidad” y concluir que los miembros del máximo órgano de gobierno del BCE no deben “discutir públicamente" los asuntos que tratan en el consejo.

"No se trata de Alemania contra todos, no es así. Se trata de acordar la mejor solución y llevarla a cabo de forma conjunta. Trabajar de forma aislada en el consejo no va conmigo", ha insistido frente a la voluntad de Berlín de volver a la ortodoxia en política monetaria. A este grupo de presión contra las decisiones de Draghi se han unido, a su vez, otros bancos centrales como el de Austria, así como think tank alemanes, como es el caso del Instituto Ifo.

Lo único positivo que ha sucedido en Europa se llama Draghi" José Carlos Díez, Intermoney

Otras voces con elevada resonancia, como la de quien fuera consejero del BCE, el también alemán Jürgen Stark y que abandonó la institución en lo peor de la crisis por sus divergencias con la política de Trichet, lanzó ayer otra ondonada, Así, advirtió de que el volumen de los activos en poder del organismo no era solo enorme en cuanto a su tamaño, sino también en su calidad. Para él, Draghi también ha tenido respuesta. Pese al ingente desembolso que han supuesto las medidas para recuperar la liquidez, que se han traducido en un aumento de los activos que tiene en balance el BCE hasta superar los tres billones de euros, su presidente ha defendido que este récord no supone un riesgo excesivo y que es “incorrecto” afirmar que el BCE acumula más desequilibrios que sus homólogos de EE UU o Reino Unido.

En el soterrado enfrentamiento entre Fráncfort, donde está la sede del BCE, y Berlín, donde se ubica la cancillería, Draghi ha confirmado la información filtrada ayer por el Financial Times de que más de la mitad de los 800 bancos que acudieron a la segunda subasta eran alemanes con 460 entidades, aunque apenas solicitaron el 10% del total de fondos. Eso sí, Draghi también ha matizado que algunos bancos pueden haber optado por acudir a través de filiales para evitar ser identificados. Se da la circunstancia que el presidente del BCE recriminó en su anterior rueda de prensa al Deutsche Bank por no ir y dudar de la idoneidad de acudir a la barra libre.

Para reforzar sus argumentos, Draghi ha sostenido que las subastas han logrado recuperar la confianza en el euro y han permitido el regreso de los llamados inversores institucionales al mercado. Eso sí, también ha reconocido que ha el refuerzo de la disciplina fiscal aprobada en la reciente cumbre europea. No obstante, ahora le toca a los Gobiernos, con sus reformas y el cumplimiento de sus programas de reducción del déficit (apartado en el que eludió entrar a analizar el caso español), y a los propios bancos, en tanto en cuento deben sanear sus balances, seguir dando pasos en la normalización. "La pelota ahora está en el tejado de los Gobiernos y los bancos", señaló. En cuanto al crédito, aseguró que hay signos de una lijera mejora y que ahora el dinero "está más cerca" de las empresas.

En un efecto derivado de este incremento de la presión que llega desde Alemania, se reduce el margen para que Draghi opte por otra rebaja de los tipos de interés desde el 1%, lo que hubiera significado la tercera desde su llegada a la presidencia del BCE en noviembre. De hecho, los analistas especulaban con que en marzo llegaría este nuevo descenso en el precio del dinero para apoyar la recuperación. "Lo único positivo que ha sucedido en Europa (durante los últimos meses de crisis) se llama Mario Draghi", ha resumido José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

Precisamente, con motivo de la crisis, el instituto emisor ha revisado hoy a la baja su rango de previsiones económicas, que pasan a un amplímismo abanico entre un 0,5% negativo y un avance del 0,3% para 2012, cuando en diciembre esperaba entre un 0,4% negativo y un 1%. Para 2013 pasa del 0,3% al 2,3% que esperaba hace unos meses a un rango de entre el 0% y el 2,2%. En cuanto a los precios, Draghi ha advertido de que el encarecimiento del petróleo y el aumento de los impuestos indirectos mantendrá la inflación por encima del objetivo oficial del 2% a final de año.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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