El Banco Central Europeo flexibiliza los créditos a la banca de siete países
Draghi señala a España como el país con más problemas de crédito El presidente del BCE prevé inyectar otro medio billón de euros
El Banco Central Europeo (BCE) espera que la subasta extraordinaria de liquidez que celebrará en febrero inyecte a los mercados cantidades similares a las de diciembre. Entonces, las entidades europeas pidieron medio billón de euros en créditos al 1% de interés con un vencimiento de tres años. La de este mes será la segunda barra libre de liquidez brindada por el BCE, como medida excepcional contra la crisis de deuda. En la rueda de prensa que concedió ayer en Fráncfort, el presidente del organismo, Mario Draghi, explicó además que ha cambiado las reglas para los préstamos a la banca de siete miembros de la eurozona, entre ellos España.
A partir de ahora y por un periodo limitado, los bancos centrales de estos siete países podrán aceptar garantías de menor calidad para conceder créditos a sus bancos. La decisión no obtuvo la unanimidad de los 23 miembros del Consejo del BCE. El propio Draghi reconoció que conlleva “algunos riesgos”, pero aseveró que el BCE será capaz de gestionarlos. Draghi cree que así facilitará unos 700 millones de euros más de créditos a los bancos. La medida excepcional tuvo que superar la resistencia del banco central alemán (Bundesbank), temeroso de los costes adicionales que puede acarrear. Draghi considera que la controversia no ha sido “especialmente enconada”.
Una vez que habían llegado las noticias de Fráncfort, el Banco de España anunció que aceptará “préstamos al corriente de pago que no sean hipotecarios cuyo riesgo de crédito estimado tenga una probabilidad de impago igual o inferior al 1%”. Aunque inicialmente solo aceptará activos de garantía con una probabilidad de impago del 0,4% o menos.
El Banco de Inglaterra aumenta en 60.000 millones la compra de activos
Nada más sentarse en la abarrotada sala de prensa, el jefe del banco emisor se apresuró a anunciar que el Gobierno griego había llegado a un acuerdo para evitar la bancarrota. Draghi no es muy expresivo, pero su actitud denotaba alivio. No quiso, sin embargo, exponer los planes del BCE para los cerca de 45.000 millones de euros en bonos griegos que guarda en sus arcas. Dijo que no aceptará pérdidas, pero no descartó renunciar a algunos beneficios de esta deuda. Su antecesor Jean-Claude Trichet activó el programa de compra de bonos griegos en mayo de 2010.
En cuanto a los tipos de interés, el italiano los mantiene en su mínimo histórico del 1%. Draghi dijo que el BCE había evitado tomar decisiones sobre los bonos antes de la reunión de los ministros de Hacienda europeos de ayer por la tarde. Descartó vender los bonos al fondo de estabilidad provisional europeo, porque “el fondo pertenece a los Estados” y el BCE tiene prohibido financiar a los socios del euro.
Lejos de cualquier entusiasmo, Draghi dijo que la coyuntura en la eurozona “se está estabilizando lentamente y a niveles bajos”, después de un cuarto trimestre de 2011 “extraordinariamente flojo”. El italiano, que reconoce que el crédito continúa bloqueado, señaló que los tres sectores más afectados son el mercantil, el inmobiliario y el consumo; y puso a España como el ejemplo más evidente de esta atonía en el mercado del crédito.
La banca europea no se someterá este año a las pruebas de resistencia
En conjunto, la reunión del BCE se ciñó al guión previsto. Casi nadie esperaba nuevas rebajas de tipos pocas semanas antes de la nueva gran subasta de dinero barato. Sí llamó la atención el tono de Draghi, más optimista que en enero. Esta novedad reduce las posibilidades de una nueva rebaja de tipos en marzo. Según el banquero, el Consejo de Gobierno que él preside no discutió ayer la posibilidad de rebajar los tipos. También la alta inflación, que llegó en enero al 2,7%, desaconseja nuevas bajadas. Pero tampoco se puede descartar que el BCE rompa su suelo y deje los tipos por debajo del 1%.
Por otra parte, el Banco de Inglaterra aumentó en 50.000 millones de libras (unos 60.000 millones de euros) su programa de compra de activos para reactivar la economía británica, hasta un total de 325.000 millones de libras (388.000 millones de euros). Además, el banco mantiene los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,5%, en otro intento de incentivar la demanda y el crédito. Frente a las dificultades a las que tratan de hacer frente los bancos centrales del euro y de la libra, la Autoridad Bancaria Europea (EBA) dijo que los planes de recapitalización presentados por las entidades europeas no perjudicarán a la economía real y anunció que no realizará nuevas pruebas de resistencia a la banca este año.
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