Los líderes griegos aplazan a mañana su reunión para lograr el segundo rescate
Atenas y la troika buscan in extremis el pacto. Los ajustes que reclaman Europa y el FMI agravan la crisis de Grecia, pero la alternativa es suspender pagos y abandonar el euro.
Hoy –de nuevo-- acababa el plazo. Y, de nuevo, el plazo languidece. El Gobierno transitorio de coalición de Grecia y Europa y el Fondo Monetario Internacional (FMI) intentan acabar de pactar las condiciones del segundo rescate financiero de Atenas después de varias semanas de reuniones que parecían definitivas, pero acabaron en fiasco. Los griegos, por hacer un resumen crudo, deben elegir entre someterse a más sacrificios económicos y aceptar unos nuevos préstamos con intereses que les costará pagar (algo que les sumirá aún más en el pozo) o acabar suspendiendo pagos y abandonando la eurozona.
Los líderes de los tres partidos que forman el Gobierno interino (los socialistas del Pasok, el partido de centro-derecha Nueva Democracia y el partido ultraderechista Laos) han aplazado a mañana la reunión que tenían prevista esta tarde con el primer ministro, el tecnócrata Lukas Papademos, para decidir si finalmente firman ese doloroso segundo plan de salvamento financiero del país, que supondrá entre 130.000 y 145.000 millones de euros. El límite temporal para sellar el pacto es hoy téoricamente, aunque el portavoz de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, ha dicho esta mañana que la solución puede lograr en "pocos días".
Atenas, que en principio debe presentar el plan el miércoles en la reunión del Eurogrupo, le vence una deuda de 14.500 millones el 20 de marzo y no tiene dinero para pagar.
Ayer Papademos logró arrancar un “acuerdo tentativo” de los políticos con la amenaza de su dimisión encima de la mesa, aunque no el sí a todos los recortes que piden los inspectores de la troika (formada por el la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo) a cambio del nuevo rescate.
El segundo rescate griego se basa en dos pilares, el de la troika y el privado, que las negociaciones para que la banca y los fondos internacionales renuncien a cobrar la mitad del dinero que han prestado a Grecia (el 50% de unos 206.000 millones de euros), una quita que se traduce en unas pérdidas de alrededor del 70%. Una vez alcanzado un principio de acuerdo con la patronal bancaria (el Instituto de Finanzas Internacionales), tras semanas de duras negociaciones, las conversaciones con la troika entraron en fase crítica a finales de la semana pasada.
Según fuentes del Gobierno, hay acuerdo para recortes equivalentes al 1,5% del PIB, las medidas de recapitalización de la banca y reducir días de vacaciones y “es posible que la troika renuncie a pedir que se eliminen las dos pagas extraordinarias anuales en el sector privado”. Europa y el FMI también ha reclamado que el salario mínimo griego, ahora de 780 euros, quede por debajo de los 600, pero sindicatos y políticos han estado alertando de que estos ajustes paralizarán aún más la economía de un país con cuatro años de recesión a la espalda y una tasa de paro oficial cercana al 20%.
“Esto no es una negociación, es una imposición, o se acepta todo o vamos o nos dejan caer a salir del euro. Lo único que importa el pagar los préstamos, las personas son la segunda consideración y nadie quiere aquí pasar a la historia como quien firmó la bancarrota de Grecia”, resume a este diario una fuente griega, próxima las negociaciones.
“No están pidiendo más recesión, que el país no puede asumir”, dice Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia.
Los partidos temen un estallido social en Grecia si se exigen más sacrificios a la población. Hoy, como primera reacción, los sindicatos griegos convocaron una huelga general de 24 horas para mañana, martes, en protesta contra las medidas de austeridad. Además, el país afronta elecciones generales en abril y nadie quiere presentarse antes los electores no como el partido que firmó más recortes, ni como el que llevó al país a la quiebra. No hay solución buena para este invierno griego.
Mientras, desde París, sigue la presión sobre Atenas. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela han avisado este lunes a los líderes de las principales fuerzas políticas helenas de que no habrá un segundo rescate si no aceptan ajustes adicionales. "No habrá un nuevo programa para Grecia si no llega a un acuerdo con la troika (formada por la Comisión, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI). Todos los responsables griegos deben saber que mantendremos esta posición", ha dicho Merkel en rueda de prensa tras reunirse con Sarkozy. "El tiempo se acaba", ha avisado. "Los líderes griegos han adoptado compromisos y deben respetarlos escrupulosamente", ha afirmado Sarkozy. "No hay elección", ha resaltado, informa Europa Press.
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