La deuda eléctrica presiona una tarifa que supera un 12% la media europea
Las empresas piden subidas para evitar 4.500 millones más de déficit este año
El déficit tarifario eléctrico, que Industria cifra en torno a los 24.000 millones de euros acumulados hasta 2011, se ha convertido en el gran reto del nuevo Gobierno. La cifra final de 2011 se conocerá al céntimo en la liquidación (la 14) que hará la Comisión Nacional de la Energía (CNE) hacia el mes de abril, pero es espectacular. Supone cerca de un 3% del producto interior bruto (PIB), equivale a la factura de un año y medio de todos los consumidores y pesa —via intereses— de forma importante en la factura mensual. Con números: en el periodo 2005-2010 los clientes han pagado ya más de 8.000 millones de euros por la deuda, lo que representa un 7% de la factura anual doméstica.
Para contener este déficit, calificado de “artificio contable” por la Fundación Renovables, el Ejecutivo ha aprobado ya una moratoria para las nuevas instalaciones de energías renovables. Pero, aparentemente, no es suficiente. Las grandes empresas del sector, alarmadas, reclaman al nuevo ministro de Industria, José Manuel Soria, que además de limitar las primas a las renovables (7.220 millones anuales) eleve la parte regulada de la tarifa de la luz (los llamados peajes). Según las empresas, si no lo hace, el déficit crecerá este año en otros 4.500 millones y superará el límite legal de los 1.500 millones para 2012 fijado en el Real Decreto Ley 14/2010.
Para el nuevo Gobierno, el problema es peliagudo. Si en la próxima revisión de tarifas de marzo decide elevar los peajes de acceso —lo que no hizo en diciembre pese a que el sector e informes como el Diez Temas Candentes de PwC le reclaman subidas del 30%— encarecerá aún más un recibo que, para los hogares se encuentra entre los más elevados de Europa.
Según la agencia estadística europea Eurostat, el precio de la electricidad para clientes domésticos en España —datos del primer trimestre de 2011, con impuestos incluidos— supera en un 12% la media de los 27 países de la Unión Europea (UE27). Tres años atrás, el precio de la electricidad para los hogares era un 3,4% más barato en España que la media UE27. El sacrificio (15,4 puntos de competitividad) no ha servido para que el otro gran tramo de consumidores, el industrial, haya mejorado posiciones.
Los números de Eurostat muestran que si en el primer semestre de 2008 las tarifas industriales eran un 11,9% más baratas que la media UE27, en el primer semestre de 2011 están un 7,9% por debajo. Se han perdido cuatro puntos de competitividad.
Que el Gobierno esté preocupado es obvio. En su investidura, el presidente Mariano Rajoy expresó su preocupación por el hecho de que España tuviera las terceras tarifas eléctricas más altas de la UE —las empresas replicaron que eran las novenas— y manifestó su voluntad de cambiar la situación. Pero no le será fácil.
Tras la polémica del déficit, está el temor del sector eléctrico a que, como ha sucedido ya en el sector financiero, el Ejecutivo decida apretar las tuercas también en el lado de las grandes empresas energéticas vía impuestos a las nucleares, instalaciones hidroeléctricas o sacrificios en el cobro de la deuda pendiente.
A su favor, señalan, está el hecho de que el gasto promedio en electricidad en un hogar español —por muy arriba que esté en la escala de la UE— es aún modesto: 1,59 euros al día. El precio de un café. El dato, aunque en pesetas, ya lo manejaba como argumento en favor de las empresas integradas en Unesa el que fuera su presidente, Íñigo Oriol.
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