Salgado reprocha al PP sus ataques contra las cuentas españolas

Últimamente se suceden los ataques del PP contra las cuentas públicas españolas. Más allá de la acusación de la presidenta de Castilla-La Macha, Dolores de Cospedal, que sostiene que la comunidad tiene un déficit mucho mayor que el declarado, y lo hace con datos -que todavía tienen que demostrarse, pero datos, al fin y al cabo-, el vicesecretario general de Comunicación, Esteban González-Pons ha sugerido también, sin absolutamente ningún fundamento, que "a lo mejor" el ministerio de Economía "tiene cuentas escondidas". En un momento en que los mercados fiscalizan estrechamente lo que pasa en España y la desconfianza se traduce instantáneamente en que al país le sale mucho más caro financiarse, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha reprochado hoy con indignación lo que considera un comportamiento irresponsable y demagogo del Partido Popular.

"Ya sé que algunos de ustedes preferirían vivir como hasta ahora, flotando estilo muertito, a ver si la marea les lleva a la Moncloa, pero ahora tienen prisa, mucha prisa, por eso hacen las declaraciones que hacen en un momento tan delicado para la zona euro", ha dicho Salgado en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Y ha añadido, sobre las declaraciones del PP, que "si alguien las creyera no harían daño al Gobierno, sino a España".

La ministra de Economía, en cualquier caso, no se ha detenido demasiado en la confrontación verbal con el principal partido de la oposición, y se ha centrado en la cumbre que mañana celebran los países europeos para tratar de encontrar una solución a la crisis de la deuda griega. Salgado se ha mostrado "reativamente optimista" ante la cumbre, y ha abogado por flexibilizar "al máximo" el fondo de rescate para que pueda comprar bonos en el mercado secundario. De ese modo, podría comprar deuda de Grecia, el país que está contra las cuerdas, y facilitar su financiación.

Esa es una de las posibilidades que están barajando los países e instituciones comunitarias, pero también contemplan otras como permitir un impago selectivo de Grecia a corto plazo, o crear un impuesto a la banca para sufragar el rescate, entre otras. La postura alemana sigue firme en obligar a participar al sector privado, algo que sería penalizado por las agencias de calificación y que choca con la tesis del Banco central Europeo y de la mayoría de Estados, entre ellos, España.

La causa principal es que esto podría producir un contagio de desconfianza a otros países, afectando a las primas de riego española e italiana de forma inmediata. Salgado ha dicho que la cuestión "clave" es asegurar la sostenibilidad de la zona euro, por lo que no es partidaria de implicar al sector privado "de forma tal que pueda suponer un contagio para otras economías". Para la ministra, en las últimas semanas ha quedado claro que esos planteamientos "no han sido bien recibidos por los mercados, tiene efectos secundarios indeseados y no son soluciones óptimas". Queda patente, por lo tanto, que la postura de Alemania (secundada por Holanda y Finlandia) y la del resto de la Eurozona siguen muy distantes, y que no será fácil alcanzar mañana el acuerdo que permita avanzar en la solución del problema griego, que es también el problema europeo.